2 SEC. INF. GRAL. PAG. 2 CABEZA: Interes individual, accion colectiva y accion de clase CREDITO: LUDOLFO PARAMIO* * Dirigente del PSOE y director del Instituto de Estudios Sociales Avanzados (CSIS, Madrid). Esto no tiene por que suceder si el conflicto de clase se plantea en una comunidad de dimensiones reducidas, y en la que las relaciones personales (el intercambio reciproco) desempenan un importante papel en la consecucion de los intereses individuales. En una comunidad minera, por ejemplo, es mucho mas dificil comportarse como un free-rider (esquirol), por el precio que el individuo y su familia pueden pagar por tal conducta. Este es tambien el caso de las comunidades campesinas enfrentadas con el s enor local (Calhoun, 1988). Esto implica, sin embargo, que la accion colectiva de clase solo es esperable normalmente en grupos sociales relativamente pequenos y aislados, en cierto sentido tradicionales: utilizando la expresion de Calhoun, alli donde puede darse el radicalismo de la tradicion, con una fuerte componente de solidaridad moral que se sobreimpone a la busqueda de la utilidad individual. Esto exige homogenidad de intereses, ambitos aislados y dependencia de la colectividad para sobrevivir. La componente moral, comunitaria, puede interpretarse como reflejo de un calculo a medio plazo sobre la utilidad individual. Mejor correr riesgos con el resto de los miembros del grupo que verse expulsados de el y perder los recursos materiales que ofrece la pertenencia a la comunidad. Pero se puede pensar tambien en una solidaridad moral derivada de una necesidad no material: la de identidad colec tiva, la del reconocimiento por el otro (Pizzorno, 1989). Este es un punto que mereceria consideracion aparte, pero se puede asumir, a efectos del razonamiento, que no es central para la accion de clase en cuanto tal clase. En cambio, las crecientes complejizacion y urbanizacion de la clase obrera industrial plantean un problema mucho mas central: la desaparicion de las condiciones para la accion de clase comunitaria. ¨Puede una clase obrera que ya no vive en comunidades relativamente cerradas (con alta componente de intercambio reciproco) emprender acciones de clase, movilizaciones, en funcion de sus intereses comunes? La respuesta seria que si, pero siempre que cuente con organizaciones formales capaces de ofrecer inc entivos selectivos a sus miembros para participar en la movilizacion colectiva, para pagar sus costes y no limitarse a esperar sus beneficios. Estos incentivos, tanto positivos como negativos, son segun Olson la condicion para la accion colectiva en grupos grandes con organizacion formal. Ahora bien, lo notable es que si se analiza desde la perspectiva de la eleccion racional la evolucion de la clase trabajadora de los paises desarrollados en Europa, desde el ultimo tercio del siglo pasado hasta la crisis de los anos 70 en el presente, se puede concluir que la accion de clase ha sido profundamente racional en sus principales opciones: participar en la politica parlamentaria (pese a las notables restricciones de esta hasta la primera guerra mundial), optar por el reformismo frente a la via re volucionaria, aceptar el compromiso socialdemocrata de posguerra (como juego cooperativo de suma no nula) frente a la tentacion de estrangular las ganancias y las inversiones (Przewoski, 1988). El problema surge para entender la ruptura de este compromiso como causa o consecuencia de la crisis de los anos 70, que bien puede requerir la hipotesis de una eleccion no racional de las generaciones mas jovenes (y numerosas) que llegan al mercado de trabajo a finales de los anos 60 33, y que en todo caso apunta ho y a una creciente segmentacion de la clase trabajadora que no facilita la recomposicion del modelo socialdemocrata de posguerra. Lo interesante, sin embargo, es subrayar que los problemas de la accion de clase como accion colectiva pueden plantearse en el marco del individualismo metodologico, y que los resultados explicativos son muy superiores a los ofrecidos por el paradigma clasico. En consecuencia parece prudente aceptar el reto de Elster y tratar de comprender la accion de clase desde la perspectiva de la eleccion racional. Y al hacerlo asi no precisamos rechazar el concepto de clase, sino solamente reconocer que los intereses de clase no son la clave unica y absoluta de la accion social. No son la clave absoluta, pues solo se traducen en accion colectiva en determinadas circunstancias. Y no son la clave unica, pues otros intereses pueden provocar acciones colectivas no coincidentes con las de clase o bien enfrentadas a la logica de los intereses de clase: -este es el caso de los llamados nuevos movimientos sociales o de movimientos tan antiguos (y tan poco racionales desde la perspectiva de los intereses de clase) como el nacionalismo, el fundamentalismo, la xenofobia y un largo etcetera. Pero, aceptadas estas limitaciones, podemos formular el axioma de que la busqueda del interes individual, una de cuyas manifestaciones es la accion colectiva de clase, constituye el factor explicativo determinante de la accion social, y podemos asi reivindicar la validez heuristica y explicativa de nuestro segundo elemento primario para una red teorica que sea la formalizacion de un renovado materialismo historico como programa de investigacion. .