SECCION CIUDAD PAG. 15 BALAZO: CHILANGUERIAS CREDITO: Javier Gonzalez Batta CABEZA: El Ciego Por su parte, el siempre llamo Cabezon a Gerardo con cierta propension hacia la cholla grande, y Tronco a Hector que media alrededor de 1.50 metros de estatura. Estaba pagado, pues. Lo grave del caso en Carlos es que su falla visual con el tiempo se fue acentuando y actualmente, despues de un ano de casi total ceguera, se repone mas por el anhelo de volver a ver que por recuperacion en si de la preciosa facultad. Y si en cualquier persona es penoso saber que ha perdido algun sentido, en el es drama porque disfruta todo lo que se le representa a los ojos: lectura, pintura, edificios, calles, mujeres... esto es, casi igual a todos los mortales pero el con un especial sentido de contemplacion por la misma precaria condicion de su vista. El Centro Historico es su debilidad y a manera del flaneur frances, el que gusta de caminar por las calles sin direccion en espera de toparse con un hallazgo, lo recorria de arriba a abajo que digo decenas, centenas de veces. Mas de una ocasion lo descubri en extasis, de noche, buscandole el mejor angulo a las grandiosas torres, luz indirecta, de la Catedral, desde el abside, por las vidrierias de Guatemala y sintiendo el escalofrio de Tzompantli inmediato al Templo Mayor Azteca. Luego evoco los dias preparatorianos: šTe acuerdas de lo que habia en la primera calle de Argentina? Me pregunto y se contesto: la Libreria Robredo, seguia un hotel, la cantina Oaxaca, junto unas armerias y el billar con sus maquinitas y la loncheria al paso. Haciamos buena pareja en el domino, šverdad? Otra vez caminaba Carlos por Juan Ruiz de Alarcon y lo vi como se instalo en los escalones de la puerta oriente del Palacio de Bellas Artes para admirar, entre las columnas de marmol de Carrara, perspectiva sibarita, las reminiscencias del gotico y plateresco espanoles del majestuoso Palacio de Correos; la sobria replica del Palazzo Strossi de Florencia que se recoge en el edificio del Banco de Mexico, y el raro ejemplo de art dŠco contenido en el Edificio Guardiola a la sombra de los 45 pisos de la Torre L atinoamericana. Fijate, me dijo, es un espectaculo soberbio y gratis, ademas. Lo mismo lo encontraba en museos y salas de arte, hasta antes del sucedido, tan raro como en cierta forma afortunado, que tuvo. Resulta, me platico por telefono, que yendo un dia en el coche por una avenida muy transitada, de pronto que comienzo a ver doble todo, y de plano, tuve que pararme porque, imaginate, vi dos camiones que venian hacia mi y nomas era uno... Y, por supuesto que pasaste por donde venia el de a mentiras, le comente con evidente logica. -No, me contesto. Lo veia doble pero encimados, como en Londres. Y gracias a eso y a su ya franca, Dios quiera, recuperacion, espero que Carlos pueda leer estas afectuosas lineas. * Periodista .