1 SEC. INF. GRAL. PAG. 2 CABEZA: Una Reformulacion del Materialismo Historico Primera de tres partes CREDITO: LUDOLFO PARAMIO* *Dirigente del PSOE y director del Instituto de Estudios Sociales Avanzados (CSIC, Madrid) El punto de partida de una posible reformulacion del programa de investigacion del materialismo historico es forzosamente muy polemico: la heuristica positiva del programa debe cenirse a las hipotesis incluidas en los puntos 1 y 2 de la anterior descripcion de la concepcion clasica. Los puntos 4 y 5 deben considerarse teorias especiales, que presentan suficientes anomalias como para ser reemplazadas por una nueva teoria especial del cambio social, en la que la revolucion no es necesaria para la transicion entre modos de produccion, sino un fenomeno politico de consecuencias sociales impredecibles a priori, y, desde luego, no sometido a ninguna secuencia teleologica. En cuanto al punto 3, debe ser reformulado en terminos de una autonomia del Estado esencial a su propio papel regulador de la reproduccion social, que crece en la medida en que la sociedad se complejiza con el desarrollo del modo de produccion capitalista. Dicho en otras palabras: reformular el programa del materialismo historico exige olvidarse de la profecia revolucionaria, dar de lado las predicciones de El capital sobre las consecuencias sociales de las leyes de movimiento del capital, y considerar a la teoria instrumentalista del Estado (el Estado como instrumento de la clase dominante) como generalmente inadecuada en sociedades complejas, en vez de suponer, a la inversa, que la autonomia del Estado es un fenomeno propio de circunstancias excepcionales. Independientemente del grado de desacuerdo sobre la propuesta, parece inevitable admitir que se trata de cirugia mayor. Y para subrayar aun mas su alcance, puede anadirse que el punto 2 debe reformularse en otros terminos: la accion social esta determinada por los intereses individuales, dentro de los cuales, y solo bajo determinadas circunstancias, pueden pesar prioritariamente los intereses de clase definidos por las relaciones de produccion. Todas estas modificaciones propuestas pueden justificarse sobre dos bases: en primer lugar, no afectan al nucleo de la teoria; en segundo lugar, los cambios propuestos eliminarian las anomalias acumuladas por el programa, a la vez que, recuperando la heuristica positiva de este, permitirian ampliar notablemente el contenido empirico de la teoria. Lo que, en otros terminos, quiere decir que convertirian en aplicaciones de la teoria un buen numero de estudios concretos inscritos en un sentido a mplio, pero sin coherencia formal, en el campo del materialismo historico. En este punto puede ser bueno adoptar la terminologia propia de las redes teoricas, dentro de la concepcion estructural de las teorias. Es preciso partir de que esta concepcion solo es aplicable en rigor a teorias matematizadas, y que de hecho nace del intento de reconstruir mediante una axiomatizacion conjuntista (y no enunciativa) las teorias fisicas. Pero su aplicacion por analogia a un programa que, como el materialismo historico, se encuentra en buena medida en una fase de constitucion, puede en cambio aportar un lenguaje intuitivamente mas claro para la definicion de los problemas teoricos. En una red teorica simple se cuenta con un primer elemento teorico y un conjunto de elementos que se pueden considerar especializaciones de aquel. Cada elemento se define por un nucleo y un conjunto de aplicaciones propuestas. Un elemento es una especializacion del elemento primero si su nucleo incluye axiomas adicionales a los contenidos en el nucleo de aquel, es decir, si su nucleo es una especializacion del nucleo del elemento primero. En un caso mas complejo, puede pensarse en la existencia de varios e lementos primarios. La propuesta que se pretende hacer aqui es que el materialismo historico tiene dos elementos primarios, correspondientes a lo que en la descripcion inicial de la concepcion clasica se definieron como puntos 1 y 2. Y que mientras el elemento 1 no precisa cambios, el elemento 2 debe reformularse en dos sentidos: primero, sustituyendo el interes de las clases sociales y por el de los individuos, segundo, especificando que los interess individuales solo vienen determinados por los de clase en con diciones especificas. En 1978 se produjo lo que podemos considerar el momento decisivo de la reformulacion del materialismo historico con la aparicion de la muy excepcional obra de Gerald Cohen, La teoria de la historia, de Karl Marx (Cohen, 1978). El proposito del libro es doble: por una parte aplicar los criterios analiticos al nucleo de la teoria de Marx, por otra justificar los axiomas que componen este nucleo mediante leyes consecuenciales que permiten hablar legitimamente de explicacion funcional. Dicho de otra forma: Cohen pretende mostrar que la filosofia de la historia de Marx puede expresarse en un lenguaje analiticamente claro (sin galimatias hegelianos), y que una vez asi traducida puede justificarse formalmente. En el primer aspecto hay acuerdo general en que su libro logra plenamente el objetivo al precio de un esfuerzo de clarificacion casi exasperante, por lo laborioso, para el lector poco familiarizado con la filosofia analitica, que puede sentir a veces que se busca de forma innecesaria u na excesiva complejidad en enunciados intuitivamente muy simples. Pero para un lector muy tenaz o mas preparado en este campo el resultado es bastante convincente y merece la pena. simples. Pero para un lector muy tenaz o mas preparado en este campo e .