2 SEC. INF. GRAL. PAG. 2 CABEZA: Zedillo: un discurso republicano CREDITO: GUSTAVO HIRALES M. Es una convocatoria emocionada y apasionada, como no la recuerdo desde la toma de posesion del presidente Lopez Portillo, pero con grandes diferencias, y no solo de tiempo historico. Como ahora Zedillo, en 1976 Lopez Portillo tambien convoco a los mexicanos a una lucha contra la pobreza y por la justicia, y pidio perdon a los pobres, a los marginados, a los acosados y reprimidos. La principal diferencia, a mi ver, estriba en que antes se proclamo el objetivo sin preocuparse demasiado por los medios, y ahora hay una nueva mentalidad y la conciencia de los medios a emplear. Y tambien el enfoque: aquellos eran discursos desde el centro de un poder que se imaginaba todopoderoso e inexpugnable, poder para el que la sociedad solo era referencia retorica o caja de resonancia, en el mejor de los casos. Un poder solo formalmente republicano. Se hablaba entonces desde el centro de un poder surgido, por ejemplo, de elecciones sin contendientes, lo que por si solo reflejaba las deformaciones y contrahechuras de nuestra democracia. Los excesos del presidencialismo imperial de Echeverria y las resistencias antidemocraticas del sistema, habian conducido a una profunda crisis politica e institucional, para cuya salida se ideo una reforma politica que, si bien limitada, abrio el sistema a la participacion de nuevas fuerzas; pero se pospuso una reforma estructural porque se penso que los recursos del boom petrolero darian para todo, sin necesidad de cambiar en profundidad. La reforma hubo que iniciarla entonces en las peores condiciones, en medio de la crisis de la deuda y en la pendiente de un enorme deterioro del nivel de vida y de la situacion social de los mexicanos. La presidencia de Carlos Salinas fue un avance en cuanto a las inevitables e impostergables reformas de estructura y en cuanto a la posicion del Estado en el conjunto del sistema. Se retomo el crecimiento, se avanzo grandemente en el gasto social y en las politicas sociales del Estado, se tomaron medidas decisivas en areas tan delicadas como derechos humanos y procuracion de justicia. Se ensayaron tambien nuevas actitudes hacia la creciente pluralidad politica del pais. Pero se mantuvieron, desafortunadamen te, lastres en cuanto a viejas costumbres y obsesiones del sistema politico mexicano. La beligerancia de los intereses acrecento la resistencia a la modernidad democratica, y la dificultad para deslindarse de las viejas formas del ejercicio del poder, sobre todo el presidencial, fue una constante del sexenio, tanto que la posibilidad de nuevos avances en estas materias solo se concreto a la luz de una emergencia historica: la desatada por la insurreccion del EZLN en enero de este ano. No tan casualmente, lo que faltaba por hacer ahora se hace transparente a la luz de las propuestas de Ernesto Zedillo. ¨Por que? Porque al parecer solo desde adentro del sistema es posible calibrar con mayor precision y realismo los dos elementos del balance: lo que se ha hecho y lo que falta por hacer (y tambien lo que hay que deshacer). Lo que el presidente nos dice en su discurso del jueves 1 de diciembre es que, en el limite historico en que nos encontramos, hay que romper con el sistema. ¨En que sentido? En el sentido del presidencialismo autoritario y controla-todo, en el sentido de la fusion organica entre partido y Estado, en el sentido del patrimonialismo, los privilegios y la corrupcion. En el sentido de terminar de una vez por todas con la excepcionalidad historica de la democracia mexicana. La gente quiere, dijo Zedillo, un gobierno cercano a la sociedad, un gobierno que atienda a la critica, un gobierno que reconozca y respete a todas las fuerzas politicas, un gobierno que gobierne para todos y no solo para los cercanos. Un gobierno capaz de encabezar los esfuerzos de todos los sectores en la lucha contra la pobreza, uno que implemente un trato nuevo y justo con todos los actores productivos y sociales, pero tambien con el ciudadano comun. Un gobierno que siempre hable con la verdad. Retomo el punto ¨desde donde habla Zedillo? Creo que el matiz que introduce este primer discurso del presidente es esencial y primigenio: habla al mismo tiempo desde la posicion de gobernante y desde la mira del ciudadano comun. Asume la responsabilidad por lo que no se ha hecho y expresa su indignacion que no es distinta a la de cualquier ciudadano hacia lo que se ha hecho mal o que de plano esta totalmente contrahecho, como seria la procuracion de justicia, la corrupcion y la arbitrarierad policiacas. Es muy claro el compromiso de Ernesto Zedillo en la lucha contra la pobreza, es transparente la sinceridad de su indignacion por los rezagos e injusticias acumulados, es evidente, me parece, el peso de su propio origen, como hijo del pueblo, cuando dice que la lucha contra la pobreza es un deber historico, un mandato popular y un compromiso etico. Y lo mas importante: no es un compromiso literario, sino que el sabe, por su formacion y experiencia, como hacerlo, como conducir ese combate contra la pobreza. Es muy claro su compromiso por la justicia, por reformar tanto la procuracion como la administracion de la justicia; es autentica su indignacion ante la arbitrariedad, ante la impunidad, ante la corrupcion de quienes tienen el deber de servir como agentes de la ley y, en vez de ello, se convierten en azote del ciudadano. Es igualmente clara su determinacion de hacer de Mexico un pais de leyes donde lo que impere sea la igualdad de todos ante la ley, donde el Estado de Derecho sea el marco de todos, gobernan tes y gobernados, liquidando la cinica distincion entre pais legal y pais real. Pero nada de esto podra hacerlo solo. La convocatoria de Ernesto Zedillo es para todos los mexicanos, pero en especial llama a los mejores para que, no tan paradojicamente, saquen lo mejor de si mismos y lo pongan al servicio de la patria que, en la vision del mensaje, no puede ser sino la republica democratica y soberana. El presidente ha planteado su meta: un pais prospero y democratico donde las familias disfruten de bienestar en la libertad y en la seguridad, en la paz. Un presidencialismo democratico, acotado, republicano, en el contexto d e un federalismo renovado. Una cruzada nacional por la educacion y la justicia, ¨no son estas, acaso, bases suficientes para un gran acuerdo nacional entre todas las fuerzas, entre todos los mexicanos? Finalmente, quiero decir que no veo por ningun lado a un presidente acosado, sitiado por los dinosaurios, sobredeterminado por el (supuesto) maximato salinista, etcetera, como tanto se ha escrito por ahi. Veo a un presidente seguro de si mismo, en posesion plena de todas sus facultades y dispuesto a usarlas, y si la designacion del gabinete no fue suficiente para demostrar los alcances de su albedrio, alli esta el discurso del 1o. de diciembre. Y falta. Pero sin duda lo veremos. *Articulista .