SECCION: ESPECTACULOS PAG. 8 CINTILLO: EN LA CONFLUENCIA DE LO ESPA¥OL Y AFRICANO CABEZA: LA GUARACHA, SINONIMO DE ALEGRIA Y FIESTA CARIBE¥A CREDITO: La guaracha es un genero cantable y bailable, sinonimo de alegria y fiesta caribena cuya celula primogenita se localiza en la confluencia de lo espanol y africano, y su fuente nutricia en la fontana inagotable de hechos cotidianos y comunes del pueblo cubano, mismos que se asoman de manera parodica o critica a traves de sus notas musicales. La guaracha, como termino, no contiene ninguna etimologia y mucho menos relacion alguna con el huarache. Este es uno de los vocablos mas antiguos de Cuba al que el diccionario de voces cubanas (183) se refiere simplemente como: "cancion coreada y bailada por la gentualla en las casas de cuna". Como genero musical tiene su antecedente en los bailes y cantos parodicos de la Colonia. Su origen se puede rastrear a partir del nacimiento del teatro vernaculo. Un teatro tipico cubano que surge a mediados del siglo pasado, como respuesta al pedante Teatro Lirico Espanol, bajo la gestoria de Francisco Covarrubias Caricato, comediante habanero quien reemplazo los personajes clasicos del teatro espanol por otros mas alegres y disparatados de la sociedad habanera. Familiarizado con el teatro ligero espanol, Covarrubias comprendio muy pronto que los personajes que animaban entremeses, sainetes, zarzuelas y tonadillas podian ser sustituidos por tipos criollos y de la gentuza, tales como monteros, carreteros, pregoneros, negros y mulatas, entre otras figuras populares de la isla como el guajiro, el chino, el gallego y el petimetre. Protagonista de una opereta de caracter local titulada Los apuros de Covarrubias, Caricato se hizo respetar por conocer el valor del idioma propio y hacer uso de el ante un publico que sentia cada vez mas en criollo; no hay que olvidar que por esa epoca Cuba se encontraba en un momento de formacion y definicion de la conciencia nacional y que cada vez eran mas frecuentes los antagonismos entre la colonia cubana y la metropolis espanola. Covarrubias, padre del teatro bufo cubano, como bien lo senala Alejo Carpentier en La musica en Cuba (Ed. Letras Cubanas), nos da muestras temprana del nacimiento de la guaracha en sus puestas escenicas: El montero en el teatro, Los velorios de La Habana, La Feria de Carraguao y Las tertulias de La Habana. Adaptaciones parodicas de obras espanolas en las que incluia una buena cantidad de musica y canto que, cierto es, contenian un aire peninsular, pero se desprendian de su lastre de seguidillas, boleras y v illancicos para dar entrada a una sonoridad local. Con temas como La cirila y Tata, ven aca, Covarrubias planto la semilla del genero que mas tarde cultivarian compositores como ¥ico Saquito, Miguel Matamoros, Carlos Puebla, Lorenzo y Reinaldo Hierrezuelo (Los Compadres), Moises Simmons, Senen Suarez, Pedro Luis Ferrer y Virulo, entre otros. Con la aparicion del teatro bufo y su expresion musical, la guaracha, las piezas de identificacion se fueron acomodando hasta definir, primero, una cultura criolla y, luego, una decididamente cubana. En este proceso de confirmacion es muy importante senalar el trabajo de don Jose Agustin Millan, cuyas obras escenico-musicales hablan por si mismas del fenomeno social de aquellos tiempos: Un velorio en Jesus Maria, que describe en forma parodica, la liturgia de los negros de nacion; El hombre de la culebra, en referencia a un hechicero negro que vivia en un convento con una enorme culebra enrrollada en el cuello ,y El andaluz y el habanero, pugilato comiquisimo entre dos personajes que no se explican como ni por que tienen que convivir juntos en una isla. Luego tenemos a Bartolome Jose Crespo y Borbon, comediografo espanol, agudo critico del gobierno colonial, que para despistar firmaba con el seudonimo bozal de Creto Ganga, quien bajo su tutela los caracteres del teatro bufo cubano quedaron totalmente delineados. Con Crespo y Borbon entran los negros en escena. En 1847 estrena Un agiaco o la boda de Pancha Jutia y Canuto Raspadura, con un argumento en que los actores negros se expresan en una jerga pescada en los barrocones. Jerigonza que se asemeja sorprendentemente, a pesar de su autenticidad, a la que solian hablar los negros traidos a la escena por los poetas del Siglo de oro espanol. He aqui un breve fragmento de tal puesta en escena tomado del libro de Carpentier: Pancha y Canuto: Nengrito ma fortuna/ non los sali lan Guinea/ ja! bindita hora que branco/ me lo trae nete tierra/ ya no son libre,/ ya ta casa:/ mi su amo memo/ me libeta./ Coro: Guab! guab! guab!/ baila carabela,/ menialo la pata:/ Canuto son libre y casa cun Pancha. Carpentier senala que cuando el mismo Bartolome Jose Crespo estrena en 1864 su sainete Debajo del tamarindo, los personajes tonadillescos ya han desaparecido por completo. En su lugar -dice el escritor y musicologo- nos encontramos con Malarrabia, Juan de la Cruz y Canamazo, mulatos; Serapio y Pancho Mandinga, negros; un momento blanco, un rural, un timbalero mexicano, un chino, un billetero y varios caleseros. "Es, en suma -continua-, la humanidad que animaria, en pleno siglo XX, las zarzuelas cubanas del Teatro Alhambra. Cuando la negra Mama Rosa canta su idioma tiene ya el tono percutante que Nicolas Guillen habria de llevar transformado en valores ritmicos verbales, a ciertos sones de Songoro Consongo: Bembere que bembere fuab!/ que frutana Dio se lo da./ Bembere que bembere fuab! porque nella lo merese". La evolucion del teatro bufo cubano es la cavidad cada vez mayor en la que se acomodan todos los generos cantables de la isla. Mama Rosa habla "en negro", pero tambien canta "en negro". Un excelente autor de guarachas, Enrique Guerrero, director de companias de bufos, se hizo hombre fuerte en tratar lo negro en el teatro. En 1879 publico La belen, "punto de clave, tipo caracteristico de La Habana" -nos dice Carpentier-, que es, en suma, por su estructura, una tonadilla escenica criolla. Corrian entonces por las calles de La Habana una serie de guarachas dotadas de verdadera gracia y buen sabor popular: Una mulata me ha muerto./ ¨Y no prenden a esa mulata?/ como ha de quedar hombre vivo si no prenden a quine mata! O esta otra: La mulata es como el pan;/ se debe comer caliente,/ que en dejandole enfriar,/ ni el diablo le mete diente. Cuando el teatro bufo y sus guarachas se ocupan de la belleza de la mujer mulata aparecen una serie de mitos perturbadores como las rumberas que con el tumba-tumba de la rumba, tumbaban y volvian locos a quienes las veian; personajes como Amalia Bayombe, de cuerpo ligero, mas ligero que la fantasia por lo que se le veia aparecer y desaparecer de poblado en poblado; la Maria Cumbe, inspiradora del son del maracumbe, el rey de todos los sones; la negra Maria Belen, sin rival bailadora de danzas y danzones; Ad ela, "azucar quita dolores"; la Juanita Morey ("entre las mujeres eres mi derriengue"), de la que dicen que ademas de su belleza, embrujaba a la gente con su palabra, y Anai Saoco, que cuando caminaba por esas calles de Dios y Maria Santisima, salian a su paso viudos, solteros, casados, abandonados, ninos, viejos, adolescentes, adultos, cojos, tuertos y hasta ciegos, solo para ver o sentir ese andar prodigioso, su dulcisima mirada, ese talle de ensueno y las redondeces perturbadoras: Las guarachas narraban tambien la vida del arrabal cubano con sus personajes y peripecias: Perico Trebejo, el negro bembon, los nanigos, que guardan "sacos, canas y gallos en el cuarto pamba"; la mulata Juana Chambicu; la mulata Maria de la O; Candela, "negrito de rompe y raja que con el cuchillo vuela y corta con la navaja". Eso, sin olvidar al negro Jose caliente "que al que se presenta lo raja por la mitad" o el guapo Juan Quinones, elevado, por un suceso policiaco, a la categoria de heroe de romance arr abalero: Lo vinieron persiguiendo/ al paso de la Marqueta;/ le fueron a encontrar/ a bordo de una goleta. La mujer encinta estaba/ cuando se quizo escapar./ El pobre se figuraba/ que lo podia lograr. Lo llevaron al juzgado/ su casamiento a firmar,/ y alli juro levar esa cruz hasta el calvario. Quien te mando, Juan Quinones,/ comer fruta prohibida?/ Hoy tienes obligaciones/ mientras te dure la vidao, Juan Quinones. El compartimiento melodico, asi como sus formas ritmico-timbricas, pasaron al ambito de la creacion profesional como generos de la cancionistica cubana de donde surgieron criollas y guajiras. Dice el musicologo cubano, Argeliers leon, que la guaracha surgio como cuartetas diferentes que en muchos casos admitian la improvisacion y la referencia a cosas o sucesos en forma indirecta que intercalaban siempre el canto solista con un estribillo en la forma solo-coro. "El coro, o estribillo, era mas o menos regular -explica el investigador-, y la parte solista admitia la improvisacion. Sobre todo cuando se trataba de una fiesta entre gente del pueblo, en su propio ambiente, refiriendose a cosas del momento". Esa era su forma antigua. En la actualidad la guaracha ha perdido su estructura anterior de copla y estribillo quedando estructurada como cancion binaria, es decir: por una primera seccion de caracter expositivo y una segunda seccion mas movida, que es donde aparece la alternancia copla-estribillo. La guaracha es parienta cercana del son. Solo una salpicadura de gracia ironica o satirica en la mayoria de las letras de esta la diferencia de su primo hermano. Su dotacion instrumental de hecho es casi la misma, al igual que el son va desde la tradicional integrada por una guitarra, un tres (guitarrita de tres cuerdas dobles), bongo (o marimbola) y giro, hasta la orquestal tipo conjunto o big band. En el formato tradicional, que es el mas usado, el timbre sonoro es dado por el rasgueo acompasado de la gu itarra y las cuerdas "punteadas" en el tres. En el orquestal su sonoridad esta identificada en tumbao pianistico en combinacion con las trompetas. En su aspecto lirico la guaracha nos plantea la existencia de dos polos distintos del folclor cubano: la cancion picaresca y la cancion romantica. En su aspecto picaro, la guaracha recoge la satira del momento, dirigida casi siempre a personajes populares (Virulo), politicos (Carlos Puebla), anecdotas bucolicas (Los Compadres), mitologicas y fantasticas (Pancho Alonso) o hechos relacionados entre seres irracionales, "racionales", como aquella vacilada entre dos aves narrada por ¥ico Saquito en su Cuidadito compay gallo o aquella otra situacion entre cornupetos donde La vaquita Pijiriga, de Pedro Luis Ferrer, se niega a la inseminacion artificial y ex ige se le regrese a los metodos antigos. A traves de innumerables compositores e interpretes de guarachas, entre los que destaca la inmensa figura de Celia Cruz, Cuba ha mostrado al mundo ese humor criollo y esa frescura de palabras que caracterizan a su gente. Ese humor que surge a cabal espontaneidad en la ciudad o en el campo, en la fabrica o en la zafra, en la calle o en la guagua. Un humor que no es ese "fino" de un aparaguado gentleman ingles, ni el cirrotico o hepato quebrante de un teuton. No! Un humor que es la eclosion genetica de un pueblo singular que a pesar de los pasares nunca ha dejado de reir. .