SECCION: CULTURA PAG. 13 CINTILLO: CABEZA: Bessie Smith y el blues West 55th Street CREDITO: Una historia nos llevara a otra. Corria abril de 1980, y la musica campirana de Estados Unidos habia obtenido cierto reconocimiento de los Fue aquel ano cuando vi al periodista Andy Gray, un fanatico briton de esta country & western music. Le conte la anecdota de Javier Batiz, quien se quejaba de que los musicos de rock no tenian oportunidad para desarrollar su creatividad. -El mariachi -afirmaba El Brujo Batiz- se promueve solo, mano, y entre mas corriente mejor. Pero al musico de rock necesitas cuidarlo, educarlo, para que maduren con calidad. Gray me confeso que en su viaje por Nashville, Tennessee, habia tenido el pensamiento de que el Ministerio de Turismo en Estados Unidos, no promovia la musica campirana. -En 1939 -coincidio Gray- publicaron una guia llamada Tennessee, con una segunda edicion diez anos mas tarde. La encontre en los archivos de una biblioteca publica de Londres, y ni siquiera indicaba en la seccion h, a quien agregaban el genero jazz. En realidad, Bessie fue reconocida, luego de morir, como La mas grande cantante de blues en el mundo. La fuerza, el ronco grito de Bessie debio haber sorprendido a los blancos que a la mitad de El millonetas Carl Van Vechten y su esposa bailarina rusa Fannia Marinoff, solian invitar a estrellas de la cultura negra a su departamento en la calle 55 de Manhattan. El interes de Van Vechten no era una pose, solia ir a Harlem y su depar estaba decorado con luces negras y rojas que seducian a los invitados extranos que asistian a sus fiestas. Carl habia oido a Bessie muchas veces, pero un dia si que lo impacto. Ocurrio en abril de 1928, mientras ella hacia temporada en el Teatro Lafayette de Harlem. Cuenta Van Vachten que esa noche estaban con ellos gente de la talla de un George Gershwin, Adele Astair y Marguerite d’Alvarez, cuando Bessie hizo su aparicion, pidio un vaso de ginebra, y de un sorbo Van Vechten omite en sus memorias el escandalo que provoco Bessie, enfundada en un abrigo de armino blanco. Saludos cosmeticos de ella y sus anfitriones. Entonces, la pregunta de Grainger: -¨Que tal te caeria un a-do-ra-ble martini seco? Bessie lanzo un alarido. -¨Queeeeeeeee? No se nada de martinis mojados, ni mucho menos de los secos. Pasenme algo de whiskey y nos entendemos. Mientras fueron a cumplir su deseo, Ginger y Bessie se acercaron al piano. Cuando les trajeron su vaso, Bessie lo tomo de un jalon, y se lo extendio a Grainger vacio. Alguien pregunto que cantaria y Bessie dijo: -No te apures, mi pianista sabe. Grainger sonrio casi disculpandose, y toco los acordes de Work House Blues. Canto siete canciones, cada una seguida por aplausos entusiastas y precedida por su orden de No bien se le subio el licor, Bessie trastabillo hacia la puerta. -Vamonos -apuro Grainger a Ruby, su asistente- antes de que vaya a ensenar el culo a estos blancos. Y ocurrio lo que ocurrio: Fania Marinoff Van Vechten, su anfitriona, le extendio los brazos. -iPero senora Smith! iNo me diga que se va sin besarme! Era lo que Bessie necesitaba. -iLarguese al carajo! -vocifero, arrojando a la mujer al piso- iNunca habia escuchado semejante mierda! La pusieron en el carro. Entonces, Grainger exclamo: -Me vale madres si se muere en ese asiento. hado semejante mierda! La pusieron en el carro. Entonces, Grainger exclamo: -Me .