SECCION INF. GRAL. PAG. 10 BALAZO: DEBATE CABEZA: Soberania, nuestra vocacion CREDITO: Daniel Munoz Tal vez uno de los mayores compromisos que reclama la actividad politica sea el de la congruencia. Quien se compromete en el ejercicio publico, esta, de entrada en el escenario de un juicio que le aplica la sociedad de su momento y tambien la historia. Aquel que ostenta un cargo de representacion lo asume bajo la premisa de que se trata precisamente de algo conferido para responder a la sociedad, por ello es un cargo publico. En la actividad politica se debaten constantemente las aspiraciones personales y la vocacion individual con lo que es propiamente la vocacion de un pueblo, de una sociedad a la que se debe responder. La vocacion politica es inherente a la naturaleza humana en tanto ser que busca realizar dentro de la legalidad la defensa de sus derechos y el ejercicio de sus obligaciones. No cabe el ostracismo y la pasividad. No cabe una renuncia al llamado de la historia pues es este el que define el rostro peculiar de un pais. Cualquier actividad humana, en el trabajo o en el estudio conforman el proyecto de la nacion que se quiere tener. Nacion que para ser autenticamente libre requiere de la congruencia. El rostro que tiene Mexico lo ha esculpido a traves de su incansable lucha por la libertad. Ocioso resultaria intentar resenar en este espacio su entrega, en la que la sangre ha sellado de una vez y para siempre su vocacion de libertad, su conviccion soberana. Si nuestro pais ha logrado sortear tales afrentas, e incluso en la era moderna, es porque ha hecho valer su congruencia que no es otra cosa que la coincidencia entre sus principios, sus ideas y sus acciones. Tales principios son la defensa de la paz, la armonia social y su impulso creativo, cultural y artistico; en sintesis, su conviccion de convivencia armonica dentro del desarrollo. Es pues indispensable para actuar en consecuencia con un pais de esta indole que sus gobernantes y quienes ocupan cargos publicos reciban y respondan a la demanda de congruencia. Son siglos de historia; de hombres que han vertido en el papel y en las armas su incansable busqueda por dejar como herencia el pais que nos pertenece. La conformacion politica de nuestra nacion no es resultado del azar ni del capricho dictatorial. Si hoy estamos regidos por una Constitucion de la que se desglosa derechos ciudadanos individuales y colectivos, ello se debe justamente a su congruencia de vida. El dinamismo de los tiempos, sin embargo, obliga a la adecuacion de los movimientos politicos. No es de extranar pues, que en un momento en el que se busca el perfeccionamiento de la democracia haya enfrentamientos de ideas, espacios de pluralidad. Se traicionaria la vocacion de un pueblo si se violentaran los principios que nos distinguen como nacion en desarrollo. Anos de esfuerzo, de conciliacion, nos han provisto de una confederacion de estados en la que se respeta la autonomia de cada uno de ellos. Los recientes acontecimientos en el estado de Yucatan forman parte del dinamismo democratico. Es por ello necesario ponderar la experiencia y la congruencia que reflejan la posicion de quien es hoy el encargado de la politica interna del pais. En el reciente encuentro que el secretario de Gobernacion, Patrocinio Gonzalez Garrido, sostuvo con Dulce Maria Sauri Riancho, gobernadora de Yucatan, que hace unos dias dimitio de su cargo, el secretario dejo en claro que los principios constitucionales que nos rigen, lejos de modificarse por las diferencias propias de la participacion plural, se refuerzan. El compromiso del gobierno federal, subrayo Gonzalez Garrido, es que las "cosas de Yucatan, se resuelven en Yucatan". Palabras que refrendan la soberania conquistada, que respaldan la congruencia politica: los problemas en aquella entidad "competen a la instancia juridica que esta facultada por la ley electoral". Actitudes de esa congruencia, son las que han generado el pais libre en el que por fortuna aun es posible conciliar los proyectos personales con la vocacion soberana de una autentica nacion ibre en el que por fortuna aun es posible conciliar los proyectos personales con la vocacion soberana de una .