SECCION INF. GRAL. PAG. 4 BALAZO: DEBATE CABEZA: La participacion electoral CREDITO: Federico Berrueto Pruneda Las cifras preliminares de ciudadanos con la nueva credencial de elector superan las metas de los cuarenta millones de ciudadanos. En los meses que siguen es posible que el padron concluya con una cifra cercana a los 42 millones de empadronados. La calidad y cobertura del padron es uno de los aspectos que da mayor transparencia al proceso electoral; asimismo, es previsible que influye en la participacion electoral. En 1991 los ciudadanos que votaron representan 65% del listado ciudadano. Los comicios realizados con la nueva credencial han incrementado los niveles de participacion electoral tal como se destaca en las elecciones de gobernador en Coahuila y Yucatan. En consecuencia, la eleccion federal de 1994 puede llevar a las urnas a mas de 30 millones de electores, cifra que implica un gran reto para todos los partidos, a la vez que una extraordinaria oportunidad para encauzar en su favor la potencial participacion politica de los electores. En el caso del PRI, sus objetivos cuantitativos de la eleccion se vinculan a la optimizacion de las normas para integrar la Camara de Diputados y al proposito de incrementar su presencia en las zonas de mayor competitividad, en particular los estados gobernados por sus adversarios y en las zonas urbanas, ademas de los triunfos en las entidades en las que habra comicios locales simultaneos a la eleccion federal. La combinacion de estos elementos hacen pensar en una meta optima de 63% de la votacion o sea, aproximadamente 19 millones de sufragios. Para el PAN el reto se asocia a obtener el mayor numero posible de triunfos en los distritos electorales federales y a refrendar su fuerza en los estados con gobiernos del PAN. Las tendencias de votacion del PAN y las proyecciones de los resultados en los comicios locales remiten a una votacion entre 20% y 25% de los votos, lo que significara entre 6 y 7 millones de adherentes. El PRD no ha podido mantener la importante votacion que el FDN obtuvo en la eleccion de 1988. Las divisiones internas, la solida popularidad del gobierno y su incapacidad de hacer llegar su propuesta al electorado, derivado de su intransigente antagonismo a la autoridad le han restado fuerza electoral y presencia politica. Aunque la candidatura Cardenas y la estrategia de sumar otras fuerzas politicas signifique un incremento de la votacion en su favor, es dificil que supere 14% de la votacion, que representaria poco mas de 4 millones de sufragios. Bajo los supuestos anteriores corresponderian al conjunto de las otras fuerzas politicas, aproximadamente 7% de los votos, o sea 2 millones. Las elecciones presidenciales se centran, fundamentalmente, en la personalidad de los candidatos a la presidencia. No obstante y por fortuna, los comicios de 1994 muestras que los candidatos de las tres fuerzas politicas mayores son politicos profesionales, con reiterada experiencia electoral y estrechamente vinculados a las organizaciones politicas que abanderan. De esta manera, los partidos habran de definir su estrategia politica partiendo del doble origen del voto: el voto leal que corresponde a los ciudadanos que por una identificacion politica o ideologica con el partido, con certeza sufragaran en su favor; el voto simpatizante que consiste en las adhesiones que se derivan de la coyuntura y en particular de las expectativas que se generan en torno a los candidatos y su oferta politica. La magnitud de la votacion implica que el elector simpatizante tendra el mayor peso. Cualquier estimacion que se haga de los votos "duros" o "leales" de los partidos, estos seran significativamente insuficientes para alcanzar las metas de los partidos. En este grupo de votantes, los jovenes se destacan como el segmento mas relevante. Asimismo, los electorales de las zonas metropolitanas que han mostrado una gran variacion en sus preferencias partidarias y que han hecho del sufragio un instrumento util en su relacion con los partidos y la autoridad. El escenario previsible para 1994 implica una elevada participacion electoral, lo que obligara a los partidos realizar un doble esfuerzo: asegurar su base tradicional de apoyo y, en especial, obtener la confianza de los millones de ciudadanos que no militan o participan en los partidos o que su referencia a la politica se realiza bajo una relacion muy pragmatica de sus intereses o aspiraciones con el mejor candidato para representarlos en gobierno aliza bajo una relacion muy pragmatica de sus intereses o aspiraciones con el mejor .