GUIA: DCINC SECCION: Ciudad Pag. 30 CINTILLO: Callejoneando por la ciudadCABEZA: Las posadasCREDITO: RUBEN INCLAN Ahora que se avecinan las fiestas decembrinas resulta necesario atisbar que las tradicionales posadas han ido perdiendo, parte de esa originalidad que las caracterizo en los albores del colonialismo. En el ambito popular, es obvio que su desteje se debe, en mayor medida, a la carencia economica, mientras que la clase "acomodada" confude los parametros a seguir, convirtiendola en una tipica fiesta llamada reventon. Tal vez sean los clasemedieros, quienes se aferren a conservar dicha tradicion, y en un afan de radicalismo acudan al mercado de Sonora para adquirir las originales esculturas de barro y demas articulos que se emplean para caracterizar el nacimiento, parte fundamental de las posadas. Lo cierto, a proposito de las posadas, es que no se pueden precisar cuando se iniciaron en la Nueva Espana como manifestacion evidentemente popular. Se sabe que estos eventos se iniciaron dentro de los templos, en una actitud meramente religiosa y pagana recordando la penosa jornada de los santos peregrinos de Nazaret a Belen y el nacimiento de Cristo. Es posible que ante los feligreses que abarrotaban las iglesias, dicha festividad haya tenido que salir primero a los atrios, despues a las plazuelas y posteriormente a las calles, pero, no solo como manifestacion de algarabia, sino para reforzar la evangelizacion, y por ende, trasplantar este fenomeno social a las esferas marginadas. Estas practicas continuaron con cierta regularidad y variantes a lo largo del siglo XIX. El exito de estas ceremonias fue tal que pasaron a las haciendas y despues a vecindades y barrios. Los primeros en realizar estas fechas con un caracter profano fueron los agustinos, pues ellos introdujeron las misas de aguinaldo en los conventos, ademas de permitir que la musica sacra se alternara con sones y bailes populares. A partir de aqui tales festividades predominarian sobre el ambiente eclesiastico referido. El culto a la Noche Buena debe su propagacion a todos estos aconteceres y a que se dispusiera que en las ventanas se colocara la imagen de Nuestra Senora y otras pinturas de la majestad reinante. Los cantos y villancicos que eran de corte espanol muy pronto se combinaron con los no menos famosos Tocotines (cantos y danzas populares mexicanos intepretados en Nahuatl) escritos por Sor Juan Ines de la Cruz y entonados dentro de estas fiestas popularechas. Como consecuencia del Mexico independentista se instauro la celebracion de las nueve posadas, en donde participaban desde las molenderas hasta los aristocratas mas distinguidos. Se preparaban platillos como romeritos, pescado, ensaladas, etcetera, mientras que los ninos degustaban los pinones y cacahuates, tejocotes y un sin fin de anices, confites y canelones. Como parte medular de la posada, se entonaban cantos y organizaban bailes que duraban en algunas ocasiones hasta la misa de gallo. Como se vera, la posada era una exaltacion de la festividad, un recrearse con la delicia y emocion, claro esta, sin perder, en aquellos tiempos la solemnidad y compostura moral. Tampoco existe dato alguno que esclaresca la introduccion de la olla de barro adornada con papel multicolor, llamada pinata. En el siglo XIX, por primera vez aparecen registros en los grabados de Jose Guadalupe Posada aunque se especula que hacia 1840 se vendian en el atrio de la Catedral de Mexico. Tambien se cuenta que en ocasiones el pueblo se reunia en las inmediaciones del Zocalo para participar en las posadas. Finalmente, hacia 1878 el arbol de navidad pasa a formar parte de esta magna festividad con el general Miguel Negrete, adversario politico de Porfirio Diaz, quien es uno de los primeros que colocan uno en su casa. Con esa innovacion se rompian los esquemas tradicionales para convertirse en una verbena popular, pues desde entonces, no hubo orquestas, pianistas o filarmonicas que amenizaran estas tertuias. Es asi como dicha costumbre se apega a los canones del folklore nacional, con letanias contestatarias y ponche con piquete entre otros, que hoy parece viven sus ultimos suspiros el folklore nacional, con letanias contestatarias y ponc .