GUIA: BLACI PAG. 4 SECCION: INF. GENERAL CINTILLO: Recorrido del presidente Salinas por la historia y la leyenda de China CABEZA: La Ciudad Prohibida abrio sus puertas CREDITO: GABRIELA ORTEGA R., ENVIADA BEIJING, 18 de diciembre.-Historia, leyendas mitologicas, objetos inertes y mudos testigos de siglos, majestuosidad y sobriedad, se combinaron y ofrecieron a Carlos Salinas de Gortari la posibilidad de traspasar el tunel del tiemmpo, de encarar y admirar a la imponente Ciudad Prohibida que en sus ayeres se hizo de una tradicion similar a una que en la actualidad se ejerce en Mexico. Basto que cruzara el umbral para que se dejara atras el buillicio de la modernidad que intenta penetrar hasta lo mas profundo del pueblo chino, poseedor de una gran historia, de una larga tradicion imperial de mas de dos mil anos. Bajo el intenso frio de menos de ocho grados, el presidente de Mexico enfilo sus pasos hacia el interior de esa gran construccion prohibida que data del ano mil 420 y que guardo la vida de dos dinastias y de los 24 emperadores que de ellas surgieron. Lo primero que del Palacio Imperial se ofrecio ante sus ojos fue la gran plaza, en la que los emperadores protagonizaron suntuosas ceremonias durante cinco siglos y los primeros 11 anos de este. Esa plaza era el primer punto de su recorrido de casi una hora por las inmediaciones de la Gran Ciudad, en que se erigen soberbias mas de 900 construcciones dedicadas a tareas especificas del Imperio Chino que termino con la revolucion democratica burguesa dirigida por Sun Yat-sen. Mientras avanzaba hacia lo mas intimo del magno palacio, guiado por el viceministro de Cultura, Liu Deyou, las personas que recorrian en ese momento las instalaciones, en su mayoria chinos de diversas provincias, seguian con interes sus pasos, comentaban que era el presidente de Mexico. Lo reconocian de inmediato. Acompanado por funcionarios chinos y mexicanos, Salinas de Gortari se adentro en la historia, en esa a la que confeso queria conocer de cerca, sentirla, admirarla. Su visita de Estado a la Republica Popular de China le dio esa oportunidad. Aun cuando la bella construccion muestra ya las secuelas del tiempo y del abandono de residentes en su interior, el presidente Salinas mostraba a cada momento su satisfaccion por estar ahi. Se le notaba en el rostro el beneplacitio que sentia de poder compartir recuerdos del pueblo chino, de las dinastias Ming y Qing, del ultimo emperador que en su salida permitio que la Ciudad Prohibida abriera sus puertas a todo aquel deseoso de conocerla. Por eso es que se ofrece a los visitantes como un gran museo del que no se cansan las miradas. Salinas de Gortari hizo preguntas, muchas, sobre el significado de cada rincon por el que logro penetrar. Las respuestas en chino encontraban inmediata traduccion sobre el estilo de la madera tallada a mano, las figurillas, los jarrones, vajillas y muchas otras cosas que forman parte inevitable del Palacio que muestra la majestuosidad de sus pagodas. Sedas, grandes encortinados, porcelanas, sillones forrados de las mas excelentes telas, tapetes orientales, biombos, vestidos imperiales, y muchas otras cosas recrearon la mirada del jefe del Ejecutivo al incursionar por los salones de la coronacion, del reposo, de la primavera, de la excelencia y otros mas. La baja temperatura que lo hizo notar un poco resfriado, no impidio que llegara hasta los aposentos de los emperadores que todavia tienen cada cosa puesta en su lugar, como si alguien viviera, como si se esperara que alguien los ocupara. "Nos encontramos en el centro del Palacio Imperial", dijo el guia al senalar con el dedo indice hacia la parte posterior en la que se desarrollaba la vida cotidiana de los emperadores con sus concubinas, explico. Lo imenso de la construccion, de mas de 700 metros cuadrados, albergaba en los tiempos del imperio a cerca de 10 mil personas, informo el guia al mandatario mexicano que no salia de su asombro a cada paso que daba. Al penetrar todavia mas, poso su mirada en un arbol peculiar. Pregunto lo que simbolizaba y como respuesta se le informo que se trataba del "arbol del matrimonio", nomb re que adquirio a raiz de los dos troncos que se fusionaron para "dejar caer el follaje del amor". Salinas de Gortari volteo, echo un vistazo a su comitiva y pregunto si alguien se queria quedar ahi. Los cuestionados se miraron -Manuel Camacho Solis, Jaime Serra Puche y Emilio Lozoya, entre otros- y solo dejaron escapar una gran sonrisa. Al llegar el turno de visitar el salon de la excelencia, el primer mandatario seria enterado de una tradicion que resguardaron sus cuatro paredes. "Aqui -decia el guia- las tres personas mas inteligentes del imperio conocian de cerca al emperador, quien les hacia preguntas y los premiaba, casi siempre, con una cena". "Esta es una coincidencia -agrego Salinas de Gortari-", al recordar que en Mexico se tiene una tradicion que, aunque no fielmente, se asemeja a la de la Ciudad Prohibida. Esa tradicion recordada por el jefe de la nacion se lleva a cabo cada ano en nuestro pais, cuando el presidente de la Republica invita a los ninos mas aplicados a reunirse con el. El final del recorrido llego y Salinas de Gortari volvio a traspasar el tunel del tiempo, pero esta vez para retornar a nuestra epoca y dirigirse al restaurante Pato Laqueado y de ahi al aeropuerto internacional de Beijing para salir con rumbo a Shanghai, segundo y ultimo punto de su visita por China. Mientras tanto, las leyendas mitologicas de la Ciudad Phohibida seguiran merodeando todos y cada uno de sus rincones, resguardados por dragones, muchos de los cuales estan tallados en una gran lapida de piedra de una sola pieza de 16 metros de largo, poco mas de un metro de espesor y mas de tres metros de ancho, colocada en el frontispicio, al mismo nivel de las escalinatas de la primera pagoda que separa a las dos grandes explanadas. "Los dragones eran la ruta que deberian seguir los emperadores", sabria Salinas de Gortari ra a las dos grandes explanadas. "Los dragones eran la ruta que deberian seguir los emperadores", sabria Salinas de Gortar .