seccion inf. gral. guia: 14ALPonte Pag. 1-1 balazo: LA NACION Y EL MUNDO cabeza: Rusia: escalofrio electoral y su logica politica (I) credito: Juan Maria Alponte En el mundo occidental, que quiere creer en los cuentos de hadas, el resultado de las elecciones en la Republica Rusa ha significado un escalofrio. Olvida Occidente, con la desmemoria de paises gobernados por dos grandes aventuras de la imaginacion (la revolucion politico-parlamentaria y la revolucion industrial), que los procesos totalitarios, en el desarrollo posterior a los cataclismos que vuelan un sistema, producen pesadillas. No se pasa de un modelo autoritario o totalitario, con la economia centralmente planificada, y sin experiencias de pluralidad politica, a formas especificas de debate y tolerancia; no se pasa de un modelo de desarrollo centralizado y dirigido por una nomenklatura obediente a los dictados del Gosplan (aunque fueran disparatados en muchas ocasiones) sin una honda crisis espiritual y material. Sin embargo, los hombres de la perestroika y la glasnost no llegaron a sus conclusiones reformistas porque fueran unos "traidores" -epiteto casi divertido por la simplificacion lamentable que implica- al socialismo, sino porque habian llegado a unas conclusiones generales muy objetivas: que el regimen politico, estancado ante una sociedad escolarizada y avida de nuevos modelos de conducta, no daba mas de si. Es falso, sin embargo, que pretendieran desmantelar el sistema. La verdad concreta es que habian llegado a la presuncion general, y generacional, de que era ineludible el cambio. Su analisis de la situacion, caso de Gorbachov, por ejemplo, gravitaba sobre la idea de que Stalin, y despues Brejnev, habian empantanado el regimen y que este, pese a su armamento nuclear, giraba sobre si mismo sin encontrar soluciones a la utopia feliz: superar el PNB per capita, en satisfactores materiales, de Estados Unidos. Desde Kruschov, que avanzara esa hipotesis para 1980, el tema acosaba a los viejos revolucionarios y a las nuevas generaciones. Estas ultimas, nada jovenes en el sentido mexicano de la rotacion de sus elites (sin regresar a Carlos Andres Perez, Rafael Caldera o los hijos de los hijos, Alessandri o Frei), habian pasado de la gleba campesina a la universidad y habian salido de sus aulas en el momento mismo en que se producia la condena oficial de Stalin por Kruschov. Balance tragico para tres jovenes que casi habian nacido en el mismo ano o con poca diferencia. Elijo, por ejemplo, a tres: Mijail Gorbachov, Boris Yeltsin y Eduard Shevardnadze. Un grupo, en su torno, de economistas, sociologos e historiadores, alentaba, desde la explicitacion racional, la urgencia del cambio. Cuento entre ellos al economista Abel Aganbegyan, enviado por los mandarines del irracionalismo a un Instituto de Siberia para alejarlo de los centros de poder. Abel Aganbegyan reunio en su torno, por atraccion inevitable, a jovenes muy diversos y de disciplinas plurales. Entre ellos estaria Tatyana Zaslavskaya, economista y sociologa -cuando la sociologia, cuenta ella, era mirada con absoluta desconfianza como si se tratase de un campo universitario minado por los estudios occidentales- que habia nacido en 1927. El historiador Yuri Afanasyev (1934- ) se transformaria, a su vez, en el mas ardiente defensor de la glasnost. No existia area de la ciencia, la economia, la historia, donde esa generacion, que no habia participado ni en la revolucion de 1917 ni en la guerra contra Alemania a partir de 1941 porque habian llegado tarde en el reloj de la historia, no contribuyera a considerar que el sistema tropezaba con muros de piedra y que era preciso abrirlos por su propia sobrevivencia. Recuperaron, por ello, dos voces, testimoniales, del final del siglo XIX que habian sido campo de batalla dialectica contra el poder central e imperial zarista: perestroika, o reestructuracion, y glasnost, que implicaba la necesidad no de la "transparencia", como ha sido traducida en el mundo occidental, sino de informacion real o publica (la palabra glasnost, femenino en ruso, procede de la raiz "glas", "golos", que significa "voz", y del verbo "glasit", que significa "hacer publico"). En suma, los vocablos perestroika y glasnost, rapidamente universalizados (sin su contexto cultural y linguistico) revelaban la asfixia en que vivian las nuevas generaciones. Generaciones que encontraron en Alexandre Yakolev (1923- ) el jefe de fila. Siempre y cuando advirtamos que todos ellos, todos los nombrados, mas Gorbachov y Yeltsin, estaban incorporados al sistema, es decir, al regimen en sus niveles politicos, academicos o sociales mas altos. Inclusive el historiador Afanasiev habia sido cabeza dirigente del periodico Kommunist, que editaba, nada menos, que el Comite Central. Yakolev, que habia sido desterrado al "exilio dorado" -como embajador de la URSS en Canada- dice que en ese cargo conocio, por vez primera, autenticamente, a Gorbachov. Senala que, antes, habian hablado "oficialmente", pero que solo en Ottawa entablaron un dialogo, a miles de kilometros de la Plaza Roja de Moscu , sobre lo que consideraban inviable: el regimen de la URSS tal cual ellos lo vivian. De Yakolev se ha dicho que es el verdadero "padre" de la perestroika. Un libro suyo, terminado en Moscu el 27 de febrero de 1991 y publicado en Francia en el mes de abril del mismo ano (una sociedad deseosa de estar informada) nos adelantaban, entonces, lo que deseaban hacer. El titulo de su libro, en frances, es inequivovo: Ce que nous voulons faire de l/Union Sovietique (Esto que queremos hacer en la Union Sovietica). El libro, a su vez, de Abel Aganbegyan, publicado inmediatamente en ingles bajo el titulo de The future of the Soviet economy (que publico Harper ) Row... en 1989) nos proporcionaba ya, con el Perestroika 1989 (publicado en Inglaterra en 1988) una idea global del proyecto general. Anadiria, como punto de referencia del grupo, el libro Voices of glasnost. Interviews with Gorbachov/reformers (Voces de la glasnost. Entrevistas con los reformadores de Gorbachov, libro esplendido publicado por Norton en 1989), en el que se planteaban las distintas hipotesis reformadoras. El nombramiento de Gorbachov en 1985 como secretario general del partido, "por unanimidad", dice su esposa en su libro de memorias (I hope. Reminiscences and reflections, publicado por Harper- Perennial en 1991) creo las condiciones materiales para el ascenso de la generacion instalada en el poder, pero perdida en el. Baste recordar, frente a los dinosaurios del pasado, casi inmoviles como el asombroso caso de Brejnev, que Gorbachov fue considerado como una revolucion porque tenia... 54 anos. Me permito volver a decir, para medir el tiempo previo a la llegada de los "jovenes", lo que expresa Raisa Gorbachov de los dias previos al nombramiento de su marido. Dice: "Konstantin Ustinovich Chernenko murio en la tarde del 10 de marzo de 1985. Nada habia sido revelado en lo que concernia a su condicion fisica y enfermedad. El 2 de marzo se supieron, eso si, los resultados de las elecciones de las republicas para el Soviet Supremo. Las elecciones senalaron que el 99.98 por ciento de los electores habia votado y que el 99 por ciento lo habia hecho por los candidatos nominados... Cherneko fue elegido diputado del Soviet Supremo por la Federacion Rusa. La prensa informo que habia recibido a una comision electoral que le entrego el certificado confirmando su eleccion y el discurso de Chernenko ante ellos. Lo que no dijo la prensa fue que Konstantin Ustinovich estaba en el hospital y gravemente enfermo..." (pagina 130 del libro citado). Ese modelo era ya inviable. Cuando Gorbachov fue elegido por unanimidad ("Mikhail Sergeyevich/s -dice complacidamente su esposa- election was unanimous") todo el mundo comprendia que era imprescindiblemente cambiar y reformar, profundamente, el sistema. Contrariamente a lo que se piensa desde la supersticion que anima la fabulacion sobre los traidores, Gorbachor pretendia salvar el sistema regresando a Lenin, es decir, considerando que el stalinismo constituia, con sus sucesores, una etapa de estancamiento politico y social que hacia imposible los cambios. Su creencia era la necesidad de recuperar las ideas de Lenin, despues del fracaso del comunismo de guerra, esto es, la nueva politica economica leninista. Yuri Afanasiev, entre otros, discreparia de esa concepcion leninista, en orden a la nueva politica economica, por considerar que no concordaba ya con las condiciones actuales de la URSS. La intervencion de Yuri Afanasiev en la Universidad de Michigan, sobre ese tema apasionante, constituye un formidable ensayo de interpretacion de ese debate interno. La Universidad de Michigan (Michigan Quarterly Review, Fall 1989. Perestroika and Soviet Culture) publico el coloquio integro. Con la entrevista que hacen Stephen F. Cohen y Katrina Vandem Heuvel al mismo historiador, en Voices of glasnost, se puede tener una idea cabal del pensamiento de esos hombres en aquellos dias. Gorbachov y sus colaboradores no supieron comprender las dificultades de su proyecto. Estaban apasionadamente dispuestos a sobrevivir, como poder politico, reformandose, pero no entendieron -aunque su critica era lucida y racional- que el sistema era de una sola pieza y que cada reforma significaba una experiencia en terminos de derribo de todo el domino. No existian estructuras plasticas y se carecia de una economia, como en el caso de la dictadura franquista, hubiera proporcionado la ocasion, por su extremo dinamismo y conexion con el mundo exterior, para crear nuevas clases con intereses y capacidades probadas en la vida autonoma e independiente. Inmediatamente, nada mas que aparecer la posibilidad de la "informacion publica" de los acontecimientos (glasnost) el problema de las naciones, enfrentadas ya al imperio ruso, se hizo ostensible. En suma, el problema de las nacionalidades, sin resolver desde 1918, porque la concepcion leninista de la Constitucion y de la Confederacion eran centralistas y autoritarias supuso, como en su inicio, la rebelion de las nacionalidades y la desaparicion practica del Partido Comunista como sistema central. En efecto, los partidos comunistas, que Lenin considero que jamas deberan ser regionales, ante la proclamacion de la independencia de las republicas votaron mayoritariamente, por su reconversion, sin mas, por estrategia de poder, en partidos comunistas nacionales, es decir, ucranianos, rusos, armenios, georgianos, etcetera. Gorbachov, y nunca sabremos bien la dimension de su crisis interior, protesto abiertamente contra esa transformacion. Sus palabras son pateticas: "­Eso significaria la desaparicion del Partido Comunista de Lenin!" Tenia razon, pero ya era tarde. De la misma manera, tendria que aceptar, a su vez, que no existia un pueblo sovietico (como superador de los problemas de clase o de naciones), sino que los rusos eran rusos, los ucranianos, a su vez, ucranianos... En eso no se habia pensado. Apenas existe, entre los defensores de la perestroika y la glasnost, una sola palabra que previera o considerara que podia producirse, como prueba terrible del fracaso constitucional del modelo juridico-politico del bolchevismo, una crisis nacional. En suma, que volviera a plantearse el problema nacionalista como en 1917. Se suscito, como ocurre siempre en la historia, porque no se habian resuelto, debatido y creado las condiciones democraticas para encontrar soluciones federales comunes. Eso requiere otro modelo juridico-politico y creado las condiciones democraticas para encontrar soluciones federales comunes. Eso requiere .