GUIA: N12HACIE SECCION: Espectaculos Pag. 8 CINTILLO: Cadencia y sonoridadCABEZA: Las vertientes de la musica campesina cubana SUMARIO: Los guateques se improvisavan en la casa, glorieta del batey, almacen de tabaco, patio del ingenio, en la plaza de cualquier puebloCREDITO: Ernesto Marquez El siglo XIX constituyo para Cuba el periodo de formacion y de-finicion de la conciencia nacional. Los antagonismos entre la colonia cubana y la metropoli espanola se recrudecieron de manera paulatina y la necesidad de independencia fue cada vez mas la premisa que enarbolo un sector de la burguesia criolla ahogada por las trabas economicas coloniales y por la restriccion de sus derechos ciudadanos. La interaccion de los factores componentes de la sociedad caribena se hizo aun mas plena y dio paso a una cultura primero criolla y luego decididamente cubana. Para la musica ese fue un periodo de integracion y definicion a partir de complejos ritmicos y melodicos en los que muchos elementos entraron en juego. En ese contexto, la musica espanola, uno de sus antecedentes, propicio la formacion de expresiones de baile y canto como el zapateo y el punto cubano. El desarrollo del punto cubano ve su origen esencialmente en zonas rurales y caracteriza una de las vertientes de canto del campesino cubano. Si bien organicamente zapateo y punto constituyeron una unidad, en la actualidad el primero no se encuentra en la practica social, pues su desaparicion se produjo paulatinamente desde los primeros anos de este siglo. Las areas de expresion del punto son principalmente las zonas centro- occidental y algunas regiones de la parte oriental de la isla. Para entender como se desarrolla esta expresion musical cubana tan poco conocida, nos remontaremos al siglo XVIII, cuando en la Cuba colonial se daba un enorme desarrollo comercial a partir de la explotacion de la cana de azucar y de la industrializacion del tabaco. Ambas situaciones que provocaron una oleada de esclavos africanos y a la vez una masiva inmigracion de espanoles procedentes de regiones y capas sociales diversas que llegaron para contribuir a la economia de plantacion con grandes proyectos agricolas, entre los cuales destacaba tambien el cultivo del cafe. Particularizando, en las tierras tabacaleras y cafetaleras, ubicadas en las regiones montanosas de la isla, cedidas por la corona a ciudadanos espanoles provenientes en su mayoria de Islas Canarias, estaban asentados una serie de poblados de esclavos negros libertos o cimarrones que habian escapado de las plantaciones azucareras y "tomado monte", eligiendo esas partes altas para, entre otras cosas, dedicarse a las labores agricolas. Reunidos en cabildos dentro de los cuales se prestaban ayuda mutua y proteccion, estos cimarrones cultivaban tambien sus tradiciones culturales y religiosas africanas. Por lo que, desde que llegaron a esas tierras los insulares hispanicos, convivieron en todo momento con musicas y bailes como el gurumbe, paracumbe, chanbumbe, congo, tumbala, zambapalos, gayumba, retambo, yeye, cachumba, a los que se refieren los poetas del Siglo de Oro espanol que, por lo que nos dice la sonoridad de los vocablos, no estan muy lejos de la rumba, los yambus, los guaguancos, bembes, tumbas... que posteriormente aparecen en toda Cuba. Paralela a estos bailes africanoides se desenvuelve la musica espanola que parte de la guitarra y que va adquiriendo una serie de caracteres segun intensifica su relacion con el medio y las expresiones negras. Una labor de sintesis empieza a darse. Esta musica criolla va convirtiendose en campesina, donde el canto adopta la decima como texto y baja del monte a las poblaciones urbanas gracias a esos juglares que se ligan al comercio entre el campo y la ciudad. Determinandose con el tiempo dos versiones: una urbana y otra rural. Es a mediados del siglo XVIII cuando en la isla se habla ya de una musica propia de los hombres que trabajan en el campo, los guajiros. No es espanola ni africana, pero contiene elementos de ambas culturas. Es una musica vital, llena de motivaciones que no decae y que a la fecha sigue siendo uno de los rostros mas alegres y picaros de las Antillas, el del campesino cubano. De la musica campesina, punto cubano o guajira, aparecen datos historicos en fuentes escritas desde mediados del siglo XVIII. En el diccionario provincial de voces cubanas, de Esteban Pichardo (editado en 1836), se describe ampliamente esta expresion: "La musica guajira, de fuerte influencia andaluza, tiene su sustento en la evolucion de las mezclas tonales afroespanolas y en el desarrollo de la decima improvisada como texto. Su danza, de caracter zapateado, depende de la misma tonada y ritmo que acompana al texto (...) Este tipo de quehacer musical se mantiene muy influido por las inmigraciones de los islenos, naturales de Islas Canarias, que se han establecido en estas tierras gracias al desarrollo y estabilizacion de la industria del tabaco (...). Pero a pesar de esa fuerte presencia de elementos hispanicos, que en buena medida ha robustecido el quehacer sonoro del campesino cubano, no se puede decir que la musica guajira venga directamente de una region determinada de la peninsula iberica". Otro documento es el libro Las provincias de Espana (publicado en 1845), el cual reproduce la manera de vivir del campesino cubano, sus costumbres, organizacion social y ejemplos de cantos y zapateados como testimonios de la actividad cultural en la Cuba colonial. Existen ademas numerosos grabados, dibujos y acuarelas que muestran los intrumentos musicales (laud, tiples, bandurrias, guitarras, guayos y claves) que interpretaban y las distintas formas de bailar el zapateo, con las artes de la argolla y la solicitud del baile ofreciendo el sombrero, asi como los ambientes sociales y el vestuario de moda. Estas son evidencias de un desarrollo inicial de la musica campesina que va a mantenerse en la preferencia de los sectores rurales -y urbanos- hasta nuestros dias. Desde aquellos anos, el punto y el zapateo cubano se han mostrado como expresiones espontaneas del pueblo llevandose a cabo en fiestas llamadas guateques. Estas fiestas se improvisan en alguna casa de familia, glorieta del batey, almacen de tabaco, patio del ingenio o en la plaza de cualquier pueblo que celebre una fiesta patronal. Se reunen cantadores campesinos quienes recrean decimas cuya tematica esta referida a las situaciones locales: la campina, la fauna, la flora, la geografia cubana; lo humano, lo divino, lo mitologico y, por supuesto, a los avatares politicos y sociales. Las "versadas" se hacen sobre la base de una serie de imagenes que se traducen en frases hechas, las cuales implican, a su vez, una rima. Antes se ha desarrollado la habilidad de decir frases octosilabas sin necesidad de aislar las silabas y contarlas, sino por el sentido ritmico interior del verso. Entre las formas de versar han figurado las glosas de una cuarteta y las decimas de pie forzado, del tipo "controversia/ (duelo entre trovadores que aqui en Mexico se conoce como "topadas") sugerida por el contrario a partir de una palabra o una frase con la que habra de concluir. Las decimas se han cantado tambien anadiendoles estribillos, bien al final de cada verso o al final de cada sesion o al principio, lo que determina una gran variedad de puntos. Despues de esto la preparacion que el guajiro se procura complementa su habilidad de versador. Es usual en este tipo de cantor-versador el hacerse de todo tipo de lectura, y mas de aquella que le permite un conocimiento en astronomia, mitologia clasica, geografia, anatomia, historia... hasta las especializadas en sociologia o economia politica. Antes, cuando no habia tanta divulgacion cultural, leian los almanaques que regalaban las casas comerciales asi como revistas de miscelaneas ilustradas y novelas por entrega. Si alguno de ellos no sabia leer esto no era impedimento: procuraba siempre que algun amigo o familiar lo hiciera por el y asi estar "al dia" y poder celebrar controversias que en mucho de los casos eran tan extendidas como la duracion del mismo guateque. La decima cantada o escrita es el punto de contacto mas generalizado entre estos juglares bucolicos y el pueblo. En los tiempos previos a la republica recorrian amplias zonas rurales y urbanas recogiendo el sentir popular para describirlo luego en puntos y tonadillas o narraciones escritas en forma de decimas que, en hojas sueltas, imprimian y vendian con mucho exito entre sus seguidores. Por lo que en toda Cuba este tipo de trovador esta prestigiado como "poeta" y cronista melodico. Aunque el oficio trashumante de los trovadores campesinos hizo que se perdiera en parte la coreografia danzaria (zapateados) de la guajira cubana, esta gano en cuanto a la definicion de un estilo: afinando los punteos en los instrumentos de cuerda, la entonacion al momento de decir su canto y el perfeccionamiento de la decima como texto literario. Gilbert Chase dice en The Music of Spain que la petenera salio y regreso modificada a la madre patria. "Modificada por ritmos negros antillanos, tomando desde ahi el nombre de guajira". Los elementos afro a los que se refiere Chase, ya lo dijimos, fueron aportados por los negros libertos o cimarrones con los que se topo el agricultor espanol a su llegada a Cuba. Por su parte, Emilio Grenet (hermano de Eliseo y Ernesto, pianistas y compositores los tres) plantea en su libro La musica popular cubana que la cadencia campesina toma del elemento espanol el caracter mixolidio (sistema musical de los pueblos antiguos). A lo que la musicologa Maria Teresa Linares agrega: "No solo la cadencia, sino toda la sonoridad modal de las tonadas campesinas se rige por el patron modal mixolidio, cosa comprobada en la mayoria de los puntos guajiros, y en ellos aparece, sin excepcion, este modo mayor sin sensible (escala mayor o menor a un semitono de la tonica). Tambien aparece una sonoridad modal menor, relativa de la anterior muy presente en las tonadas que los campesinos cantores llaman espanolas". El estilo instrumental de la guajira cubana, cuyo ritmo esta escrito en tres por cuatro, y su armonia va de tonica a dominante, varia en la medida que se hace mas cantabile, por lo que impone versiones distintas. Los estilos de guajiras mas socorridos son dos: el llamado punto libre y el punto fijo. El libre es conocido por algunos como pinareno o de vueltabajo, tiene una linea melodica muy fluida de medidas flexibles y de aire mas bien lento. En este estilo los instrumentos solo pueden ejecutar algunos rasgueos o perseguir al cantante con algunos punteos, omitiendo la clave como pulso ritmico. Terminada la decima o la primera parte de la decima, los instrumentistas arrancan en un segundo tiempo de un compas de tres por cuatro, ejecutado en tempo giusto (tiempo estricto). El punto fijo, localizable en las provincias de Las Villas y Camaguey, se caracteriza porque el cantor conserva un mismo aire y una medida exacta, por lo que el acompanamiento de la guitarra y el laud continuan, y la clave no deja de tocar. De ahi que tambien se le llame punto en clave. Es indudable que estos estilos parten de los usados por conjuntos canarios, de bandurrias, que tocaban jotas, malaguenas, isas y folias. Se dice que en la transicion la bandurria dejo la parte cantante al laud, instrumento al que se le hizo acompanar de otros cordofonos como la guitarra o el tres, y de algunas percusiones tipicas como guiro, clave y bongo; quedando asi definido el conjunto campesino en cuyos giros melodicos queda muy poco del vigor hispanico. Otras variantes de guajiras son el punto espirituano (de Sancti Spiritus) y el punto matancero (de Matanzas). El primero presenta un estribillo coreado que completa la melodia de la tonada, formando una conclusion a la frase musical iniciada en la tonada... El otro se caracteriza porque el cantor, al finalizar la tonada, va metiendo la melodia en una medida fija hasta terminar en un estribillo. Esto como caracteristicas generales, pues dentro de uno u otro estilo caben multiples variantes. Es frecuente tambien el estilo de punto cruzado, que es una variante del punto fijo, consistente en cantar sincopadamente sobre el acompanamiento. Se acostumbra en este estilo emplear una frase breve que se repite constantemente al comienzo de cada seccion de las dos que forman la decima. Aunque un poco en desuso, esta tambien el de la seguidilla, que consiste en cantar varias decimas seguidas, sin interrupcion, usando una tonada que puede, en cualquier momento, cortar una palabra. En esta forma era usual narrar cuentos en decimas, sin parar, y casi siempre sobre motivos fantasticos e incongruentes, poniendo animales como personajes. Los viejos cantadores campesinos cultivan tonadas anteriores, las cuales identifican por el nombre del cantor al que se le atribuye su creacion. No faltan las decimas jocosas, en las que aparecen estribillos onomatopeyicos haciendo de burro, ganso, gallo, perro, vaca o de risas. Dijimos que la musica que acompana al canto guajiro habia perdido mucho del vigor hispanico, pero este no fue el caso del canto, que en su estructura tonal y melodica mantiene muchas inflexiones o giros vocales que imitan algunos estilos del canto espanol. Por ejemplo, su manera de decir "hondo" no es otra cosa que una variante del cante "jondo" que acompano en su viaje a los originales de Islas Canarias. Todo aquel que haya oido cantar a un isleno habra notado la impostacion nasal, aguda, y el estilo llano de su entonacion. Sus giros lucen desentonados hasta que llegan al reposo de una cadencia. Este mismo estilo de impostacion se nota en cantores de puntos guajiros pinarenos, habaneros y matanceros. Y lo que les da esa sensacion de inestabilidad tonal, es, precisamente, la caracteristica de la ausencia de la nota sensible que no se resuelve en la tonica. Este estilo de cantar es muy parecido tambien al de las peteneras u otro genero similar andaluz. El punto guajiro en la provincia de Camaguey conserva caracteristicas de la buleria y de otros generos de ritmos rapidos y giustos. El acompanamiento es a base de acordes que no varian al comenzar el canto, y suelen acompanarse de palmadas o de instrumentos tipicos de percusion. Este punto es el mas cercano a influencias hispanicas. En este estilo se cantan las tonadas en menor llamadas espanolas. Con el correr del tiempo la musica campesina sufrio todo tipo de influencias y distorsiones, provocadas por las diversas corrientes musicales que suponian modas, y por un trazado social tendiente a la urbanizacion que cada vez arrinconaba mas al guajiro. El hombre de campo que pudo hacerse de mejor posicion, negaba sus tradiciones para poder ubicarse en las capas superiores de la burguesia criolla. Hablar de vacas y bohios en una reunion de sociedad era sinonimo de atraso cultural. El teatro vernaculo de principios de siglo cobijo a un personaje llamado Liborio, representacion de un guajiro lepero, desarrapado y de vida disipada que aportaba una imagen completamente falsa del campesino cubano y que servia solo de pretexto para caricaturizarlo. Junto a este personaje fueron apareciendo una serie de trovadores campesinos "urbanizados" que se presentaban a cantar puntos en las tandas de los cines y teatros. Estos "guajiros" eran de cliche, de etiqueta, y mantenian un contacto mas cercano con la ciudad que con el campo. Muchos de ellos imitaban los cantos y las maneras de ser del campesino: tomaron la guitarra y el laud, se vistieron de guayabera, sombrero de yarey, un machete que no formaba callos en las manos, colgando decorativamente del cinto, y unas botas y espuelas que no se irian a clavar en caballo alguno. Cantaban las decimas del poeta rural aprendidas de memoria y se hacian llamar con nombres de maderas cubanas: La Yaya, El Jiqui, El Tibisi... Empezaba a destenirse pues una vieja tradicion canora. Guajiras y criollas apocrifas aparecieron narrando las bellezas de un campo feliz, olvidando sus miserias y alabando sus arroyos, sus palmares, sus sinsontes, los tomeguines o a las guajiritas de manitas blancas cuando en realidad estaban percudidas de tierra, rotas de tanto labar con jabones pesimos o hervir con cenizas, pilar cafe y labrar el campo. Con la llegada de la radio la musica campesina sufrio un proceso globalizante que lejos de ayudarla le hizo perder mucho de su frescura. El mercantilismo que conllevaba este medio tomo su fuerza popular y la uso con fines publicitarios. Asi la orgullosa guajira campesina, plagada de poesia, se vio humillada al ser utilizada para enaltecer las virtudes de ciertos productos comerciales. Y lo peor vino cuando a las empresas de estos productos les dio por patrocinar festivales, ya que estos desplazaron a los tradicionales guateques. Segun avanzaba el progreso y la modernidad en Cuba, la tradicional musica guajira iba siendo relegada al oscuro rincon del olvido sin que nadie hiciera nada por rescatarla. Salvo, claro esta, el humilde guajiro que desde su atalaya campesina seguia cantando sus tonadas, improvisando sus poesias, perfeccionando los punteos en su laud y creando ciertas diferencias locales de su cantar. De ese entonces se destacan esfuerzos serios por rescatar la expresion musical del campesino cubano. Trabajos como el realizado por la revista Archivos del folklore cubano, que publico una amplia antologia titulado La decima en Cuba, de Antonio Iraizos, asi como infinidad de articulos del investigador y poeta Joaquin Llaverias, todo esto localizable en la Biblioteca Nacional de La Habana. Tambien existe una primera e importante lista de grabaciones a cargo de la RCA Victor y Panart, que nos muestra el trabajo de interpretes y compositores a partir de los anos treinta ones a .