GUIA: 11GUILLE SECCION: Espectaculos Pag. 8 CINTILLO: Guillermo Cabrera Infante: recuento de su vida CABEZA: El cine, el desierto y la locura SUMARIO: "Tengo que agradecerle mucho al cine, mucho mas que a la literatura. El cine no solo ha inventado mis suenos sino que me ha permitido habitarlos" CREDITO: Angel S. Harrguindey En el londinense barrio de Kensington, victoriano, elegante, solido y limpio, vivieron William Thackeray, Robert Browning, Henry James y T.S. Eliot, entre otros. Por alli viven ahora los principes Carlos y Diana, Lod Snowdon, Guillermo Cabrera Infante y Miriam Gomez, naturalmente en inmuebles distintos. En todo caso, es un barrio confortable que ha jugado un papel esencial en la larga travesia por el desierto de la soledad y el anatema que recorrio el escritor cubano, su mujer y sus hijas, desde que en 1965 decidieron cortar las amarras que les unian al regimen y a la ciudad de La Habana. 30 anos mas tarde, la desafeccion habia comenzado antes del 65 y la historia le ha dado la razon y con ella una buena pleyade de viejas-nuevas amistades, incapaces de comprender la amargura que puede provocar la constatacion de los aciertos. En el amplio salon atestado de libros suenan los 40 years of cuban jam session, con un amplio elenco de excelentes musicos cubanos dirigidos por ese prodigio del saxo alto, clarinete y flauta que es Paquito de Rivera. El disco acaba de salir editado en Alemania y con el anuncio de que se incluye una introduccion de Guillermo Cabrera Infante. Un disco aleman en un salon londinense que consigue inundar el ambiente de La Habana. Es la virtud maxima del arte: transmitir sentimientos y sensaciones al margen de la geografia. En Madrid se acaba de presentar la reedicion del hasta ahora descatalogado Un oficio del siglo XX (EL PAS-Aguilar), libro en el que Guillermo Cabrera Infante recopila y descibre al critico G. Cain, su alter ego, en tiempos de Carteles y Lunes de la Revolucion. La charla se interrumpira con frecuencia: llamadas de amigos, propuestas de conferencias, amenazas de fanaticos. Los Cabrera sobreviven a todo. Estan curtidos en mil batallas desde que casi 30 anos atras el cabeza de familia opto entre la vida y el servilismo burocratico. Es su turno. "Este libro de ahora, Un oficio del siglo XX, que yo considero el primero de los mios, era un texto en el que el cine producia todas las incitaciones. Recopilo criticas del cine, pero al mismo tiempo considero al critico como un alter ego desaparecido. Lo separaba de mi quizas por salvar un poco lo que opinaba sobre el cine y, a la vez, para jugar con la realidad- irrealidad del escritor; sobre como la escitura puede transformar al autor o como el autor actua sobre su escritura. Es un libro de 1963 que se pudo editar gracias a mi primera mujer que guardaba todas las criticas, porque yo, por supuesto, no las guardaba. En aquel tiempo habian ocurrido todas las catastrofes historicas: cerraron Lunes de la Revolucion, el suplemento cultural que dirigia; prohibieron la exhibicion de la pelicula de mi hermano, PM; me quede sin trabajo y como consecuncia de todo ello vivi durante un tiempo de Miriam Gomez, actriz de exito del teatro, el cine y la television". "En realidad es mi libro mas querido. Un libro decisivo por el humor y porque pude separarme de la contingencia politica en que fue escrito. Un oficio del siglo XX era un libro completamente libre en el que estan las disquisiciones politicas de G. Cain pero en el que yo, como biografo del critico, tenia una libertad total. Eso fue lo que hizo, por ejemplo, que tardara en publicarse. Estaba listo en abril de 1962 y sin embargo se publico a finales de 1963. Habia una separacion extraordinaria entre el individuo que yo habia sido hasta los acontecimientos que dieron lugar a la clausura de Lunes de la Revolucion, y el escritor que yo me habia empenado ser a expensas de las criticas de G. Cain. "La verdad es que, al igual que con Tres tristes tigres, es un texto del que yo no me sonrojo para nada en las sucesivas ediciones y versiones que ha tenido. Y la verdad es que no todo fue acertado. Lo curioso es que hay muchas equivocaciones de parte del critico pero siempre se las atribuyo a G. Cain y me reservo el no haberlas hecho yo. Por ejemplo, hay una, para mi verguenza, critica de cine a Casablanca, en la cual pongo por los suelos a esa extraordinaria maravilla vista en La Habana en 1956 pero ahora, despues de haberla visto tantas veces por la television, cada vez me asombra que esa especie de icono cultural fuera el producto exacto de una industria que se concebia como tal". Senalando, tambien, algun excelente acierto como su pasion por Alfred Hitchcock declara que "no es dificil admirar a Hitchcock, no es un esfuerzo mio. Es la vision de Hitchcock, no solo con respecto al cine sino al mundo, y que sin embargo tenia dentro una enorme reserva de historias romanticas. Hay una cosa que se dice mucho del cine: que manipula mucho al espectador. Pues bien, yo le doy gracias a Hitchcock por haberme manipulado de la manera que lo hizo siempre y que aun lo hace". El cine estara presente en toda la charla, como tambien lo estaran La Habana la musica y el regimen castrista, mas una incursion en la locura y un permanente agradecimiento a Miriam Gomez, la mujer de su vida. "Si tu piensas, y esto no es una boutade sino que es verdad, que mi madre me llevo al cine por primera vez a los 29 dias de nacido pues te daras cuenta que yo, practicamente, naci dentro de la pantalla. Desde entonces no he cesado de ver peliculas, ahora escribiendo guiones y en una epoca de mi vida escribiendo criticas de cine. Comprendeas que es esencial en mi vida. En mi casa, cuando eramos pequenos, mi madre tenia un lema: o cine, o sardinas, es decir, que teniamos que elegir entre el cine y la comida, quiza por eso yo creci tan famelico, porque siempre elegiamos el cine, naturalmente. Aun ahora veo cinco veces mas cintas que leo libros. Ademas descubri que la television era una forma fantastica para descubrir peliculas. Por ejemplo, Medianoche, con guion de Billy Wilder y con esa excelente actriz de comedia que era Claudette Colbert". Sobre el cine que se realiza en la actualidad no duda un instante en afirma que "francamente, no veo diferencias entre Spielberg y Coppola; los dos forman parte de la misma industria y los dos tratan de llegar al mayor numero de gente; lo que sucede es que, con respecto al publico, Coppola se equivoca mas que Spielberg, que tambien se equivoca. Sin embargo he visto, conducido por mis dos nietos que tienen cuatro y seis anos, Parque Jurasico y me parecio una maravilla. Es exactamente lo que es el cine: un acto de magia. Tu no puedes separar la magia de la vision, te preguntas como antes los magos: ¨como se hace esto?, ¨de donde se ha sacado esa paloma? Y asi ocurre con estas peliculas". En la vida de Guillermo Cabrera Infante el ano de 1965 es fundamental: vuelve de Bruselas en donde era el tercer agregado cultural de la embajada de Cuba, una especie de exilio remunerado ("y piensa que el segundo agregado era el que abria la puerta") para el entierrro de su madre. Cuatro meses de estricto control de la policia politica y decide exiliarse definitivamente. Llega a Espana en compania de Miriam Gomez y sus dos hijas, pequenas entonces. Se sorprende ante la negativa del gobierno de Franco en concederle asilo, aunque luego lo agradeceria, y se instala en Londres, en el swinging London de 1966. Comienza su larga y solitaria travesia del desieto agudizada por la implacable crueldad de la izquierda mundial que le confina al submundo de los apestados: gusano, agente de la CIA, todos los topicos de la autoconmiseracion que impide ver los propios errores. "Yo tengo que agadecerle mucho al cine, mucho mas que a la literatura. El cine no solamente ha inventado mis suenos sino que me ha permitido habitarlos. Ha sido mi tabla de salvacion, sin el lo hubiera pasado muy mal. Despues de nueve meses terribles en Espana me exilie en Londres, en el verano de 1966, y comence a escribir guiones. Es verdad que muchos escritores latinoamericanos se alejaron, pero tambien es verdad que hubo honrosas excepciones, como Mario Vargas Llosa por ejemplo, que siempre ha sido para mi un hombre honorable" s verdad que hubo honrosas excepciones, como Ma .