guia: 0712635 seccion: Inf. Gral. pag. 15 cabeza: El caso Texcoco credito: Alejandro Sanciprian La trascendencia del voto popular es notable a la hora del computo y sobre todo cuando las cifras oficiales indican una minima diferencia para deslindar el triunfo en la contienda electoral. Recuerdese que uno de los principales objetivos de las campanas proselitistas, en estos tiempos de politica moderna, es precisamente revertir la tendencia abstencionista y capitalizar votos a favor del partido que corresponda. Es decir, dentro de la dinamica politica que supone la epoca de elecciones resulta significativa la estrategia de campana que administra los mensajes alusivos a los programas de gobierno. La simple emision de promesas superficiales o improvisaciones discursivas plenas de manierismo son en definitiva recursos politicos en plena decadencia. Lo actual es partir de bases programaticas, sintetizar con imaginacion las ofertas partidistas en una suerte de combinatoria de elementos economicos y sociales, sin descartar el peso especifico de las lecciones historicas y el deslizamiento de propositivos planteamientos a tono con las circunstancias politicas que presiden la continuidad de los dias. En ese sentido, el papel protagonico de los medios de comunicacion cobra real vigencia durante las campanas politicas, en tanto que el trabajo en equipo adquiere su categoria de imprescindible para dotar de coherencia los ofrecimientos con las respectivas acciones que habran de suceder a la hora de que se ejerza el poder politico. Sin duda, las tipicas practicas politicas del anejo molde que ha distinguido al sistema politico mexicano estan por resentir necesarias modificaciones a proposito de la presencia de una nueva generacion en el frente. Un sintomatico rasgo de maduracion se impondra en el pulso, en el nivel de cultura politica que nos corresponde. Bajo esa perspectiva como el reciente caso de resultados electorales en Texcoco deberan considerarse para extirpar, de una vez por todas, el prurito de menospreciar por acto reflejo la influencia y la representatividad que en cierto momento tiene o tenga la oposicion. Resulta que luego de las votaciones del 14 de noviembre y de una campana priista pletorica de espiritu triunfalista, autosuficiente a ultranza muy al estilo de la vieja guardia, la fuerza perredista texcocana dio el clasico campanazo al verificarse la contabilidad de votos: los resultados preliminares indicaban un claro regateo para disputar la punta en el registro del computo. Naturalmente ocurrio el desconcierto entre los representantes del tricolor y un consecuente regocijo en el animo de los militantes cobijados por el emblema del sol azteca. Al faltar unas cuantas urnas de revisar la diferencia oscilante era minima. Sin embargo, ambos partidos pregonaron de antemano su triunfo. Cabe citar que en esta contienda electoral el factor abstencionismo propicio ese fenomeno de casi empate: hace unos dias el PRI recibio la constancia de mayoria con una ventaja de 506 votos sobre el PRD. Asi las cosas, la fuerza perredista impugno desde antes los resultados al punto de que el candidato del PRD a dicha alcaldia reitero su proposito de llevar el caso Texcoco al Tribunal de lo Contencioso y el Colegio Electoral. En tanto, el virtual ganador del PRI se dispone a despachar en aquel Palacio Municipal por segunda ocasion. Ya antes habia sido presidente de la alcaldia texcocana  dispone a .