GUIA: LITORAL PAG. 11 SECCION: CULTURA CINTILLO: DIVERSA CABEZA: Litoral de la melancolia CREDITO: Alejandro de la GarzaConcluyo que la realidad exterior es un espejismo, y lo unico cierto mi propio deseo de poseerla. Luis Cernuda L o que empezo como una interrogante frecuente fue convirtiendose con rapidez en una inevitable obsesion, en una in- quietud cotidiana que poco ayudaba a aclararle la situacion. La recurrente idea apuntaba el abismo, la distancia, al espacio mismo que como inopinado hoyo negro mediaba entre la realidad y su deseo, entre el mundo como tal y su desesperada ambicion de poseerlo. Regidos por una forma de la imposibilidad y por el sindrome de la adiccion, los suenos fueron el sedante con que amortiguo el desamparo de nunca estar a la altura de sus ilusiones, al hecho de haber permanecido siempre posponiendo, siempre esperando, siempre preparandose para ese momento en el que la vida, por fin, seria como el queria, como la habia imaginado desde la infancia, acaso desde el vientre materno o aun antes, desde los suenos filiales fraguados al calor del deseo y el amor de sus padres. Entre tanto, pasaban las plenitudes, se sucedia el placer o incluso el amor, obtenia logros personales, importantes y transformadores, pero no se daba cuenta. No podia siquiera darse cuenta. Demasiado ocupado en ambicionar, en desear, en esperar mientras la vida pasaba veloz delante de sus ojos, como una pelicula en camara rapida. Siempre absorto, no tuvo tiempo de participar en la vida, tiempo de tocarla y abrazarla, tiempo de vivirla. Para cuando se dio cuenta habia ejercido las experiencias mas reveladoras y profundas de la existencia -el amor, el talento, la inteligencia, la sexualidad, los excesos, la aventura, la pasion, la paternidad-, sin darse realmente cuenta, viviendolas solo como recuerdos difusos. Habia estado demasiado atareado pensando en como seria la vida cuando realmente fuera como la queria, y de repente la vida estaba pasando o peor, habia pasado ya mas de la mitad de su vida sin sentirla y ¨sin sentido? Con todo, vino a su mnete su comentario escuchado o leido no recordaba donde: si no puedes lo que quieres, quiere lo que puedes. Se pregunto entonces si la vida no estaba exactamente en esa otra parte, en ese espacio o tiempo sin tiempo que separa a las ideas de la realidad, a los suenos de la verdad, a lo que pensaba y sentia de la vida de lo que real y objetivamente eran los hechos, la vida misma. ¨No podria entonces habitar ese territorio, esa especie de limbo autosuficiente? ¨podria fundar ahi una vida personal y cierta aunque fuera solo para el? El intento le hizo pagar el algido precio de la soledad. Su desmesurada ambicion solitaria y a contracorriente tenia el elevado costo de la marginalidad a la que se vio arrojado. Vivio efectivamente en ese limbo, en ese hueco del tiempo y del espacio al que empezo a sentir como su propia vida. Se sintio a su gusto en ese camino lateral donde, como recompensa, por fin habia unido su deseo con la realidad, con su muy particular realidad. El aislamiento, la vida en soledad, la lejania se tomaron sus caracteristicas definitorias, su proteccion contra las irrupciones absurdas de un mundo que no era el suyo, de una realidad que le parecia ridicula, limitada, vulgar. En ese otro lado que apenas vislumbro desde este firme continente, desde esta seguridad tranquila de la vida real, lo veo a veces como si en verdad viviera, acaso viva realmente en esa geografia hecha por el mismo, acorde a sus deseos, correspondiente a sus ambiciones. En sus cartas manda saludos a todos los habitantes de la realidad y remite desde alla, desde su personalisimo litoral de la melancolia rtas manda .