GUIA: SOPHIE PAG. 12 SECCION: CULTURA CINTILLO: Convertida en un personaje por Paul Auster CABEZA: Sophie Calle, una artista conceptual CREDITO: PILAR RUBIO MADRID, 6 de diciembre, (Reuter).-El trabajo de Sophie Calle (Paris, 1953), consiste en entrometerse en las vidas ajenas. Entrometerse de verdad, fisicamente, como lo hace un detective o un maniaco tras su presa. El escritor Paul Auster la convierte en su ultima novela, Leviatan, en la fotografa Maria Turner. La presencia de este personaje anade un toque inquietante a la elipsis del observador: observado que fisga en la vida del otro sabiendo que de esa clase de juego no se puede salir indemne. Realidad y ficcion es para el escritor un territorio indivisible, para Sophihe Calle tambien. "No pense que lo que estaba haciendo era arte", dijo sinceramente en una ocasion "fue alguien (el critico frances Bernard La Marche Vadel en 1980) quien lo decidio por mi". Y fue asi como las galerias y los museos dictaminaron que lo suyo era arte, performance conceptual, o ficcion virtual de la realidad, para ser mas precisos. Hasta medidos de febrero la galeria Luis Adelantado, de Valencia, muestra sus ultimos trabajos que realiza con ciegos de nacimiento, parte de los cuales se exhibieron en la galeria de Leo Castelli de Nueva York durante la primavera pasada. Camaras de friccion, el titulo de la exposicion, reune los trabajos de la propia Calle, del portugues Pedro Cabrita Reis, el espanol Juan Usle y la inglesa Alison Wilding. Es esta una de las escasas ocasiones en que la artista francesa expone en nuestro pais, pero su trabajo es considerado en la actualidad como uno de los mas originales que han protagonizado la decada de los ochenta. Todo empezo a finales de los setenta. Calle, despues de finalizar sus estudios, emprende sin rumbo fijo una serie de viajes que se costea con variopintos oficios. Despues de siete anos de vagabundeo regresa a Paris, una ciudad sin amigos, sin habitos, sin puntos de referencia, sin nada que hcer, de modo que comienza a perseguir extranos por la calle, "por el placer de seguirlos, no porque me interesaran por algo en espacial". Sophie Calles convierte estas persecuciones en un rito personal. Pronto comienza a escribir escuetos y frios informes a la manera de un espia, o mejor de un forense, y a tomar fotografias de esos sujetos anonimos. En adelante, esto sera lo peculiar de sus objetos artisticos: textos descriptivos e imagenes improvisadas como una simple prueba documental de sus acciones. Esa idea, probar documentalmente lo que existe, decide aplicarla a ella misma en la serie Detective o La filature (1981). Para ello pidio a su madre que alquilara un detective que la siguiera durante un dia tomando fotografias. La serie de trabajos estrictamente detectivescos culmina ocasionalmente cuando le presentan a un hombre, Henri B, que se disponia a viajar a Venecia. Asi surge su serie Suite venitienne (1983). Calle decidio seguirle tomando la precaucion de usar una peluca rubia y gafas oscuras. Siguio todos sus pasos en la ciudad, entrevisto a las personas con las que el hablaba y le tomo fotos y tomo fotos de lo que el fotografiaba. Jean Baudrillard escribio sobre este episodio, y su texto La suite venitienne aparece compilado en La transparencia del mal (Anagrama, 1991). Para el filosofo frances, apropiarse de las huellas y la sombra ajena es apropiarse de su destino como un doble, algo que tambien atane a la mirada usurpadora del voyeur. En The sleepers (Los durmientes, 1979), la artista abordo a una serie de desconocidos y les pidio que pasaron una noche en su cama para tomar algunas fotografias. Lo hicieron 29 personas durante nueve dias.