PAG. 15 CINTILLO: SEMANA DANZARIA CABEZA: Exitos y desaciertos CREDITO: Patricia Vazquez Hall Cuando un cuerpo se desplaza por el escenario se ponen en funcionamiento una serie de circuitos creativos. Irrumpir en el espacio-tiempo implica poner en marcha un desplazamiento de energia que se transmuta en aquello que se ha ponderado como la intension principal. Asi el mensaje llega al espectador como una carga magnetica que exaltara o adormecera los sentidos. Dentro de la temporada Cuerpos en el fin del Milenio se presento el grupo Antares con una funcion retrospectiva. Tres trabajos de Adriana Castanos: Las cantatas, con musica de Bach; Yo hubiera o hubiese amado, con musica de Klaus Shultze y Adreas Grossman; Testigos, con musica de Steve Reich; y dos coreografias colectivas: Azul covalto, con musica de Tomas Thally; y La hermana bizca, con musica de Joaquin Lopez Chas. Son trabajos que permiten ver la busqueda de un lenguaje propio aunque, carente de significado preciso por nadar en aguas de una originalidad intelectual, poco consecuente con un lenguaje corporal fluido y detonante de contenidos firmes. Se deja ver la pobreza expresiva por una emotividad poco congruente con la musica que utiliza. Rolando Beattie tambien se presento en la misma temporada con su obra Canto que cae, con musica de Leticia Alvarado. Las tres primeras partes de la obra resultan repetitivas y poco elocuentes. No asi la cuarta y final donde si logra la comunicacion de su proposito y su cuerpo se transforma en el meollo de la idea central. Probablemente si se inviertieran las etapas de esta coreografia, el ejecutante llegase a un extasis que lo llevase a "la morada de los dioses", con lo que por ahora inicia la obra. Como esta no comunica la estadia de los dioses, ni "el cielo de las estrellas", ni "lo gris de la tierra". Pilar Medina es otra de las participantes de dicha temporada. Con su espectaculo El aguila dorada, con un collage musical. Esta danza hibrida, plena de significados y entrega, aflora las capacidades y talentos interiores de la interprete. Mucho se ha hablado de Pilar y siempre se concluye que se esta en preencia de una magnifica bailarina que presenta su cuerpo, oficiosamente, al arte de la danza. Cuatro narcisos de Farahilda Sevilla, con musica de Arturo Marquez, es el reciente estreno del grupo Teatro del Cuerpo. Aqui se esta en presencia de buenos bailarines, expresivos, que se encuentran limitados por los elementos teatrales que parecen ser muy seductores para la coreografa. Lastima, porque el trabajo de los interpretes se supedita a algo intrascedental, muy recurrido tanto por grupos de danza como de teatro. La idea central es buena, bien lograda en algunos momentos, en otros cuantos repetitiva, pero definida y cenida a la idea central podria catalogarse como un logro coreografico de calidad y emotividad. Por su parte, el Taller Coreografico de la UNAM dio lugar a su novena funcion de su temporada L, con un programa mexicano. Los gallos, de Farnesio de Bernal, con musica de Raul Cosio; y cinco obras de Gloria Contreras: Noche de encantamiento, Planos, Sensemaya, las tres con musica de Silvestre Revueltas; Imagenes del Quinto Sol, con musica de Federico Ibarra; y Huapango, con musica de Moncayo, integraron la funcion que resulto de mucho agrado del publico quien solicito un encore. Es mucho el camino andado con estas obras que siguen constituyendose como un exito dancistico. No es para menos, permiten la expresividad, la plasticidad y el dialogo entre ejecutantes y espectador. No queda duda, la creacion coreografica es un proceso de madurez  la plasticidad y el dialogo entre ejecutantes y espectador. No queda duda, la creacion coreografic .