SECCION CULTURA PAGINA 35 BALAZO: EINSTEIN NO LO SABIA CABEZA: La paradoja de Olbers CREDITO: IKRAM ANTAKI* (Primera parte) Existen paradojas, que tienen mas que otras, el sentido de su dignidad. La de Olbers -tambien llamada "de la noche negra"- es una enigma coriaz, que ha alocado a los sabios por mucho tiempo. Habia sido enunciada desde el siglo XVIII, pero ha resistido durante mas de dos siglos a todas las tentativas de explicaciones. Solo nuestros conocimientos mas recientes sobre la organizacion del cosmos han podido poner algo de luz en la oscuridad del cielo nocturno. Desde siempre, los hombres han visto que el fondo del cielo se pone cada vez mas negro entre las estrellas que brillan. Esta observacion banal presenta un grave problema cosmologico que concierne a la estructura del universo en su totalidad. El cielo deberia, logicamente, ser extremadamente brillante, aun de noche y el sol deberia "valernos gorro", dicho en castellano mas correcto. Si el universo es infinito, eterno y uniforme, poblado de estrellas, cualquiera que fuera la direccion de nuestra mirada, acaba ra siempre por contar una estrella, ya que el cosmos es un bosque de estrellas. Eso el lo que contradice la observacion: el cielo nocturno es sombrio. Pero no deberia serlo. Pues esta paradoja flagrante ha pasado desapercibida durante mucho tiempo. No lo creeran... pero los pensadores griegos ni siquiera se fijaron en ella. La existencia del problema de la oscuridad cosmica esta explicitamente evocada por primera vez en 1721 por el ingles Edmund Halley (el del cometa), quien creyo resolverlo de inmediato di ciendo que la mayoria de las estrellas son tan distantes que su luz no puede impresionar nuestros sentidos. Segun Halley, el ojo no percibe nada arriba de un cierto nivel de luz. Pero esta explicacion no sirve. Aun si, a partir de cierta distancia, las estrellas ya no son detectables individualmente, la suma de las contribuciones de un gran numero de estrellas deberia ser perceptible y la boveda celeste deberia parecernos uniformemente brillante. Incluso el cumulo de estrellas debiles deberia producir luz e n el cielo nocturno. Mas tarde, en 1744, el astronomo Jean Philippe Loys de Cheseaux, publica, en Ginebra, un ensayo donde calcula que la luminosidad total de la boveda celeste deberia ser 90 mil veces mas grande que la del sol. Nuestra tierra deberia ser un infierno y deberiamos ver claro a cualquier hora del dia o de la noche. Pero, como creia que el espacio estaba lleno de un fluido absorbente, Cheseaux concluyo que la absorcion en el medio interestelar basta para ahogar la luz de las estrellas lejanas. *ANTROPOLOGA Y ESCRITORA .