SECCION ESPECTACULOS PAG. 41 CABEZA: El informe en TV: viejo ritual CREDITO: FERNANDO MEJIA BARQUERA Hace unos dias, en el estado de Chihuahua, durante la mas reciente de las conferencias de prensa que desde hace algunos meses ofrece regularmente a los reporteros de la "fuente", el presidente Ernesto Zedillo anuncio que en su informe de gobierno del proximo viernes el anejo ritual en que se han convertido las comparecencias del titular del Ejecutivo ante el Congreso de la Union va a sufrir importantes modificaciones, entre ellas la eliminacion de la ceremonia conocida popularmente como "besamanos", en l a cual decenas de personas si no es que centenares acudian al Palacio Nacional, despues del informe, para "saludar y felicitar" al mandatario en un acto de matiz cortesano mas proximo a las costumbres monarquicas que a los principios republicanos. Ojala que la desaparicion del "besamanos" no sea el unico cambio en la parafernalia que se fue construyendo durante decadas alrededor del informe y que otras partes del ritual tambien se modifiquen, por ejemplo, la manera de transmitir ese acto a traves de los medios electronicos que, al paso de los anos, ha ido derivando en un lenguaje repetitivo, acartonado (siempre las mismas tomas y los mismos emplazamientos de camara; siempre las mismas frases y los mismos adjetivos adulatorios por parte de los locutor es) y, lo que es peor, al ocultamiento de lo que sucede en el interior del recinto legislativo, cuando los diputados o senadores de los partidos de oposicion, con animo protagonico y propagandistico, tratan de "interpelar" al mandatario. Aneja repeticion El articulo 69 de la Constitucion mexicana establece que el Presidente de la republica tiene la obligacion de presentar cada ano, ante el Congreso de la Union, un informe de su gestion al frente del gobierno: "A la apertura de sesiones ordinarias del Congreso senala el articulo 69 asistira el Presidente de La Republica y presentara un informe por escrito del estado que guarde la administracion publica del pais". Aunque el texto constitucional solo obliga al titular del poder Ejecutivo a presentar por escrito su informe, se ha hecho costumbre que lo lea ante el pleno del Congreso y que el acto sea transmitido por la radio y la television en cadena nacional. Se trata de una sana costumbre, no solo porque se veria muy mal que el Presidente llegara a la sede del Congreso con las cuartillas de su informe bajo el brazo, las entregara y despues buscara la puerta para irse, sino porque el hecho de que la lectura del docume nto sea difundida por radio y television permite que su contenido pueda ser conocido por un numero mucho mayor de mexicanos que si unicamente fuera reproducido al dia siguiente por todos los periodicos del pais. Sin embargo, la transmision de los informes presidenciales a traves de los medios electronicos (costumbre que se inicio en los anos treinta en el caso de la radio y continuo a partir de 1950 en el de la television) se ha ido anquilosando y, como deciamos antes, dando lugar a penosos episodios de censura informativa. Desde hace mas de tres decadas esas transmisiones son casi identicas ano con ano. La jornada se inicia con un "control remoto" desde la residencia de Los Pinos, en donde la familia presidencial es entrevistada; luego se cubre el trayecto del Presidente y su comitiva rumbo al Palacio Legislativo; minutos despues, "camaras y microfonos se trasladan a la sede del Congreso" para captar el momento en que el Presidente llega a ese lugar y es recibido por una comision de diputados y senadores que lo acompana hasta la entrada del salon de sesiones. Finalmente, despues de registrar la parte del ritual en la que el mandatario recibe los honores correspondientes a su alta investidura, la radio y la television transmiten la lectura del informe que dura un par de horas o mas. En la tele se repiten de modo permanente tres tomas: toma larga y toma media al Presidente, y toma general del salon de sesiones (a veces, para intentar darle variedad a la transmision, se insertan imagenes de archivo para ilustrar las palabras del i nformante). En la radio solo se escuchan la voz presidencial y breves apuntes del locutor cuando la lectura del informe es interrumpida por aplausos. Concluida la ceremonia, se captan el viaje del Presidente en automovil descubierto rumbo al Palacio Nacional, custodiado por una escolta de caballeria formada por cadetes del Colegio Militar, y la salutacion que, como ya informo el doctor Zedillo, desaparecera. En esta ultima parte, mientras la gigantesca fila formada por quienes felicitaban al Presidente pasa ba frente a el, se incluian entrevistas con secretarios de Estado y otros politicos sobre el contenido del informe. Nuevos tiempos A partir del sexenio pasado, cuando la presencia de los partidos de oposicion en el Congreso de la Union se hizo mas amplia, mas activa y tambien mas irreverente en relacion con la figura presidencial, comenzo a darse el fenomeno de las "interpelaciones", consistente en que legisladores de esas organizaciones interrumpian, o trataban de interrumpir, la lectura del informe haciendo uso de la palabra para manifestar desacuerdos con lo que el Presidente decia. Por temor a los "excesos de la democracia", por el afan de sobreproteger a la figura presidencial, pero tambien motivados por un animo censor, los encargados de la transmision del informe decidieron que las "interpelaciones" no debian salir al aire, lo cual dio lugar a escenas y momentos grotescos en la pantalla televisiva y en el espacio acustico de la radio: en la TV se veia al presidente de la camara agitando nerviosamente una campanita y llamando al orden a un misterioso diputado o senador cuya imagen no salia a cuadro y cuya voz se escuchaba como u n murmullo lejano acallado por los gritos furiosos de la fraccion priista (la camara de television permanecia fija en el presidente de sesiones y nunca tomaba al legislador que hacia la interpelacion). En radio el asunto era peor, porque al momento de producirse la interpelacion, el locutor, rapidamente, tomaba el microfono para hacer una glosa de lo dicho por el Presidente de la Republica hasta ese momento y ocultar asi lo que sucedia en el recinto del Congreso (el radioescucha solamente oia, como fondo a la voz del locutor, gritos, chiflidos y voces ininteligibles). Si bien es cierto que el fenomeno de las "interpelaciones" derivo en afanes propagandisticos y protagonicos por parte de algunos diputados de oposicion, e incluso en injustificables agresiones a la figura presidencial (injustificables porque una cosa es pugnar por la desmitificacion de esa figura, algo en lo que muchos estamos de acuerdo, y otra suponer que su desacralizacion se va a lograr insultando a quien ostenta el cargo de Presidente de la Republica), tambien es cierto que ese fenomeno tiene un origen plenamente justificado: la negativa priista y gubernamental a la posibilidad de que representantes de las diversas fracciones parlamentarias comenten lo dicho en su informe por el primer mandatario en presencia de este, antes de que abandone el recinto cameral. Es cierto que la Constitucion no obliga a que se ejecute un acto asi, pero tampoco lo prohibe, y habria que preguntarse si hacer del informe un acto en el cual exista un dialogo respetuoso, con reglas claras, acordadas por consenso entre los partido s no impuestas por el mayoriteo del PRI seria mas util para el pais que una ceremonia en donde el Presidente solo recibe aplausos de la diputacion priista y silencios, muestras de rechazo y abucheos o interpelaciones frecuentemente irrespetuosas por parte de la oposicion. Habra que ver y oir el proximo viernes los espacios dedicados al informe presidencial en la radio y la television; habra que estar atentos a los programas especiales de discusion que varias emisoras ya han anunciado que realizaran y que es de desear sean plurales, no armados con criterio politico estrecho e inclinacion a la censura, y sobre todo habra que ver si la transmision oficial del acto vuelve a repetir el obsoleto esquema utilizado desde hace 30 anos y a incurrir en acciones de censura informativa que faltan al respeto a televidentes y radioescuchas. .