SECCION INF. GRAL. PAGINA 2 CABEZA: El fenomeno de la delincuencia organizada CREDITO: JOSE ELIAS ROMERO APIS * De manera coetanea al logro de una mayor y mejor justicia, ha existido una creciente preocupacion por los fenomenos que afectan a la seguridad individual y colectiva de la sociedad mexicana y, particularmente, en lo que concierne a aquellas manifestaciones delictivas que denotan una forma organizada de existencia y de actuacion, contra las que hay que oponer los instrumentos y los mecanismos que impone un reclamo de seguridad coexistente con un imperativo de civilizacion. En nuestros dias el concepto de crimen organizado se refiere a grandes grupos dedicados a actividades ilicitas, estructuradas con la naturaleza y en ocasiones tambien con la apariencia de corporaciones de caracter licito, pero a traves de las cuales se realizan o se ocultan operaciones criminales. Esta forma corporativa implica una estructura directiva, cuadros operativos, acervo tecnologico, ciclos de financiamiento, relaciones con otras corporaciones criminales, programas de expansion, jefaturas de proyecto, desarrollo y entrenamiento de personal, actividad de reclutamiento, control interno y, en fin, todo aquello que podria tener cualquier gran corporacion licita. Con lo anterior se advierte claramente la diferencia entre la organizacion criminal y las formas rudimentarias de asociacion delictuosa, como la pandilla. Pero los distingos no solo tienen que ver con su alcance sino con su permanencia, con su complejidad estructural y con su nefasto profesionalismo. Pero, ademas, existen otros ingredientes de distincion. Quiza el mas exclusivo y el mas peligroso sea su mimetismo. En muchas latitudes, las organizaciones criminales cuentan entre sus activistas con personas dedicadas profesionalmente a giros licitos: el comercio, la banca, la tecnologia, la comunicacion, la politica. Esta capacidad mimetica es una de sus fortalezas mas inexpugnables y mas estrategicas. Si se observara a los actuales capitanes del crimen organizado en Mexico pensemos en los que se encuentran en prision, se puede advertir en ellos caracteristicas comunes: imagen de rudeza, escasa escolaridad, habilidad gatillera, perfil de hombres formados a si mismos. Pero la siguiente generacion de capitanes del crimen y no necesariamente me refiero a sus descendientes biologicos, sino a sus sucesores seran sustancialmente distintos y mucho mas mimeticos. En 20 anos acaso en 10 los capos mexicanos seran como nosotros: tendran respetabilidad, posgrados universitarios y un lugar en la sociedad. Muchos de ellos habran sido o seran companeros nuestros de escuela, de club o de trabajo. Por que lo decimos? Sencillamente, porque la grande y creciente complejidad de estas organizaciones lo reclaman. Como ejemplo podemos recordar que una organizacion criminal mexicana cuyo jefe se encuentra hoy en prision, contaba entre sus operarios con entre 25 y 37 mil individuos; es decir, se trataba de una organizacion del tamano de cualquiera de los dos grandes bancos mexicanos. Esto nos obliga a pensar que no se escogera en el futuro para cuidar organizaciones de esa complejidad, al mismo individuo que se escoge para cuidar una puerta o una aeropista; ni para lavar su dinero al mismo sujeto que para lavar su automovil. El itinerario historico en otras latitudes ha sido el mismo. En los anos treinta, en los Estados Unidos, la prohibicion hizo florecer organizaciones ilicitas formadas por individuos como los que hemos descrito. Hoy, 60 anos despues, sus sucesores tienen tres generaciones de ser por lo menos ricos, y con lo que el dinero les ha dado: educacion, posicion, renombre y mando. Quiza ellos mismos no tengan armas, ni las saben utilizar, ni lo requieren. Ellos ya no son ejecutores; ahora son ejecutivos. Los ejecutores que trabajan para ellos ni los conocen, ni saben para quien trabajan. En materia de crimen, nunca ha habido mimetismo mas extremo. En muchos paises, el crimen organizado significa muy diversas especialidades: armas, subversion profesional, terrorismo, espionaje, contrabando, juego, venta de proteccion, comercio de organos, trafico de ninos, prostitucion, robo de autos, secuestro, corrupcion organizada, transmigracion, despojo de arte y patrimonio historico, y otras mas. En Mexico, al hablar de crimen organizado, nos hemos referido fundamentalmente a narcotrafico. Es cierto que el narcotrafico y la farmacodependencia parecieran ser un signo inequivoco de los tiempos actuales, una caracteristica de esta era que puede convertirse, ademas, en el sello de una o de varias generaciones. Pero, mas alla de estas razones, no debemos restringir el concepto a esta especialidad. Una sola decada ha sido suficiente para modificar el panorama del narcotrafico y la farmacodependencia en terminos objetivamente alarmantes. Hacia 1984 el trafico internacional de algunos narcoticos, como la cocaina, se contaba por gramos, se desplazaba en vehiculos comerciales y oculto en la mas variada sofisticacion de articulos y prendas de uso comun. Hoy en dia, ese microtrafico es historia olvidada y leyenda lejana ante el embate de un trafico internacional que se cuantifica todos los dias en toneladas , que se desplaza en aeronaves propias y con la conspicuidad que da la tecnologia asociada a la corrosion moral. Las respuestas de Estado han sido, desde luego, intensas, versatiles y vertiginosas. En el propio periodo se ha pasado de la revision de maletines a la persecucion aerea; de los esfuerzos internos aislados a la cada vez mas intensa colaboracion multinacional; de su conceptualizacion como un asunto de policia a su enfoque ineludible como un problema de Estado. El desafio de la humanidad, en este sentido, no tiene precedente en la lucha contra el crimen. Nunca antes los hombres se habian enfrentado a un fenomeno delincuencial con capacidad organizativa para operar simultaneamente en todo un continente o en mas de uno; con recursos que, en ocasiones, superan las posibilidades financieras de los paises en los que actua; y con una penetracion en las esferas del poder y del dinero hasta ahora incomparable. La movilizacion publica, en muchos paises ha implicado en terminos cuantitativos de individuos y de recursos, lo que solo reclamaria un estado de guerra, con multiples complejidades en lo que concierne a la produccion, distribucion y financiamiento de narcoticos. El reciclaje de los excedentes financieros del narcotrafico ha producido una acumulacion de riqueza ilicita, estacionada en los principales centros financieros y una capacidad de incremento productivo que determina alarmantes estancos de droga. Es razonable estimar que la oferta para satisfacer la demanda ilicita de estupefacientes de los proximos cuatro o cinco anos ya esta producida, almacenada y dispuesta para su distribucion. Son importantes los esfuerzos que las naciones han desplegado en contra de este mal universal. Pero no es superfluo reflexionar, una vez mas, sobre la necesidad de una actitud cada vez mas decidida que se resuelva por lo menos en la vertiente de la concientizacion, de la regulacion y del funcionamiento de las sociedades y los gobiernos. En su sorprendente relato intitulado El Imperio Subterraneo, James Mills da cuenta, entrelazando la ficcion con la realidad, de que hoy en dia existe un imperio de inimaginable riqueza y devastador poder que es controlado por algunos de los mas peligrosos criminales del mundo. Lo senala como un imperio formado por alianzas secretas que actua libremente en cada especialidad criminal, incluyendo asesinato, secuestro, narcotrafico, subversion. Al mismo tiempo, Mills sugiere en su novela-relato que el combate de la sociedad a este tipo de organizaciones debe pasar de los rudimentos tradicionales hacia la sofisticacion de las tacticas y estrategias de inteligencia; de un asunto de gendarmeria a un tema de la seguridad nacional; de un combate de armas a una lucha de cerebros; y de la dureza de los compromisos de gremio a la solidez de las lealtades de Estado *Subprocurador de Averiguaciones Previas de la PGJDF. .