SECCION CULTURA PAGINA 33 BALAZO: XORGE DEL CAMPO, ESCRITOR Y PERIODISTA CABEZA: Cielos e infiernos del genero literario CREDITO: ARTURO TREJO VILLAFUERTE El pasado 7 de julio, coincidiendo con su cumpleanos numero 50, la Asociacion de Escritores de Mexico, A.C., y la Direccion de Difusion Cultural de la Universidad Autonoma Metropolitana, le otorgaron un reconocimiento al escritor Xorge del Campo (ciudad de Mexico, 1945), por su labor periodistica y literaria. Luego de 30 anos de trabajo, Del Campo ha cultivado la poesia (Animal de amor, 1972; El libro rojo de Xorgeres, 1982; Flauta de cenizas, 1985; etcetera), el cuento (Hospital de suenos, 1969), la novela (Fusil en llamas, 1983; Caramelo, 1987), el ensayo (Historia de la prostitucion en Mexico, 1974; El alcoholismo en Mexico, 1975; Los dias que despertaron a Mexico, 1989; etcetera) y la antologia (Narrativa joven de Mexico, 1969; Cupido de lujuria. Poesia erotica mexicana, 1983; Cuentistas de la Revolucion Mexicana, 1985, dos ediciones, ocho tomos; El cuento en el futbol, 1988; etcetera). Con motivo de la aparicion de Cronicas de un chilango (Ed. Gernika, Mexico, 1995. 338 pp.), sostuvimos una charla animos a e informal con el doctor Del Campo (Universidad Complutense de Madrid). -Doctor, antes que nada, saquenos de una duda: es cierto que usted bautizo a la literatura de Jose Agustin, Parmenides y Sainz como de La Onda? -Fue Amargo-Glantz. Digo!, perdon, Margo Glantz. Bueno, pero a decir verdad, fue el buen Jesus Luis Benitez (q.e.p.d.), quien a partir de textos de Jose Agustin, el si creyo en que podia darse una corriente literaria de tal denominacion. Con todo, fue Margo Glantz quien hubo de capitalizarla, con su version antologica de Onda y escritura, publicado por Siglo XXI Editores, donde se fusilo a Narrativa joven de Mexico (1969), compilacion de tu valedor y seguro servidor. -Los anos sesenta fue una epoca muy agitada. Usted comenzo a publicar en esa epoca en la Revista Mexicana de Cultura de El Nacional, con el poeta Juan Rejano como encargado. Quienes formaron su generacion periodistica y literaria? -Me sumerges en la pura nostalgia. En el periodico coincidiamos Manuel Blanco, Humberto Musacchio, Jesus Luis Benitez El Buquer, Gerardo de la Torre, Rene Aviles Fabila, Otto-Raul Gonzalez, Raul Leyva y guatemaltecos que lo acompanaron, pergenando sus primeras notas periodisticas (lo que me inunda de recuerdo gratos), bajo el amparo santo (o gachupin?) de ese generosisimo poeta que se llamo Juan Rejano. Que te puedo contar? Ahi, en su Revista Mexicana de Cultura, le hicimos a todo; notas de musica, cine, teatro, entrevistas. Ahi nos forjamos periodistas. Ahi se dio la amistad. Ahi nos fuimos a tomar la copa. Nos hicimos bohemios. Ahi el origen de muchas de nuestras ulteriores cronicas. De mi generacion como literato, ha sido la mia, que suerte!, prolija en cuanto a obras publicadas, sobre todo respecto a novelas y cuentos. Consignemos, nada mas ni nada menos que a Jose Agustin, Gerardo de la Torre, Rene Aviles Fabila, Juan Tovar, Jorge Arturo Ojeda y, danzon dedicado a la nostalgia, muchos otros mas. Por d esgracia no puedo decir lo mismo en relacion a los poetas: de los 500 que habia, de acuerdo con una nomina de los anos sesenta, quedan cuando mucho unos dos o tres. Que lastima! -Doctor, ninguno de los generos literarios ni periodisticos le es ajeno. Se siente mas a gusto con alguno de ellos? La cronica le ayuda a desentranar y explicar el mundo? -Posiblemente porque soy veleidoso, como diria Rosario Sansores, abordo todos los generos. En realidad cada genero literario es una temporada en el infierno o, por el contrario, un tiempo en el cielo. Y yo soy como las estaciones que rigen el calendario. Que le vamos a hacer? Es el mio temperamento voluble, aunque superficialmente se me juzgue eclectico. Yo se bien que en el fondo de su tumba el rey, el loco, le juglar y el clerigo, y el docto, son un mismo hombre: una historia cumplida; un destino total. Soy mujeriego, tengo que confesarlo, en relacion con los generos literarios y periodisticos. Cada uno de ellos implica el rigor de una expresion, la precision del lenguaje. No hay limites entre periodismo y literatura, como absurdamente se nos hace creer. En la buena prosa no existen las barreras. Los limites, en todo caso, los imponen las circunstancias, o las demandas, las autolimitaciones o las exigencias. Incluso los aprendizajes. Nadie, cuando es buen escritor, tiene derecho a lo superfluo, como dijera Salvador Diaz Miron. Mira, el gran novelista Honorato de Balzac en su Comedia humana (28 tomos en la Edicion de Santiago Rueda!), es el enorme cronista y periodista de su epoca Y que decir de Manuel Payno, Guillermo Prieto, Rivera Cambas y otros tantos escritores mexicanos del Siglo XIX y XX? -En Cronicas de un chilango hay mucha observacion pero tambien ciertas citas eruditas que no cualquiera sabe o maneja, como seria la historia de "Los Indios Verdes" De que se nutren tus cronicas, cual ha sido tu trayectoria como testigo de "esos momentos que pasan"? -Para hacer cronica, en principio, debe de ser un testigo sensible de lo que en suerte o desgracia nos ha tocado observar, valgame el copreterito. En consecuencia, la necesidad de testimoniarlo: fue la novia de atardeceres lluviosos y apacibles, el carnal (o la carnala?), la escuela, el barrio de mis anoranzas (ya tu sabes: querer a la Bondojito), mi perspectiva de miras rutinarias, como se dice en la jerga sociologica. Llegado al medio de la escritura, ya se sabe que es mi mejor medio de comunicacion entr e emisor y receptor. Y en consecuencia la indagacion geografica, sociologica, reporteril, pues debe de enriquecer lo comunidado. Claro: en tanto poeta, citadino, bajobarriero, nero de mis cuates de adolescencia e, incluso, porro preparatoriano. En concreto: sensibilizar el acontecer. Y, bueno, voy a entrevistar a ese cuate: su familia, origen, permanencia en la colonia, van sus creencias por Jesucristo, la virgencita, su modo de sentir y pensar respecto a la chilangada. Los meros antecedentes, que no? Los datos no son suficientes. Luego vamos a los informantes historicos: los hay narradores, no faltan los biografiadores, aqui dejaron sus andanzas; los hay cronistas de su epoca. El trabajo es leer y leer. Saber darle bien al complemento hemerografico y bibliografico, que no? Lo demas, se comprende, es cosa de estilo. Talento, dirian los pedantes .