PAG. 25 SECCION: INTERNACIONAL CINTILLO: ADMITE PEROTE AUTORIA DEL DOCUMENTO FUNCIONAL DE LOS GAL CABEZA: Acta secreta o apocrifa de la guerra sucia * CREDITO: Especial de El Pais para El Nacional MADRID, 24 de agosto.-"El terrorismo no es un problema de delincuencia ni de orden publico, es una guerra (...). La accion directa, que no quiere decir eliminacion fisica, contra los lideres rebeldes y en los momentos iniciales, puede ser muy rentable (...). La ilegalidad se bordea o se conculca descaradamente aun en los paises que mas alardean de respetar los derechos humanos". Los anteriores parrafos no pertenecen al acta fundacional de los Grupos Armados de Liberacion (GAL), que con tanto denuedo ha perseguido el juez Baltasar Garzon en las ultimas semanas, sino al libro Nuestra guerra y nuestra paz, editado en 1985 por el Estado Mayor del ejercito. No hace falta recurrir a los archivos secretos del Centro Superior de Informacion de la Defensa (Cesid) para obtener "un analisis estrategico en el que se explicaba que se tenia que hacer, partieron de la base de que la lucha contra el terrorismo era una variante de guerra y, por tanto, exigia un Estado Mayor que pensara, para elaborar una respuesta en los mismos terminos que la que utilizaban los terroristas", tal como describio el ex dirigente socialista vasco, Ricardo Garcia Damborenea, el supuesto act a fundacional del Cesid. Basta repasar la coleccion del Servicio de Publicaciones del ejercito para hallar trabajos como Introduccion a la Estrategia Militar Espanola, premio Adalid de pensamiento militar en 1983, que cita a la organizacion Patria Vasca y Libertad (ETA) entre los grupos que practican la "guerra subversiva", algunas de cuyas modalidades son el "terrorismo, (los) sabotajes (o los) movimientos secesionistas". El mismo libro, prologado por el entonces jefe del Estado Mayor de la Defensa, critica "la pasividad con el te rrorismo (de las autoridades francesas), con lo que el Pais Vasco frances ha sido en muchas ocasiones un santuario seguro de bandas que, bajo una capa que quiere ser politica, cometen asesinatos, secuestros y extorsiones". Lo que busca Baltasar Garzon no es, sin embargo, una mera justificacion mas o menos implicita del terrorismo de Estado sino, segun el escrito remitido al Tribunal Supremo por el juez, un "documento que se referia al contenido teorico y estrategico y en el que se recogen los dos niveles, politico y operativo, a traves de los cuales se desarrollaron (en la practica) las actividades ilegales contra la ETA. Este "documento", asegura el magistrado, "fue elaborado por el Cesid al parecer en el verano de 1983". Segun el sumario del GAL, la primera mencion a ese documento la hizo en su declaracion del 20 de julio, Ricardo Garcia Damborenea, quien dijo haberlo visto, aunque no pudo precisar quien ni donde se la enseno. Ocho dias despues, el ex dirigente socialista refresco su memoria para recordar que, efectivamente, el texto fue elaborado por el servicio secreto Cesid; que muy probablemente se lo entrego el ya fallecido comandante Jesus Somontes, responsable del centro en el Pais Vasco en 1983, "que lo tuvo en s u poder en el verano de 1982 (sic) y que, si lo encuentra, lo aportara al juzgado". Respecto a su contenido, explico que en el texto "se examinaban los objetivos, las condiciones, los medios y los riesgos que dicha estrategia conllevaba y se senalaban unas lineas de actuacion que finalmente fueron las que se utilizaron (campanas de intoxicacion, secuestros, o eliminaciones fisicas)". ...Tambien Julian Sancristobal, ex director de la Seguridad del Estado, le dijo a Garzon "que ha oido de la existencia de un documento donde se teorizaba sobre las distintas formas de llevar adelante esa lucha contra ETA". Sin embargo, ni Damborenea ni Sancristobal hablaron espontaneamente de ese documento. Solo lo hicieron, como reflejan sus declaraciones, a preguntas del interrogador. Quien revelo al juez Garzon, encargado de la trama GAL, la existencia del documento? Presumiblemente, el coronel Juan Perote Pellon, jefe de la Agrupacion Operativa del Cesid entre 1982 y 1991 y hoy procesado por sustraccion de documentos secretos, que comparecio ante el juez diez dias antes que Damborenea. El escrito de Garzon al Supremo no contiene, paradojicamente, ninguna alusion a Perote, por la sencilla razon de que este no declaro en relacion con el caso GAL sino con el sumario de Monnbar, la cafeteria de Bayona donde fueron asesinados cuatro etarras en 1985, que instruye el mismo juez. Garzon no se contento con interrogar a Damborenea y Sancristobal, sino que se dirigio al propio Cesid y cito a declarar a finales de julio tanto al actual director del centro, el general Felix Miranda, como a su antecesor, el teniente general Emilio Alonso Manglano, dimitido a raiz del escandalo de las escuchas ilegales. Por escrito y de palabra, los responsables actuales y pasados del Cesid negaron la existencia en los archivos del centro de un documento como el descrito por Damborenea, pero admitieron en cambio que si hay informes y "notas de despacho" sobre la guerra sucia contra ETA, cuya entrega al juez les impide la ley de Secretos Oficiales. El general Miranda, con menos de dos meses al frente del Cesid, pidio y obtuvo del ministro de Defensa, Gustavo Suarez Pertierra, un dictamen juridico para respaldar su negativa a entregar al juez lo que le pedia. El pasado 7 de agosto, Perote comparecio por segunda vez ante Garzon, ante quien admitio esta vez que el mismo fue el autor de la presunta acta fundacional de los GAL; redactada, segun su version, por orden del entonces director, Alonso Manolano. Fuentes del Cesid sospechan que el polemico documento, como ha sucedido con tantos otros de los mil 200 que se llevo Perote del servicio secreto en noviembre de 1991, acabara publicado en determinado medio de comunicacion. La clave esta en si se trata de una mera propuesta del antiguo jefe de la seccion operativa del Cesid o si puede demostrarse que, efectivamente, fue asumido por sus superiores y sirvio de base para la actuacion de los GAL. Aunque se diria que despues de mas de 20 asesinatos resulta superfluo contar o no con un documento meramente teorico sobre la guerra sucia, el juez Garzon no parece considerarlo de ese modo. Tiene muy presente el magistrado que el Cesid es, segun la normativa vigente, "el organo de informacion del presidente del gobierno", ultimo destinatario de los informes del servicio secreto. Si se demuestra que el centro de inteligencia diseno la estrategia que dio origen a los GAL, posteriormente aplicada por responsables de las fuerzas de seguridad, la responsabilidad penal por la guerra sucia no podria quedar ya circunscrita al Ministerio del Interior. Por eso, en su exposicion razonada al Tribunal Supremo, Garzon no incluye las alusiones al documento del Cesid entre los datos que afectan al entonces ministro de Defensa, Narcis Serra, en cuyo departamento estaba encuadrado el servicio secreto, sino entre los escasos, inconcretos y genericos, como viene a reconocer el propio escrito, que apuntan directamente al presidente del gobierno, Felipe Gonzalez. .