SECCION CULTURA PAGINA 35 BALAZO: Einstein no lo sabia CABEZA:Reflexion sobre la ciencia CREDITO: Ikram Antaki* (Segunda parte) La historia de la ciencia da voz al tumulto. No es una simple lectura del mundo. Contemplar no es comprender, mirar no es ver, ver no es saber. Ademas, todo no se deja ver. Lejos de exhibirse en la luz de la evidencia, el universo oculta sus leyes. La realidad es capaz de no ser mas que una ilusion, la evidencia no es garantia de verdad. Lo que nos parece hoy racional ha tenido que imponerse en lugar de ser inmediatamente reconocido como tal. La racionalidad es una construccion, un proceso, y puede construi rse sobre irracionalidades que ella misma ha engendrado. Es inacabada por vocacion y no se puede presuponer la verdad como una categoria inicial del pensamiento. Es mas: mirando bien, constatamos una cierta mobilidad de las verdades primeras. Por que les digo todo esto? Para preparar una carga pesada contra el llamado sentido comun. Hace 25 siglos, en un poema titulado De la naturaleza, Parmenides llamo a cuidarse de este sentido demasiado rudimentario y lleno de inexactitudes. El sentido comun designa el lugar geometrico de nuestros prejuicios, donde el pensamiento se reduce a su sola inercia, sin la reflexion que lo vuelve dinamico. Otorga respuestas todas hechas, hasta que una paradoja venga a sacudir su quietud. Inhibe y condiciona nuestros reflejos, fabrica y canaliza nuestras reacciones, construye nuestras normas. Este "corazon sin el temblor de la verdad" (Parmenides, fragmentos 1-29) es, segun Kant, un recurso desesperado al cual no hay que recurrir mientras nos queda algo de critica. "Llamar al sentido comun es permitir al mas descolorido de los habladores de desafiar, en toda seguridad, al cerebro el mas solido", y consiste en "entregarse al juicio del numero, aquellos aplausos que avergenzan al pensador y son el triunfo del bufon popu lar". El sentido comun es insidioso. Por supuesto, seria ridiculo negar su utilidad practica cotidiana. La vida lo recuerda al que se olvida de el. Tiene una utilidad funcional esencial. Pero su campo de validez es muy limitado. Es mas una calidad del caracter que una calidad del espiritu, y es algo asi como el sueldo minimo de la inteligencia. Una inquietud elevada debe vigilarlo y recordarle la infinidad de su ignorancia. Arcaico, simple, acaba siempre por ser demasiado simple. En cambio, la paradoja es h ija de la complejidad. Es ella la verdadera partera de la ciencia. Las victorias mas prestigiosas de la fisica, por ejemplo, no han sido hechas con el sentido comun, sino contra el, a pesar de la evidencia y de la inexperiencia inmediata y, si ocurre que alguna vez, sobre un punto en particular, la ciencia llega a legitimizar el sentido comun, es por razones diferentes de las suyas. Porque este no piensa: solo tradu-ce sus necesidades en conocimientos. Es, para toda ciencia, el primer obstaculo que hay qu e vencer. *Antropologa y escritora. .