SECCION CULTURA PAGINA 35 BALAZO: LA OPERA CABEZA: La Cenerentola, pocas veces sublime CREDITO: ENESIMO NEMO* La frase es del imprescindible Stendhal, que todo el mundo se ve obligado a cita como contemporaneo, biografo, admirador, testigo y tambien frecuentemente critico severo del Cisne de Pesaro. Pronto asistiremos en el Palacio de Bellas Artes (primera quincena de septiembre) a otra presentacion de la Cenerentola, e irremediablemente hay que volver sobre el prodigo y tempestuoso Rossini, del que siempre queda algo que decir. La frase completa del autor de La cartuja de Parma sobre Cenerentola es la que sigue: "Pocas veces sublime, pero nunca aburrida". Seguidor devoto y admirador sincero, pero asimismo censor de la complaciente frivolidad a la que se entregaba Rossini (bajo la presion del publico y los empresarios), Stendhal asistio por primera vez a una funcion de La cenicienta en Trieste (1824?), aunque la obra se habia estrenado siete anos antes, en Roma. Y si que vio la obra con buen reparto, pues en el papel titular se hallaba la absoluta Giuditta Pasta, de cuya divinidad podia esperarse cualquier prodigio y quien, aparte, poseia enorme voz y varias tesituras. Reconocia Stendhal que era dificil ver una opera mejor montada que la de Rossini en Trieste, "divinamente cantada por Madame Pasta", y de la cual en vez de 30 funciones programadas para la temporada, el publico de Trieste asistio a 100 funciones en total!, segun se entiende cantadas todas por la mis ma omnipotente estrella acompanada del tenor Zuchelli, quien de acuerdo con el critico tenia una voz "pura y magnifica", que el publico de Paris no habia sabido nunca apreciar. "A pesar del talento de los actores y del entusiasmo del publico" -prosigue el cronista en ese largo articulo-, la Cenerentola no me gusto nada. El primer dia me crei enfermo; en las representaciones sucesivas que me dejaban igualmente frio, helado, en medio de un publico borracho de entusiasmo, me vi obligado a confesar que mi desgracia era un accidente personal. Me parece que en la musica de la Cenerentola esta ausente lo que puede llamarse bello ideal". Pero de igual modo que Stendhal, que por lo visto era tan maniatico, esta a la vista, como yo mismo y como los operomanos de mi generacion (pues asistio 20 veces a la representacion de una obra que no le gustaba), muchos otros criticos posteriores censuraron esas comedias frivolas y cirqueras de Rossini, y ellas pasaron a la gloria sin problema, entre las mismas tormentas de aplausos que les siguen prodigando todos los publicos. Ya hablaremos de las innumerables grabaciones hoy disponibles en la Cenerentola , en audio, en video, en versiones integrales y parciales. Por otra parte, algo ha de tener el cuentecillo de Perrault en manos del autor de El barbero de Sevilla, porque no era la unica Cenicienta operatica de sus tiempos: el libreto mismo, encomendado a Jacopo Ferreti no era nada original: estaba tomado del libreto escrito por Ettienne para el compositor Daniel Stiebel, cuya Cendrillon, en frances, habia sido estrenada en 1810. Rossini se hallaba en plena riqueza y celebridad despues de El barbero... y tenia que cumplir con la demanda general, al tiempo que luchar con los caprichos de los capitanes teatrales y de los divos de todos los sexos. Su propia esposa (se caso con ella en 1822), que era una gran cantante y una bella mujer, lo presionaba para emprender la redaccion de operas dramaticas y serias, como las de Bellini, en lugar de los dramas jocosos y las comedias juguetonas. Isabel Colbran, ese era el nombre de la dama, creo en la escena el papel de Elisabeta, Regina de Inghilterra en 1815. Con los divos libro Rossini grandes batallas, pero principalmente lo hizo con algunos celebres e influyentes castrati (fue uno de los ultimos compositores que escribieron obras para esa estirpe entonces a punto de extinguirse). Giovanni-Battista Velluti (1781-1861), este "soprano" masculino que estreno en 1813, en Milan, el Aureliano in Palmira, fue uno de los mayores dolores de cabeza del autor. Velluti era un superdotado, de complexion fisica y vocal portentosas, de gran formacion musical y, por anadidura , un genio como interprete y como ejecutante musical. Era dado Velluti al embellisement de todas las arias que se le encomendaban; y aunque Rossini lo escucho fascinado remodelar las partes y arias de manera deslumbrante y perfecta, decidio combatirlo, haciendose cargo el mismo de los "embellecimientos" solicitados y expresando (generalmente sin buen exito) que los cantantes se atuvieran a sus partituras. Seguiremos con el tema, que tiene interes intemporal, y es infinito, como todos los de su genero l *Critico de musica .