SECCION CULTURA PAGINA 34 BALAZO: TESTIGOS AUSENTES, DE RODRIGO PIMENTEL CABEZA: La necesidad de regresar a los origenes CREDITO: CYNTHIA PALACIOS GOYA Como "la exposicion de mi vida" definio el pintor Rodrigo Pimentel (Michoacan-1945) la muestra Testigos ausentes, que presenta a partir de hoy en las salas 6, 7 y 8 del Museo del Palacio de Bellas Artes, la cual esta conformada por 67 piezas colocadas en tres apartados: Mascaras, nahual; Hombre bestia, y Del Panteon prehispanico al arquetipo, respectivamente. En conferencia de prensa el artista -quien estuvo acompanado por Agustin Arteaga, director del recinto anfitrion y por Teresadel Conde, titular del Museo de Arte Moderno- afirmo que llega a Bellas Artes a su debido tiempo y con una experiencia de 25 anos, en los que ha pasado de lo abstracto a lo figurativo; su preocupacion de siempre ha sido nuestra mexicanidad -"que hay momentos en que esta tambaleante y a la que hay que cuidar minuto a minuto"- a la que se suma ahora la contaminacion ambiental, problema s que trata de reflejar encerrandose en su estudio "precisamente, como un testigo ausente". Pimentel recordo que cuando estudiaba en la Academia de San Carlos le ensenaron a dibujar, a pintar y a modelar la figura humana; pero, cuando regreso, vio en la abstraccion y en la ruptura con el pasado una opcion: "Como joven inmaduro empece a pintar lo que los demas estaban pintando en ese instante; pero conforme fui madurando hubo un momento en que senti la necesidad de volver a la figura, porque lo abstracto empezo a aburrirme y sentia que no iba con lo nuestro; asi, regrese a la figuracion aunque con mucho trabajo y fui mas alla de lo que me ensenaron en la escuela. "Senti la necesidad de regresar a mis origenes, quiza porque provengo de un estrato social en que el arte se veia o en la iglesia o en el cine. Incluso algunas personas que me conocieron desde nino me preguntaban que tipo de pintor era: de los que se entienden o de los que no. Desgraciadamente era de estos ultimos, por eso quise pintar algo que la gente de mi pueblo entendiera; entonces, si pintaba una rana, intitulaba el cuadro rana, si hacia un mono, lo llamaba mono. Trate de bajarme del pedestal en el qu e lo sube a uno la juventud que marea; empece a ser mas sencillo en mi forma de expresion para que me entendiera un poco mas de gente, como lo que hacian los muralistas." Alusivo a la muestra, se edito un catalogo que incluye ensayos de Carlos Monsivais, Edward J. Sullivan y Agustin Arteaga, quien realizo la curaduria y museografia y sobre la cual afirma: "En Mascara se incluyen obras que se definen por el ocultamiento del personaje, dejando la ilusion a la personalidad en funcion de la caracterizacion. La mascara cubre identidades, a la vez que las define. Una filosofia similar la hallamos dentro de la mas pura mitologia mexicana, en el mito nahual: ser capaz de la metamorf osis y que generalmente se convierte en bestia. Las siete pinturas que se agrupan en este rubro sirven de vinculo discursivo para el guion museografico utilizado, relacionando al hombre con la zoologia y los dioses del panteon precortesiano." Finalmente, manifesto que "la produccion mas reciente del artista, que se reduce a la utilizacion de arquetipos nacionalistas -tales como la Virgen de Guadalupe, espinas, aguilas y serpientes-, deriva de una serie dedicada al panteon prehispanico, que revela una de sus constantes en los ultimos anos: su preocupacion por el problema de la nacionalidad y la actual vulnerabilidad de esta" .