SECCION ESPECTACULOS PAGINA 37 BALAZO: Fiesta colombiana CABEZA: Vives presento La tierra del olvido CREDITO: ELENA VILCHIS, ENVIADA Cartagena de Indias, Colombia.- Dos vallenatos convivieron la noche de ayer en tierras caribenas: uno, el tradicional, el que se toca en las playas con los instrumentos tradicionales (acordeon, caja y guacharaca), para que la gente baile descalza sobre la finisima arena o bien se tumbe placidamente para beberse un delicioso ron. El otro, el que ha proyectado Carlos Vives filtrandolo por los sonidos del rock, reinventandolo y haciendolo familiar a los oidos del mundo. En Colombia, este samario (por ser origiario de Santa Marta) es un idolo que causa tumultos y arranca suspiros dondequiera que se presenta aunque claro, existen los puristas, que no ven con buenos ojos el color con el que Vives ha tenido el vallenato. Prueba de ello es que La tierra del olvido (Polygram, 1995), su disco mas reciente, ha logrado vender 200 mil copias en apenas unos dias. El anuncio de la presentacion del disco a la prensa en el auditorio Getsemani del Centro de Comunicaciones provoco tumultos. Ahi se encontraban desde las personas que habian llegado pensando que encontrarian un lugar, hasta la crema y nata de la sociedad colombiana, que aun con invitaciones tuvo que hacer fila desde las siete de la noche para poder entrar. Algunos lograron su objetivo hasta pasadas las nueve, ya que circularon invitaciones falsificadas. Entrar significo sufrir empujones y pisotones cuando l os mas desesperados dieron el portazo. El concierto programado para las ocho y media se inicio una hora mas tarde. Quienes no lograron entrar tuvieron su recompensa cuando por breves minutos lograron ver a la popular Aura Cristina Geithner, la figura artistica mas importante de Colombia. Basto que las primeras notas sonaran para que la gente que deambulaba por los pasillos corriera a sus lugares, dejando sin un solo espacio el coso con capacidad para mil 500 personas. Con sencillez y ataviado con shorts y playera, Vives irrumpio en el escenario sin mayores preambulos diciendo: "Gracias a los nativos, a nuestra familia y a quienes vienen de fuera. Gracias por venir a nuestra tierra del olvido". A partir de ese momento, Vives hizo un derroche de energia que transmitio a los asistentes. La fiesta se inicio con una chompeta cartagenera, Pa Mayte, creacion al alimon de Vives, Ocampo y Benavides, que de inmediato desperto la cadencia caribena, un tema hecho especialmente para Mayte Montero (ejecutante de la gaita). Un coro de aproximadamente dos mil personas canto a capella Contestacion a la brasilera, del disco Clasicos de la provincia: "Rafa no te enamores/ mas de mujeres extranjeras/ ellas enloquecen a los hombres/ con su mirar". Para contrastar con el climax caribeno, penetro en las venas La gota fria, otro clasico con el que vibro el auditorio, bailando y cantando. El samario hizo una breve pausa para dedicar su cancion a Alejo Duran, autor de Pedazo de acordeon: "Los ojos que mas cantaban a la musica vallenata", afirmo Vives. "Este es un mensaje de nuestro pais para nosotros mismos: un poquito de conciencia por nuestro medio ambiente, por nuestra gente. Empecemos a compartir nuestra tierra del olvido, porque en nuestra sierra no estan bien las cosas, por eso no hay agua", manifesto Vives, teniendo como fondo el sonido andino. Un espectacular juego de luces dio entrada al tema Zoila, en el que Mayte es la protagonista. Egidio Cuadrado hizo lo suyo: cantar y tocar La puya puya, en la que gozo plenamente su vaina con el acordeon, recordando como dijo Vives al maestro Piazzolla. Con Rosa, la gente bailo y canto, lo mismo que con Ella. La noche empezaba a extinguirse, por lo que Vives invito al escenario a un pequeno musico: Carlos Enrique, su hijo de apenas tres anos. El volcan vallenato se desbordo irremediablemente con la ultima llamarada que cerro el circulo: Pa Mayte. El epilogo fue una fiesta de luces multicolores que nacian de la Ciudad Amurallada para llegar al infinito cielo y luego perderse en las aguas del Caribe .