SECCION INF. GRAL. PAGINA 4 CABEZA: RETOMAR LA RUTA DEL DIALOGO CREDITO: CIRO MAYEN* No hay duda de que el sistema politico mexicano se encuentra en transicion desde hace varios anos. Esta transicion ha sido tan larga y accidentada que el propio termino parece perder su sentido. De manera que si bien nos estamos acostumbrando a lo prolongado del proceso de transicion, seria lamentable que acabaramos resignandonos a ello.2 Es evidente que estamos muy lejos de un regimen cabalmente democratico que nos gustaria para el futuro de Mexico. La lista de asignaturas pendientes es ya demasiado larga como para reiterarla en el reducido espacio de estas notas, pero lo que salta a la vista es que todos los asuntos de la vida politica nacional estan vinculados y cada uno de ellos parece estar condicionando la solucion de los otros. Asi, por ejemplo, los acuerdos electorales pendientes entre los partidos se entorpecen por las dificultades politicas de Tabasco, Yucatan y los recientes conflictos producto de la oleada de violencia en Guerrero, que a su vez flotan en el ambiente como una amenaza para los procesos electorales que se llevaran a cabo en Michoacan, Baja California Norte y Zacatecas. Ademas, las tensiones entre los partidos se han convertido en un obstaculo que parece volverse insalvable en el futuro inmediato. El riesgo de un virtual empantanamiento del dialogo para la reforma politica del Estado deberia hacer pensar a las oposiciones en la conveniencia de reanudar cuanto antes el intercambio y la busqueda de un acuerdo politico con el Ejecutivo federal, que se mantiene, con todo, como el mejor garante de que el proceso de transicion no desemboque en un sistema politico autoritario refuncionalizado. Al parecer, son pocos los actores de las oposiciones dispuestos a seguir esta ruta, que fuera la estrategia inicial de la direccion nacional panista. Unos han adoptado por abandonar la mesa de negociacion presionados por intereses inmediatos que demandan primero arreglar los conflictos en Tabasco, Yucatan y Guerrero. Todo indica que la actual dirigencia de Accion Nacional tomo este sendero para enfrentar al panismo radical y al mismo tiempo cumplir con sus compromisos con el panismo yucateco, lamentablemente su indisposicion para reanudar el dialogo pronto contribuye a fomentar un escenario de incertidumbre. Quienes adoptan este camino lo hacen obligados por las condiciones que enfrentan al interior de sus partidos, pero olvidan que el costo inmediato del presidente Ernesto Zedillo frente al PRI de remover gobernadores como se hizo en la administracion anterior seria mayusculo. El presidente Zedillo requiere de su partido para gobernar, pues los partidos de oposicion no estan dispuestos, ni tendrian por que estarlo, a brindarle su apoyo para sacar adelante las reformas politicas que son parte tambien del duro paquete que se requiere para ofrecer una salida democratica a la crisis. Entendamoslo, el presidente Zedillo llego a la Presidencia de este pais con un partido y no puede gobernar a espaldas de este. Puede si, negociar reglas para un juego politico mas democratico, pero debe incluir en esta negociacion tambien al PRI y no solo porque sea su partido sino porque se trata de la formacion politica hegemonica. Esta negociacion es quiza la mas dificil, pues al interior de ese partido se han conformado grupos con propuestas dudosamente democraticas que estan dificultando los posibles a cuerdos entre los tres principales partidos politicos nacionales. Por ello, insisto en que para negociar con el PRI la reforma a fondo del sistema politico la institucion presidencial sigue siendo un factor clave. Otros grupos, como la tendencia perredista partidaria de la intransigencia democratica, no quieren acuerdo alguno con el gobierno. Suponen que el jefe de Ejecutivo federal es debil y por esa razon ya no garantiza una transicion ordenada, por lo que demandan un gobierno de "salvacion nacional". Desde su perspectiva golpista, este gobierno seria el garante de la transicion a la democracia, aunque todavia no dejan en claro la manera como solucionaria los problemas principales de la crisis. Por supuesto que tenemos dificultades para recorrer el siguiente tramo de la transicion con las instituciones que tenemos, pero lo que parece sugerir el perredismo es simplemente hacerlas a un lado sin ofrecer a cambio un sustituto confiable. Tener en claro los riesgos y los costos del siguiente episodio de nuestra transicion es importantisimo como para no exigirle a los distintos actores politicos lo que no pueden cumplir. No sobrecarguemos con exigencias y condicionamientos la posibilidad de reanudar el d ialogo, pensemos que el tiempo es un factor irrecuperable. * Articulista de Notimex .