SECCION: INFORMACION GENERAL PAGINA: 2 BALAZO: CUADERNO DEL SABADO CABEZA: El peligroso retorno de lo religioso CREDITO: IKRAM ANTAKI * ENTRETEXTO: Debemos abogar por el mantenimiento de una separacion vivida y una tension fecunda entre la fe y el saber, la revelacion y la historia, la religion y la politica, la Iglesia y el Estado IGLESIA Y ESTADO; RELIGION Y POLITICA: En los debates que agitan nuestra epoca, existe uno que vuelve sin parar: este. Hasta hace muy poco, el enfrentamiento tenia como principal objetivo delimitar los territorios de cada uno, separar y neutralizarse reciprocamente. Hoy, la conciencia mas viva de las situaciones historicas y de los eventos contemporaneos nos obligan a una reflexion mayor sobre la perenidad de un pensamiento politico accionado por la teologia. Aquello nos lleva a un paseo complejo que va de lo politico, a lo religioso y, de vuelta, a lo politico. Otra vez, tenemos que plantear la cuestion de lo espiritual y de lo temporal. Otra vez, debemos mostrar cuan fragiles son estas distinciones. Cierto es que, en un principio, el cristianismo trato de separar lo politico de lo religioso. "Dad lo que es de Cesar a Cesar, y lo que es de Dios a Dios". Pero reencontramos lo politico al constituirse la cristiandad. La historia persigue a las religiones. Esta aqui Como imaginar un evangelio, unas escri turas, sin instituciones historicas? Aun la religion mas ironica hacia las instituciones -el protestantismo- no pudo escapar a su institucionalizacion. Y la historia real de cada confesion desmiente las mejores intenciones. La religion ha sido ideologia, ha sido justificacion. Su visibilidad en los conflictos (aun no esencialmente religiosos) ha sido excesiva. Su fecundidad historica no reside en sus intenciones, ni en el bien que hicieron o pudieron haber hecho. A veces, lo contrario es cierto: asi, los pr ocedimientos inquisitoriales han jugado un papel considerable en el nacimiento del Estado moderno. Evitemos entonces de hacer una historia piadosa de las religiones, dejemos de alimentar en ellas una vision edificadora: no se han ahorrado ninguna violencia. Mas bien, catalizaron las violencias. Ahora, cuando la politica falla, lo religioso vuelve. Estamos viendo renacimientos religiosos impresionantes. Los periodos de crisis -economica, social, politica- ven la vuelta de lo religioso en sus formas mas dudos as y mas peligrosas. Y ahi estamos nosotros, cargando con la memoria de la historia conflictual de las religiones frente a lo politico. Dudo mucho que unas relaciones tranquilas entre ambos sean posibles. Aceptemos su utopia. Las democracias son indiferentes a las religiones: no compiten a nivel escatologico. Y es en el momento mismo en que se abren hacia ellas, que cunde el mayor malestar. Esto es particularmente visible en la Iglesia actual -la de Juan Pablo II-. Cuando leemos, bajo la pluma del Papa, que "el clima etico, la secularizacion y la ausencia de valores en las democracias impiden la fe y la p ractica religiosa", estamos leyendo una agresion. En el momento en que se encuentran en una posicion mayoritaria, las religiones tienen tendencia a exigir mas y mas a los gobiernos democraticos. Hoy, los grupos religiosos historicamente dominantes estan viendo sus privilegios historicos contestados. La presion se ejerce sobre ellos hacia la generalizacion del agnosticismo, o hacia una indiferencia aparente, mucho mas que hacia el ateismo declarado. En los huecos creados, nacen y crecen pequenos grupos que compiten en la cuestion sacra, con las grandes instituciones. Para las democracias, esta ausencia de interlocutores legitimos no es facil. Hay, en esos grupos, un lado infrapolitico que no facilit a la vitalidad democratica. En cierto sentido, nos convienen mas las iglesias que las sectas. Aun peleando, podemos hablar. Pero debemos abogar por el mantenimiento de una separacion vivida y una tension fecunda entre la fe y el saber, la revelacion y la historia, la religion y la politica, la Iglesia y el Estado. Separacion, porque no combatimos por las mismas cosas. Se puede pedir a las democracias de corregir, ordenar, redefinir el lugar historico de las religiones en la Ciudad, no de responder a la imanencia y a la trascendencia. Si lo hacen, tienen todas las de perder. Esta es tarea de los individuos. La cuestion de la imanencia y de la trascendencia deben quedar abiertas en las sociedades secularizadas, para mantener en ellas la vitalidad y la capacidad de ofrecer un sentido a la existencia. Las democracias estan hechas para los hombres. Este es un programa que se revelan a menudo -sistematicamente- incapaces de realizar en las dimensiones de una nacion, aun mas a nivel del mundo. Pero su historia no ha terminado. Las religiones les recuerdan que el mal persiste, que los hombres sufren, incluso en la democracia, y p roponen una etica para el presente y una salvacion para el futuro. Queda por saber cual es la legitimidad y cuales son las posibilidades de las religiones para realizar esta utopia? *Antropologa, escritora, autora de El Espiritu de Cordoba. .