SECCION: INFORMACION GENERAL PAGINA: 2 BALAZO: EDITORIAL CABEZA: La bomba atomica o el equilibrio del terror Hace cincuenta anos el mundo fue estremecido por el primer bombardeo atomico que devasto la ciudad japonesa de Hiroshima; una segunda explosion nuclear tuvo lugar, tres dias mas tarde, en Nagasaki, cuya poblacion civil fue casi aniquilada. Esa bomba ocasiono alrededor de 200 mil victimas y enormes perdidas materiales; con la segunda, una tecnologia moderna puesta al servicio de la destruccion, instalo en los ambitos de las controversias geopoliticas el llamado equilibrio del terror que, aparte de poner en duda los enfrentamientos convencionales, abrio una desorbitada acumulacion de pertrechos belicos, reedito la vieja estrategia de los conflictos locales o regionales y marco el nacimiento de la G uerra Fria. El miedo articulado por ese triste episodio impuso una carrera armamentista de tipo nuclear; la competencia por la posesion de la bomba atomica fue como un seguro contra posibles agresiones externas, y opero, al mismo tiempo, como disuasor ya que es previsible que, despues de una conflagracion nuclear, las luchas armadas entre las naciones tendrian que dirimirse practicamente a palos. La utilizacion de la bomba atomica deterioro el marbete democratico de los aliados occidentales, y puso en evidencia la incapacidad de los gobernantes japoneses, que no supieron evitar el sacrificio inutil de sus poblaciones civiles. El recuerdo de las escenas de dolor, los espectros de seres humanos, lacerados por el corrosivo descontrol de la energia, la fatidica forma del hongo cercenando todo halito de vida, han escrito en la historia de nuestras civilizaciones la ominosa servidumbre de la ciencia y la tecnologia para reinstalar el salvajismo. Hoy no dejan de encenderse focos de tension para dirimir el control de los mercados. La convivencia de los pueblos no parece caminar senderos de integracion y apoyo. Pero la lucha para el bienestar comienza por la defensa de la paz. Hiroshima, Nagasaki y la bomba atomica, en vez de arrinconarnos en el equilibrio del terror ensenan que no existe mejor equilibrio, que el respeto al derecho ajeno. Ese estadio de vida se logra solo con el dialogo y la comprension. .