SECCION ESPECTACULOS PAG. 38 BALAZO: INNER CIRCLE CABEZA: Reggae sin llamado a la rebelion CREDITO: JORGE CISNEROS MORALES Al filo de la medianoche el cantante de Inner Circle, anticipa: "Esta es una fiesta de reggae" y sobre advertencia no hay engano, asi que los poquisimos interesados en escuchar la imagineria biblica, los discursos contestarios, los llamados a la rebelion tan caracteristicos del sincopado ritmo jamaiquino, se van a desilusionar porque los integrantes de la banda desplegaran durante hora y media una docena de baladas ligeras cuya unica intencion es invitar al sensual contoneo. En su segunda visita a esta ciudad Inner Circle llega acompanado por una popularidad cimentada no en sus 20 anos de trayectoria, sino en sus pegajosisimas tonadas que han inundado la radio comercial durante los meses pasados. La fama atrae a numerosas socialites, yuppies y variopinta fauna que se aglomera en la entrada de La Boom vistiendo artificiales gorras rastas de las que cuelgan trenzas (dreadlocks) tejidas con estambre. "Durante los viajes me he dado cuenta de que hay gente que ve a los rastas y no entienden lo que significa la religion: piensan que ser rasta es usar trenzas y vestir ropas con colores verde, rojo y amarillo cuenta en charla anterior al concierto Ian Lewis, bajista del grupo. Eso no es ser rasta; rastafari es algo que debes de sentir, que viene de muy adentro de ti, no es una moda". No obstante las palabras de Lewis, la banda abre con algo que esta de moda: material del disco Bad Boys. Ni rastro de los temas clasicos que aparecen en los discos Tenement Yard de Island o The Capitol Years. La primera y segunda piezas tienen la marca indeleble de la atencion que la industria del video ha puesto en Inner Circle: baladas muy apropiadas para estar en la playa, alejadas de las ahora demods estridencias del reggae setentero que cobijo los primeros tiempos de esta a grupacion. Para la tercer rola los motores estan calientes y el grupo empieza a cabalgar sobre el virtuosismo de la seccion ritmica. Ian Lewis en el bajo y Lancelot Hall en la bateria tejen un poderoso entramado que ataca la pelvis de la audiencia y les obliga a invadir la pista sin miramiento alguno. De aqui en adelante, el trabajo musical descansara en esta pareja que recicla viejos ritmos jamaiquinos (conocidos como riddims) a los que el cantante agrega rimas sencillas que reiteran los llamados al baile. Estos veteranos musicos saben lo que quieren: sumergir al publico en una fiesta. Y tienen los elementos para hacerlo. Buscan el efecto inmediato y para lograrlo descansan en la energica calistecnia que desarrolla el vocalista y en los fuegos artificiales de Touter Harvey, experimentado tecladista que en su curricula tiene la nada desdenable participacion en la banda The Wailers que acompanara a Bob Marley durante sus primeras giras mundiales. A mitad del concierto unas notas conocidas anticipan que viene la parte importante del set. Las descripciones de los sobrepoblados solares del oeste de Kingston y la vibrante alegria que provoca el saber que Jah (Dios) vive en un Tenement Yard. La cancion es la llave que abre la puerta de la euforia y a ella le suceden los consabidos la-la-las, na-na-nas y demas tarareos que han elevado exponencialmente la popularidad (y las chequeras) de Inner Circle. Tras hora y media de impresionante rasgueo bajistico magnificado hasta la locura por los amplificadores, la banda se despide. Roger e Ian Lewis toman de la mano al baterista Hall y solicitan al respetable entonar el coro clasico: One love/ One heart/ Lets get together and feel alright. Como siempre, Marley en la memoria pidiendo la union general en un solo amor. Las manos se levanttan y el rumor crece. Sigue siendo impresionante el poder alivianatorio valga la expresion de la musica de El Rey. .