SECCION CULTURA PAG. 34 CABEZA: Rilke y Freud, deserciones psicoanaliticas CREDITO: PATRICIA MORALES "Hace algun tiempo me paseaba yo por un paisaje estival en pleno florecimiento, en compania de un amigo taciturno y de un joven pero ya celebre poeta que admiraba la belleza de la naturaleza circundante, mas sin poder disfrutar de ella, pues le preocupaba la idea de que todo ese esplendor estaba condenado a perecer (...)", asi comenzo Freud su articulo Lo imperecedero. Lo escribio en 1915. El paseo tuvo lugar en septiembre de 1913, Lou Andreas Salome es el taciturno amigo, y Rilke el joven poeta de 3 8 anos. Dos hijos suyos lo citaban de memoria, asi que Freud ya sabia de el; pero fue Lou quien los presento durante el congreso de psicoanalisis que marco la irreparable ruptura con Jung. Se volvieron a encontrar una vez, a fines de 1915, cuando Rilke visito a Freud en Viena. Y nada mas. Rilke y Freud? Si, porque compartieron, y de eso hablaron, una profunda reflexion sobre la transitoriedad de todas las cosas. Reflexion tan tenaz en la obra de Freud como en la poesia de Rilke. Distintos fueron sus caminos, pero ambos llegaron a la misma conclusion sobre la muerte: la llevamos dentro semilla y proyecto, es intimo aliento, lo que nos mueve; aceptar la vida, es aceptarla a ella. Cada uno qu iere morir; regresar al estado original, aunque a su hora y a su modo, dijo Feud. Morir, pero no de una muerte cualquiera sino de una que sea propia, que hubiese madurado dentro lentamente. Una muerte que no traicione aquello que se hizo en vida, anadio Rilke. Quien vincula la muerte con la pregunta por el ser, lo real, el sentido de la existencia: "La muerte es ese aspecto de la vida que no esta vuelto hacia nosotros, ni iluminado por nosotros; (...) nuestra existencia se apoya en los dos reinos ilimitados, se alimenta inagotablemente de los dos. No hay un mas aca ni un mas alla,sino u na gran unidad (...)." Y todavia: "A los asesinos se les ve pronto. Pero esto: contener tan suavemente la muerte, la muerte entera, aun antes que la vida y no ser malo, es indescriptible." Ya en 1911 Freud pensaba en el fenomeno del suicidio, a proposito de la tremenda epidemia que asolo la ciudad; y a partir de entonces la muerte se le impuso de mil maneras: la Gran Guerra, la perdida de su hija y nieto, el cancer que padecio desde los 67 anos. Abordo la diferencia entre melancolia y duelo en 1917, y tres anos despues llego a su pulsion de muerte, conclusion medular que tantas deserciones causo en el movimiento psicoanalitico. En 1930 anoto: "La pulsion de muerte no es una necesidad intima p ara mi, representa solo un supuesto ineludible por motivos biologicos y psicologicos. De ello se desprende todo lo demas. Mi pesimismo me parece, por lo tanto, un resultado; y el optimismo de los demas, una hipotesis (...)." No hay espacio en su obra para ilusion de eternidad alguna: ni positiva ni negativa ni ciclica. El tiempo de la vida humana, el tiempo de la precariedad, es la medida de todas las cosas y del mundo. Si la muerte es nuestra unica realidad y certeza, entonces el luto no deja de ser un enigma. Tenemos, dice Freud, una cierta capacidad de amar. En un principio dirigida al mismo yo, la libido muy pronto se separa y se dirige a los otros, que acogemos; es un proceso, por asi decirlo, de apropiacion. Cuando perdem os a un otro querido, la libido vuelve a ser potencialmente libre, para encontrar un nuevo objeto o bien dirigirse temporalmente al yo mismo. Y sin embargo rechaza esa perdida, se niega a renunciar a lo que ha perdido. Se aferra a su objeto, incluso cuando un sustituto ya esta listo. Explica el luto, quiza, nuestra imposibilidad para entender, y en consecuencia aceptar, la muerte misma, rotunda ausencia. Y es que la muerte es irrepresentable. Nada podemos decir de ella. Hablar del dolor que nos causa la perdida de un ser querido (que nos recuerda la propia) significa y eso lo sabemos todos entrar en la precariedad de los lenguajes: en una dimension donde las palabras no lo dicen todo. Rilke respondio, o se anticipo, con poesia a la teoria y clinica freudianas; construyo para las cosas un sentido que no tenan, lo hizo con palabras. Porque la pulsion de muerte, antes que un dato biologico, es un supuesto, nocion para indicar que el aparato psiquico esta subordinado a una compulsion ciega a repetir, bordear lo real (intentos siempre fallidos de simbolizar, porque como simbolizar la "nada", la muerte?), mas alla de la busqueda del placer, o la autoconservacion incluso. Safouan propone considerar al psicoanalisis como la ciencia del fracaso del principio del placer, y no esta mal. *Psicoanalista y escritora. .