SECCION: INFORMACION GENERAL PAGINA: 6 BALAZO: LOS HECHOS Y LOS MITOS CABEZA: MAM: la reforma sin enfasis CREDITO: Gustavo Hirales * El proceso de reforma interna priista, cualquiera que sea la opinion que sobre este se tenga, se ha visto desplazado de la escena publica por la estridencia de la demanda de renuncia de Maria de los Angeles Moreno. Como se recordara, los reclamos de Julio Hernandez Lopez, presidente del PRI en San Luis Potosi, a la lentitud y falta de profundidad de la reforma priista, que se habian venido expresando con cierta consistencia desde los inicios del actual gobierno, dieron un salto de calidad y se transformaron , practicamente de la noche a la manana, en la exigencia de renuncia de MAM a la presidencia nacional de ese partido. En entrega reciente califique esta actitud de oportunista, y no falto quien me reprochara, en privado, mi supuesto apoyo a practicas y metodos de accion que conservaban lo peor de los vicios priistas, en vez de respaldar a quien, como Julio Hernandez, se la estaba jugando por la democracia y la renovacion del partido gobernante en Mexico. Conteste que no tenia nada en contra de quien lucha por democratizar un partido tan anquilosado como el PRI, pero que no me parecia que Julio Hernandez fue ra el mejor representante de esas virtudes, dada su carrera priista siempre vinculada a unos u otros padrinos politicos, y dada la naturaleza clamorosamente demagogica de muchos de sus planteamientos actuales. Sintetizaba mi posicion asi: no discuto el hecho de que la actual direccion del PRI sea politicamente poco talentosa y carezca de verdadera representatividad, que tenga demasiados nexos con el pasado y que sus declaraciones y propuestas pequen de pichicatas y conservadoras. Parece estar siempre a la defensiva y no se ve por ningun lado la iniciativa politica que luche por colocar al PRI en la posicion de partido en el gobierno (y no partido del gobierno) a la que naturalmente deberi a aspirar. Esto es una cosa. Otra cosa es que un neopriista, cuyas propuestas son en el fondo demagogicas y de corto aliento, que evidentemente carece de un proyecto organico de transformacion del Revolucionario Institucional, se lance (o sea lanzado) como ariete para golpear a la direccion de su partido, montado en un antisalinismo procaz y de ultima hora, y asuma gozosamente, en una actitud que lo exhibe mas de lo que piensa, que es a traves del periodicazo y la denuncia mentirosa y tumultuaria, como se puede cambi ar al PRI para bien. En perspectiva, el triunfo de una conducta como la de Hernandez Lopez seria la consagracion de los metodos corsarios en los asuntos internos del partido, y el inicio del fin del PRI como fuerza politica organizada. A partir de tal eventualidad se sentaria un precedente funesto: cualquiera (hasta el presidente hechizo de un comite estatal), en cualquier parte, con cualquier pretexto, puede iniciar una rebelion que se traduzca, primero en la impunidad, y segundo en abundantes cosechas politicas. No seria una clara invitacion a la indisciplina y un premio a la deslealtad? Esto es inaceptable y debe ser sin duda rechazado por quienes, dentro y fuera del PRI, piensen que los partidos son en realidad instituciones de interes publico y que, por tanto, deben ser objeto de un trato serio y respetuoso. Pero el problema permanece: cual va a ser la linea estrategica de la reforma del PRI? Alguien me decia, en reciente mesa redonda sobre el tema, que en ultima instancia la necesidad de una reforma priista no estaba probada, que a lo mejor era invento de politologos y de la mala conciencia de los priistas, y que la prueba de ello eran los diecisiete millones de votos alcanzados en la eleccion presidencial de 1994. Dije ahi que, primero, el PRI no deberia cometer el error de 1991, cuando sobre la base de una votacion copiosa se llego a la conclusion que la reforma no era urgente, y despues sobrevinieron en cascada los hechos tragicos y desestabilizadores de los que aun no nos recuperamos. No que esos hechos deban atribuirse solamente a la falta de reforma del PRI, pero evidentemente en ellos influyo la doble negativa (o la doble impotencia) de Carlos Salinas: a la reforma politica nacional, y a una reforma priista en profundidad. Por lo demas, la reforma es una exigencia de los tiempos que vivimos, mucho mas competidos; de la propia sensibilidad de la militancia priista y de la necesidad de partido de poner su reloj con los tiempos politicos del pais y del mundo. Lo cierto es que hasta hoy la reforma interna priista se desliza en esa zona oscura que esta entre el gris y el negro. No hay relieves, no hay enfasis, no hay tomas de posicion precisas y contundentes. Lo unico que salta cuando se les rasca a los dirigentes priistas es el rechazo a las concertacesiones del pasado reciente, la admision de que en efecto debe cambiar la relacion entre el presidente de la Republica y el partido y una enorme confusion ideologica: no saben si voltear hacia el viejo nacionalism o revolucionario y quedarse, como la mujer de Lot, convertidos en estatuas de sal, o mantenerse en el incierto terreno del (ahora satanizado) liberalismo social. No han dicho que van a hacer con los sectores ni con el desvahido movimiento territorial, no tienen una evaluacion de cual fue el saldo de la reforma salinista del Estado. No saben si maldecir o bendecir a Solidaridad, que tantos millones de votos les dio todavia en 21 de agosto de 1994. Lo peor de todo seria que estos dirigentes, o los que vengan, piensen que se puede seguir navegando con gestos difusos (como la declaracion de MAM de que el PRI viraria hacia la "izquierda") y pequenas cosas, sin arriesgar ideas nuevas y propuestas autenticas, sin comprometerse. *Politologo. .