SECCION ESPECTACULOS PAGINA 41 BALAZO: LLENO EN EL PALACIO CABEZA:UB 40: la monarquia del reggae CREDITO: OSCAR SARQUIZ F. Lo recuerdo como si fuera ayer: doctos y consuetudinariamente pachorrudos vendedores de discos recitaban su axioma exonerador como si fuera mantra: "El reggae no gusta/vende en Mexico". Sera el sereno, o el paso de una flexibilizante decada que ha presenciado varios magnos aunque no siempre comercialmente exitoso festivales de musica antillana; el caso es que los desmintio para siempre el lleno total concitado la noche del domingo pasado en el Palacio de los Deportes por el primer y unico concierto la no che del domingo pasado en el Palacio de los Deportes por el primer y unico concierto local de UB40, grupo supremo de esa otra gran isla reggaesera que es la Rubia Albion. El primer concierto en Mexico del mas comercial e internacionalmente exitoso grupo de reggae es toda una confirmacion del apotegma ese -mio, pues- de que la historia entera del rock y sus derivados no es otra que la de la apropiacion (creativa, en el mejor de los casos, lucrativa en casi todos) de la musica de los negros por los blancos: pero el irresistible octeto que encabezan los hermanos escoceses Ali y Robin Campbell acabo para siempre con aquel dudoso veto de la industria disquera, y enhorabuena: seria ridiculo que un publico de tal sangre caliente y tan ritmica promiscuidad como el nuestro se quedara fuera (quien sabe por que) de los calidos y sensuales deleites del sincretismo pop/reggaesero cuya cuspide historica es hoy precisamente esta banda de ocho elementos que funciona con la eficiencia de un motor de alto rendimiento, pero mueve como el irresistible ritmo de morenas caderas femeninas. El mas grande reventon reggaesero Todo lo contrario: durante mas de dos horas y media de la magica ingravidez conjurada por su musica, estos ex chicos banda britanicos devenidos modernos y sofisticados poetas del ritmo cojitranco que importaron desde una de las mas atrasadas de sus ex colonias procedieron a aduenarse de cuerpos y voluntades de los adeptos que los han disfrutado vicariamente via estereo por anos y musicalizaron el mas grande y exitoso reventon reggaesero de que se tenga memoria al pie de los miticos volcanes. No es exageracion decir que nadie esperaba tal quorum para un grupo a su manera tan exotico. La historia de UB40 es emocionante como la de cualquier otro grupo de desprivilegiados que triunfa a lo grande: Alistair y Robin, hijos del cantante folk escoces Ian Campbell, llegaron simultaneamente a la conclusion de que solo siguiendo sus humildes pasos artisticos tenian posibilidad alguna de escapar a su chato destino de pandilleros en su barrio de Balsall Heath, renombrado en su natal Birmingham por su curry y sus prostitutas. A diferencia de los punks que los rodeaban, los Campbell y sus companeros de fechorias querian salir de la miseria, no asumirla. Increiblemente, lo lograron... en un lapso que arana ya los cinco lustros. Aunque resultaba improbable que aprendiesen a tocar instrumentos musicales con la misma destreza que los fueron hurtando, la ex pandilla que tuvo el sarcasmo de autobautizarse con el numero clave de la forma britanica de solicitud de compensacion por desempleo empezo a alternar con postpunks, new wavers y revisionistas del ska con su propia languida y acariciante version de la musica que habian hecho suya aun antes de saber interpretarla: el reggae. Todo lo cual es muy debil explicacion del por que las maximas estrellas internacionales de esa musica oriunda de Jamaica -a mas del grupo mas vendedor en su pais- estan presididos por la ahumada voz negra de un... ¨blanco escoces? Seguramente que su sabia distancia del trasnochado margallate mistico Rastafari los ha aproximado al publico incidental que ha hecho masivo su exito. Pero es sobre todo su perfil musical acogedor y acariciante lo que les permite saltar fronteras y barreras culturales e idiomaticas con relativa facilidad en su actual enorme gira mundial en apoyo de su esplendido reciente album Promises and Lies. UB40: perfeccion interpretativa Precedidos por la cansina y pobremente sonorizada actuacion del percusionista uruguayo Ruben Negro Rada, quien solo entusiasmo cuando hizo lo que sabe hacer bien (un solitario pero arrastrador candombe murguero que hubiera borrado el recuerdo insipido de sus fonquisalsas, ultrarrepetitivos blandomenajes a Marley y baladitas olvidables, si tan solo el y su grupo se hubieran metido a tiempo), UB40 hicieron contrastante gala de tal acoplamiento y perfeccion interpretativa y sonora que no dudamos en adjudicarles el epiteto de increibles. Tal es el redito de una larga trayectoria con un minimo de cambios de personal (apenas la temprana deportacion de su primer percusionista, el nigeriano Yomi Babayemi, y el ingreso posterior de su vecino y saxofonista Brian Travers): el primer vocalista y guitarrista Ali Campbell (cuya comprensible prominencia dentro del grupo en el cual su inconfundible voz abandera se rumora ha fragmentado su igualitarismo original aunque musicalmente no se aprecie fisura alguna), su fraternal colega Robin, el extraordinario bajista -y diestro toaster de Dancehall como el titular Ast- Earl Falconer, el tecladista Mickey Virtue, el baterista Jim Brown y el percusionista Norman Hassan integran uno de los grupos mas solidos y organicamente compaginados que hayamos escuchado. Su precision sobrenatural, empero, no obstruye la gentil naturalidad de su estilo, y los cuerpos de los presentes se rindieron mansamente a su imperativo ritmico hasta convertirse en una comunidad tan efim era como integrada mediante el magico aglomerante de la musica. Fue muy afortunado y disfrutable para quienes asistimos al atestado Palacio de los Deportes conocer a UB40 en total plenitud de su carrera. Pues si bien un vistazo retrospectivo a su discografia pone de manifiesto su mayor debilidad previa (sus composiciones originales) que los ha llevado a lograr sus mayores exitos con excelentes covers de material ajeno (Red Red Wine es de Neil Diamond; Man Rivers to Cross, de Jimmy Cliff; I Got You, Babe, de Sonny Bono; Cherry Oh Baby, de Eric Donaldson; y hasta su reciente hit Cant Help Falling in Love -la que mas odia cantar Ali, dicen- estara siempre asociada a Elvis Presley), el claro enfasis que pusieron en el material original de Promises... (Cest La Vie, Bring Me Your Cup, Higher Ground, Reggae Music y la pieza titular, entre otras), entrecortado apenas por el ocasional Sing Our Own Song, basta para ratificar su madurez creativa y autentica categoria de monarcas internacionales en su estilo musical. Aunque ni ellos desestiman la accesibilidad adicional que les brinda -sobre todo en paises racistas- ser un grupo racialmente integrado donde la mayoria y la figura frontal son blancos, solo un sordo cuestionaria el derecho que esta banda tiene a su exito. La enorme y jubilosa fiesta que armaron mediante mas de dos horas de delicioso ritmo y sinuosas melodias la noche del domingo es la mejor evidencia circunstancial, y solo hubo algo que lamentar a la vista del lleno total de las localidades disponibles: ¨por que solo un concierto de estos inquietisimos y triunfadores trotamundos? En vista del exito obtenido, habra que esperar paciente pero ansiosamente que vuelvan. .