SECCION CULTURA PAGINA 37 BALAZO: Arte del Caribe CABEZA: La mirada de los tainos CREDITO: Julio Ortega a historia de los tainos y la funcion ritual de las piezas) y estetica, ya que no quizo limitarse a la etnologia y busco probar la calidad, realmente unica, del recondito arte religioso de estos primeros interlocutores de Colon. Si es evidente que el poder expresivo de estos objetos es inquietante y hasta perturbador, la muestra tambien logra aproximarnos a la enigmatica presencia de una civilizacion hecha a la plenitud, el refinamiento y la elocuencia. Ya Colon habia advertido que los objetos de los tainos estaban hechos de un es el de los canibales, que Colon atribuyo a sus informantes tainos, y que hoy ha sido puesto en seria duda. (Colon traia ya en la cabeza el mito de los antropofagos y cuando un taino le mostro sus miembros cercenados, creyo que habia sido bocado de los canibales; no considero el absurdo de que este taino hubiese sido comido solo a medias.) El pintor venezolano Miguel von Dangel, uno de los mas talentosos artistas latinoamericanos de hoy, es el unico, hasta donde yo se, que ha dialogado con el lenguaje mist erioso de los rueba aqui como excepcional. Los objetos reunidos provienen de Santo Domingo, Cuba, Jamaica, Haiti y Puerto Rico, y es de esperar que un consorcio de museos nuestros pueda proponerse una exhibicion paralela. Como sabemos, el descubrimiento del arte africano en las primeras decadas de este siglo, supuso la mayor renovacion de las formas artisticas, y no solo porque la figura se libero de la geometria racionalista de la perspectiva sino porque los valores de la diferencia, de lo disimil y plural, disputaron las jerarquias etnocentricas. Hoy no podriamos entender Matisse sin Marruecos, Picasso sin el arte africano, el surrealismo sin Mexico, el realismo magico sin Haiti, y el actual postmodernismo sin la novela latinoamericana. La nocion de que una figura primitiva era al mismo tiempo una pieza de arte, una obra anonima, un instrumento religioso y un objeto domestico, cambio la misma relacion del artista modernista con su medio y su publico. La actual nocion de que las artes populares y las artesanias premodernas son un lenguaje realizado y pleno, que ha incorporado las formas europeas a su propio sistema es una leccion cultural no solo de sobrevivencia sino de sobrevida. Menos etnologica, mas cotidiana y a la vez formal, esta relacion con las artes populares nos es formativa en una dimension supra-nacional. El arte taino, incomodo en los museos dada la fuerza con que captura el instante, el presente vivo, es todavia un lenguaje con el cual dialogar para reconocer mejor sus lecciones de actualidad. Jose Lezama Lima habia reconocido la rara analogia convocada por estas figurillas tainas, y no en vano llamo Jose Cemi a su heroe, al buscador de la El caracter artistico de estos objetos es patente en su individualidad de piezas unicas. Esto es, aun si pertenecen a un modelo funcional (sillas, imagenes funerarias, zemis de conjuro, piedras triangulares que suman lo masculino y lo femenino en la fecundidad), cada pieza parece trabajada como un objeto distintivo, lo que da a su uso un sentido trascendente pero tambien estetico. Es el caso del zemi relicario que proviene de Santo Domingo y esta en el museo de la Universidad de Turin; contemporaneo del descubrimiento, es un objeto ritual hecho de bejuco y utiliza un craneo humano. Los ojos son espectaculares: estan abiertos por el horror, como la boca, y comunica un panico intenso, que hace vulnerable a la figura acosada. Como en las pupilas resinosas del zemi de comienzos del XVI, del Museo Pigorini de Roma, la mirada taina es inmediata y dramatica: no es realista pero comunica una realidad tangible. Es una mirada, se diria, que figura las formas del miedo, pasmo y asombro, que son las formas de un vacio hecho presente. Hacer de esa mirada el centro de la individualidad de una obra de arte es un gesto que revela el extraordinario refinamiento de esta cultura; y, en ello, una temprana diferencia del arte nuestro: darle al vacio el cuerpo de una forma, esto es, contradecir el horror de la muerte con el lujoso entramado del presente. .