PAG. 28 SECCION: INTERNACIONAL CINTILLO: COORDENADAS CABEZA: El derecho a la intervencion CREDITO: EDIT ANTAL Intervenir en un pais hundido en un conflicto, por razones humanitarias, es una idea que nacio en los sesenta, en la cabeza del frances Mario Bettati, profesor de Derecho. Llevo 20 anos para conseguir que esta sugerencia fuera escuchada en la ONU. Finalmente, el organismo agobiado de los problemas no resueltos del mundo, tomo una resolucion en 1988 que sirvio de base para las acciones emprendidas en un principio en Kurdistan, Somalia y Yugoslavia, y ultimamente en Ruanda. La opinion acerca del exito de esta s misiones se encuentra dividida. Lo interesante de esta propuesta fue que insistio en la necesidad de otorgar facultades a la comunidad internacional a intervenir en los conflictos internos de los paises, con fines humanitarios. A pesar de subrayar el caracter humanitario, fue la primera vez que en terminos oficiales se admitia una solucion que afectaba el fundamento basico del Derecho Internacional, el tabu de la no intervencion. El propio autor de la idea confiesa que para concebirla se motivaba por el cuestionamiento de que: para que estudiar Derecho Internacional, si no sirve para nada. El Derecho Internacional, basado en la soberania de los paises, en su opinion se dedica a prohibir cualquier accion internacional, al contentarse con el discurso inerte y la retotica moral. No fue nada facil convencer a las Naciones Unidas de que esta vez no se tratara de un nuevo impulso de colonizacion. En Francia la recepcion era bastante fria, no asi en Estados Unidos, donde tanto la prensa como los politicos se entusiamaban con la intervencion humanitaria. Los conflictos reales en el mundo, ni en Ruanda, ni en Haiti y Yugoslavia son problemas de la moral o del derecho. Son disputas por el poder que a menudo encubren una situacion economica desesperante de vastos grupos de la poblacion. Los conflictos armados en el mundo tienden a incrementarse constantemente; y por lo general, y al contrario como antes, ahora son guerras internas. Los inicios de los noventa se caracterizan por una violencia militarista sin precedentes. El ano pasado, de los 60 conflictos armados que se registraron en el mundo, solo dos no fueron internos: en Libano y en Chad. El 90% de los 189 conflictos violentos que se han registrado desde 1945 a la fecha han surgido en el mundo en desarrollo, en las llamadas "sociedade s de transicion". Las formas de lucha tambien han cambiado radicalmente. Ya no se trata de derrotar al ejercito del adversario, sino de atemorizar y exterminar la poblacion. Mientras que en la Primera Guerra Mundial el 89% de las victimas eran uniformados, en Bosnia el 96% de las muertes son de la poblacion civil. El fracaso de la negociacion en Haiti y en Yugoslavia han llevado a sugerir la intervencion militar. Sobre una intervencion humanitaria se podra pensar tambien en el caso de Cuba, si la situacion sigue deteriorandose. El problema de la intervencion se esta acercando a la region latinoamericana. Hay que tener a la vista que paises con pasado colonial o a niveles de una real independencia nacional inconclusa, como por ejemplo Haiti, Yugoslavia o Cuba, son especialmente suceptibles a cualquier forma de interv encion y tienden a interpretar la soberania de manera ortodoxa. Es necesario, mientras tanto, que la comunidad internacional se prevenga de medios de intervencion, -politicos, diplomaticos, y en ultima instancia militares- para evitar las guerras civiles. Era interesante la reaccion de la entonces Union Sovietica, que un dia antes de la votacion todavia calificaba la propuesta como revolucionaria, pero en ultimo momento solicito una enmienda que condicionara la accion humanitaria a la solicitud del pais en problemas. Esto, por supuesto, hubiera significado la muerte de la idea original. Posteriormente, las criticas formuladas a la accion humanitaria realizada en Somalia y Yugoslavia han sido numerosas. La mas fuerte de ellas sostiene que la comunidad internacional, en realidad, ha utilizado la accion humanitaria para relegar su responsabilidad real, de evitar a tener que tomar postura acerca de las partes involucradas en la disputa, y en fin: para no hacer nada y ademas justificar su pasividad. Es cierto que algunos funcionarios internacionales y los jefes de Estados han encontrado en la i ntervencion humanitaria un excelente mecanismo para mantener tranquila su conciencia, pero tambien existen criticas en el sentido opuesto. Pues, por un lado hay quienes reclaman mayor intervencion que la humanitaria, pero por el otro no faltan a quienes les parece un exceso. El primero es en el caso de los bosnios musulmanes que no entienden porque permite el mundo que los masacren los serbios y que la comunidad internacional ni siquiera les autorice comprar armas para defenderse. El segundo, en cambioes el argumento favorito de los dictadores y agresores que creen que aisladamente resuelven mejor sus conflictos, ejercen mas facil y efectivame nte su poder. Ciertamente, una actitud pasiva de la comunidad internacional puede animar a los agresores, porque ellos tienen la seguridad de que las resoluciones, los discursos morales y las retricas que solo se limitan a repetir la leyes, jamas llegaran a traducirse en acciones concretas. .