SEC. INF. GRAL. PAG. 8 CABEZA: Las ofertas electorales CREDITO: Gustavo Hirales M. ¨Por quien votar? De las nueve ofertas politicas que formalmente se le presentan al elector, solo tres en realidad tienen viabilidad y consistencia. Solamente Ernesto Zedillo, Diego Fernandez y Cuauhtemoc Cardenas representan fuerzas reales, socialmente arraigadas, factores de poder y de interes, organicidad e historia. Algunos articulistas sostienen, ya en las visperas electorales, y seguramente irritados por lo que las encuestas estan mostrando, que el unico voto consciente, ciudadano, movilizado, democra tico, sera el que se exprese por los candidatos de la oposicion, sea la panista, sea la perredista. Que todo voto por Zedillo sera, necesariamente, producto de la coercion corporativa, el oportunismo, la intimidacion, la falta de conciencia ciudadana. Dice, por ejemplo, el bueno de Aguilar Zinzer que los votos que obtenga Zedillo el 21 de agosto "no seran emitidos por ciudadanos que tengan una conciencia clara de sus derechos civicos, que tengan plena conciencia de las dificiles circunstancias por las que atraviesa el pais. El caudal electoral que reclame no sera expresion de la voluntad civica de mexicanos bien informados que quieren participar con plena responsabilidad en los procesos politicos de su pais" (Reforma, 12/08/94). Que el jefe de prensa d e la campana de Cardenas diga lo anterior se puede entender como una tactica electoral mas, dirigida a aumentar el prestigio de su candidato. Pero Zinzer no escribe como propagandista del PRD, sino como intelectual de altos vuelos, como miembro del Grupo San Angel, y, la verdad, se pasa de tueste. Para empezar, no se trata del caudal electoral "que reclame" Zedillo, sino del que le otorguen instancias electorales, que son las unicas legalmente autorizadas para otorgar unos u otros "caudales", instancias que son las unicas legitimas. De nuevo aparece aqui el equivoco (el chantaje) esencial de toda la conducta perredista: si los resultados me favorecen, son legitimos; si no, me dispongo a cuestionarlos. En segundo lugar, el lugarteniente de Cuauhtemoc olvida un dato singular de la historia reciente, un dato que en especial los perredistas no quieren recordar: que muy a pesar de las dificultades internas del grupo gobernante (expresas, por ejemplo, en las pugnas con Manuel Camacho) todo indicaba que Luis Donaldo Colosio les iba a propinar una paliza electoral a las oposiciones, de proporciones similares a las del 91. Olvida Zinzer que a pesar de la confusion y la consternacion que el levantamiento zapatista de enero produjo en el pais y en el gobierno, para mediados de marzo la situacion ya estaba bajo control y las movilizaciones de masas que se dieron durante la gira de Colosio interrumpida por su asesinato presagiaban no una competencia pareja, sino el desborde de una candidatura que dia tras dia crecia en el animo nacional. Los panegiristas del voto opositor olvidan que las expectativas de Cardenas se elevaron no por algo que el hubiera hecho o provocado, sino por dos factores totalmente ajenos e imprevistos: la violencia milenarista de los encapuchados y el crimen brutal del abanderado priista. Pues este es el meollo del asunto: ante grandes sectores de la ciudadania, el PRI habia logrado reproducir el milagro, no el de la multiplicacion de los panes, sino el de la renovacion de las expectativas, a partir de un gobierno que, en la crisis, supo asumir el camino de las reformas de emergencia y de una candidatura que llego a la necesaria (pero tersa) ruptura y a la critica racional y fundada de los hechos de la administracion feneciente. La critica y la ruptura, vistas desde el lado propositivo, pr ogramatico, daban a luz un proyecto viable y creible de reforma del poder. De algun turbio y enfermo modo, Mario Aburto entrevio que a Colosio, a su proyecto reformador, no se le podia parar sino a balazos, y asumio su criminal tarea. El crimen rompio no la linea de sucesion autoritaria, como se ha dicho, sino puso en cuestion la viabilidad de una reforma desde arriba y desde adentro que empalmara con los cambios que la sociedad promueve y demanda desde la base. El crimen puso contra la pared al grupo reformista del presidente Salinas, provocando fisuras donde se pretendio introducir, casi en el borde de la asonada interna, la cuna de los emisarios del pasado. La candidatura de Ernesto Zedillo, mas alla de los chalancos sobre el videodedazo, fue resultado de una extraordinaria concentracion de fuerza politica, de hegemonia en acto, por parte del grupo de "la generacion del cambio", encabezado por el Presidente. A un alto costo politico, efectivamente, Zedillo ent ra a un relevo para el que no estaba preparado ni mental ni espiritualmente, y se ve obligado a navegar contra la corriente en un mar picado por los vientos huracanados de la sospecha y la desesperanza. Pero no esta desarmado: es el heredero de un proyeco de transformacion nacional del cual el es coadyuvante. Ahora, a unos dias de las elecciones, ¨cual es el saldo? El pais no se deshizo entre las manos de nadie, los focos de conflicto se han apagado o al menos estan contenidos, y la candidatura del PRI se levanta como un punto de referencia esencial para aquellos que, como yo, sin ser priistas, no estamos dispuestos a votar por quien cuestiona las Leyes de Reforma! y aun sigue peleando con Benito Juarez, ni tampoco por quienes, agrupados por el resentimiento y la ambicion, de ganar muy probablemente llevarian al pais a la discordia civil y a la ruina. Por supuesto que no todo es blanco y negro; entre los muchos tonos del gris para mi esta claro que un gobierno panista pondria en practica, de manera mas rapida y mas profunda que el priismo, un nuevo federalismo, mayor libertad municipal, y estrategias mas afiladas de combate a la corrupcion. Seria un solvente muy eficaz contra los restos de corporativismo. Pero ideologicamente no comparto su combate soterrado al laicismo, a las tradiciones liberales, y su pretens ion de ponerle calzones y brasieres a las estatuas. No estoy de acuerdo con su manera empresarial de gobernar, como se ha visto en Baja California y Guanajuato, por decir algo. En cuanto al PRD, ¨que puedo decir yo que los conozco casi a todos? Primero: en el PRD militan algunos de los mejores mexicanos que he conocido, pero ellos no son los que deciden en ese partido. Segundo: me aterra la idea de ver a las corrientes y grupusculos perredistas haciendose garras de nuevo, pero ahora no por las plurinominales, sino por las secretarias de Estado. ¨Alguien se imagina a Munoz Ledo en Gobernacion, a Graco Ramirez en Relaciones Exteriores, a Heberto Castillo rigiendo el DF, a dona Ifi genia en Hacienda, a Pablo Gomez en Educacion y a Mariano Saucedo en la Sedesol? Al que si me puedo imaginar es a Aguilar Zinzer como vocero de la Presidencia. No, don Adolfo, no es que los electores, en su mayoria, sean inconscientes, apaticos, abulicos, timidos, corporativos, retardatarios y demas adjetivos que usted les endilga. El hecho es que los electores no son tontos, y pueden no tener mucha escuela, ni leer demasiados periodicos, pero una cosa es clara: al menos en esta ocasion su sano instinto, su intuicion ciudadana, les dice que no es por el lado de las ofertas redentoristas, o francamente demagogicas de la oposicion, como las cosas se van a componer . Y tampoco creo que el resorte ultimo que los mueva en su preferencia electoral se explique en el refran de "mas vale malo por conocido que bueno por conocer". A lo mejor se explica por la sentencia biblica: por sus obras los conocereis. Los electores, cada uno en su conciencia y frente a la casilla electoral, van a decidir su voto, y mas vale que no se hagan cuentas alegres sobre el caracter "desmovilizado", inerte, del voto zedillista! .