SECCION ESPECTACULOS PAG. 39 BALAZO: CABEZA: Metal para los hijos del fango CREDITO: XAVIER QUIRARTE, ENVIADO La noche del sabado a lo largo del viaje a la nostalgia de Crosby, Stills and Nash, se han sentido un tanto incomodos. ¨Que puede decirles la letra de Marakesh Express o su homenaje a los Beatles al interpretar una pieza tan preciosista como In My Life de Lennon y McCartney? ¨Hasta que punto les importa el mensaje sesentero de una cancion como Militar Madness? Nada, absolutamente. Los hijos del fango han pasado la tarde revolcandose en el lodo que la intensa lluvia ha producido. Los cuerpos color marron se han escurrido por el piso en plena manifestacion de extasis. A primera vista, hombres y mujeres, muchos de ellos adolescentes, semejan estatuas vivientes. Solo el brillo intenso de sus dilatados ojos delatan su condicion humana. La primera cancion de Nine Ninch Nails, grupo que hace sonar inofensivo el heavy metal, al menos en escena, ha bastado para que ejercitos compactos de estos hijos del fango se situen frente al escenario. Ellos son el iman de lo repelente. Cubiertos de barro atienden como un llamado animal que les provoca un pulso acelerado y los impele a moverse en todas las direcciones posibles. Brazos, piernas, cabezas, los cuerpos todos chocan y se repelen en un baile frenetico. La musica de Nine Ninch Nails, delirante y certero golpe bajo preside esta ceremonia ritual que parece no tener fin. El grupo que esta en el escenario es su realidad. Leyendas como Joe Cocker o Bob Dylan los tienen absolutamente sin cuidado. Por medio del lodo se empaparon del 69, pero la filosofia de "Paz y amor" no es la suya, la convivencia del buen vecino les resulta ajena. El slamming es su vehiculo de comunicacion, la forma de entregar su cuerpo en una ofrenda pagana a Nine Ninch Nails. Los miembros del grupo, los guias espirituales, tambien llenos de lodo, crean el ambiente mas critico del Woodstock 94. Su musica sintetiza el descontento de estos hijos del lodo que se entregan sin reserva. Sin perder su realeza -nada mas eso faltaba- dentro del heavy metal, despues de la locura vuelta concierto de rock a cargo de Nine Ninch Nails, Metallica parece un juego de ninos. Para los hijos del lodo la arrolladora maquinaria de Metallica les sirve para bajar el ritmo a su slamm. Espectaculo en el que musica y luces son arrojados en descargas impresionantes. Aerosmith, efectivos como hace meses en Mexico, son el relajante perfecto para los hijos del lodo. Los favoritos de los medios de difusion -cientos de ellos asistieron a su brevisima visita al centro de prensa, mas que conferencia- se convierten en una especie de medicina sedante que aplaca el estado hiperquinetico de los hijos del lodo. Es, por cierto, un buen bocado para terminar el segundo dia de conciertos en Woodstock con un dulce sabor de oido. .