PAG. 43 SECCION: ESPECTACULOS CINTILLO: MURIO DE CANCER CABEZA: PETER CUSHING, AMO DEL TERROR CREDITO: ERNESTO PEREZ LONDRES, Inglaterra.- El actor britanico Peter Cushing fue un verdadero gentleman ingles que para ganarse la vida tuvo que empalar vampiros, fabricar monstruos con miembros de cadaveres, contar cuentos en un tren fantasma o en una extrana tienda de antigedades. Menos aventurero que Christopher Lee, su companero de cartel en tantas aventuras de la Hammer, la casa de produccion inglesa que se salvo de la ruina explotando a Dracula, Frankenstein, Robin Hood y Sherlock Holmes, que se fue a vivir de su fama de vampiro en la costa californiana, Cushing nunca se sintio muy comodo fuera de su Inglaterra natal. Y eso que para hacerse un nombre se fue antes de la guerra a Hollywood, que le ofrecio solo papelitos en El hombre de la mascara de hierro y en Dos colegiales en Oxford aprovechando su impecable acento ingles. El joven de buenas esperanzas que volvio a pasar la guerra en Inglaterra debe haber creido tocar el cielo con las manos cuando Laurence Olivier le ofrecio el ingrato pero jugoso papel del cortesano afeminado en Hamlet, que marcaria el resurgimiento del cine ingles en la postguerra. Pero las ilusiones se desvanecieron pronto cuando de alli salieron solo papelitos exiguos en filmes de gran presupuesto de Hollywood rodados en Inglaterra para usar el dinero bloqueado de las Majors. Pero Cushing sabia esperar y 1957 fue su ano de gracia con el primer filme de la serie de Frankenstein, que dirigio Terence Fisher, siempre con el en el papel del famoso baron inventado por Mary Shelley y con Lee en los primeros titulos como el monstruo. El exito fue instantaneo y Cushing se acomodo perfectamente en esa fabrica Hammer que le ofrecio sucesivamente los roles del doctor Van Helsing (en la serie de Dracula), de Sherlock Holmes (El sabueso de los Baskervilles) y del sheriff de Nottingham (La justicia de Robin Hood). Lee se canso muy pronto de sus dientes falsos y de sus ojos inyectados de sangre, y aunque para comer hizo de vampiro en Francia, Espana, Italia y Estados Unidos, abandono la serie, pero Cushing tenia objetivos mas modestos: mientras hubiera alguien en Inglaterra que pagara bien por sus servicios aceptaria cualquier tipo de encargo que no lo pusiera demasiado en ridiculo. Por suerte para el, los anos sesenta, setenta y ochenta fueron de oro para el genero de terror, gracias mas que a la Hammer a dos productores norteamericanos, Milton Subotsky y Max J. Rosenberg, que tenian un incontrolado amor por Robert Bloch, el autor de Psicosis, y usaron sus cuentos a diestra y siniestra. Con ellos y con directores elegantes y refinados como Freddie Francis, Robert Fuest, Gordon Fleming y Roy Ward Baker, realizo filmes que renovaron la gran tradicion del cine fantastico ingles, con titulos como Las profecias del Dr. Terror, Mansion embrujada y Dr. Phibes Rises Again. Pudo participar en superproducciones hollywoodenses como La guerra de las galaxias o Supersecreto sin moverse de casa, y casi sin quererlo sento un modelo de actuacion en el papel de Van Helsing que no olvidaria Anthony Hopkins cuando tuvo que sucederle en el suntuoso filme de Francis Ford Coppola sobre Dracula. Con el se va un actor del que nadie sabra medir a ciencia cierta el talento; tan esquivo y discreto fue su paso delante de las camaras, alimentando la imaginacion de tres generaciones de espectadores. .