SECCION ESPECTACULOS PAGINA 40 BALAZO:DIRIGE RAQUEL ARAUJO CABEZA:La condesa sangrienta CREDITO: BRUNO BERT Una ruina no es mas que la raiz de un proceso de imaginacion. Ciertas obras de teatro -pocas- cubren los mismos fines. Y en este caso ambas posibilidades encajan en una misma situacion. Estoy hablando de La condesa sangrienta que, en su segunda version, se esta presentando en el patio de los arcos del Museo del Carmen, en San Angel. Es la zona del ex convento de ese nombre que justamente colinda con el vacio, ya que hasta alli llego la demolicion que de ese edificio se hiciera en tiempos que ya so n historicos. En realidad, mas que de un patio se trata de un pasillo entre el cuerpo del inmueble y los grandes arcos que alguna vez bordearon un patio. Alli, alineando sus escenas en profundidad, se presenta el grupo La Rendija con esta nueva version de un espectaculo que me intereso especialmente cuando se estreno hace un par de anos en Santa Teresa La Antigua. La introspeccion que maneja su sistema de trabajo, bajo la direccion de Raquel Araujo, implica una construccion hermetica que solo por momentos desborda hacia nosotros significaciones que podemos hilvanar argumentalmente. Pero eso importa poco frente a un manejo de lo femenino desde una perspectiva de lenguaje capaz de servir -como las ruinas que rodean y contienen el trabajo- de complejo estimulo hacia la propia creatividad e interpretacion. Seguramente son dos los factores que hacen de La condesa sangrienta un trabajo inconcluso con un algo de fallido, pero asimismo capaz de interesar al espectador. El primero es la sintesis de lenguaje, reconocible en el grupo para aquellos que han visto varios de sus espectaculos. Una articulacion capaz de conjugar la belleza y el horror, la investigacion formal y una cierta dosis de ingenuidad creativa. Un lenguaje con riesgo, siempre al borde del quiebre hacia la inmadurez, pero manteniendose valido en nuestro espacio teatral. El segundo factor es la forma de vivenciar las circunstancias a partir de la mujer. Lo femenino en ellos -aun en los actores- adquiere una connotacion completamente visceral y, paradojicamente, combina casi abruptamente una extremada intelectualizacion con un desborde de jugos y sensaciones primarias emanadas del nacimiento, la sexualidad y la muerte. Un cuerpo fraccionado, descuartizado, es tambien una ruina fascinante. Buen trabajo. .