SECCION CULTURA PAGINA 35 BALAZO: CABEZA: Lezama Lima, clasico del futuro CREDITO: Que maneje fuerzas que lo arrebaten, que parezca que van a destruirlo. Que se apodere de ese reto y disuelva la resistencia. Que destruya el lenguaje y cree el lenguaje. Que durante el dia no tenga pasado y por la noche sea milenario. Que le guste la granada, que nunca ha probado, y que le guste la guayaba que prueba todos los dias. Que se acerque a las cosas por apetito y que se aleje por repugnancia. Introduccion a Esferaimagen, 1969. Totemizado, marginado como Reyes por su erudicion, de la lectura diaria y arbitraria, placentera; reducido a escombros intelectuales por su estancia fluencias, otra zona para el estallido pasmoso de la inteligencia; preso entre los placeres culinarios y el tabaco que lo ahogaba en no pocas ocasiones en remolinos de asma que solian hacerlo desaparecer por semanas; capaz de suscitar en minutos visiones y torbellinos aereos sobre cualquier tema o personaje, libro o pintura, partitura o edificacion y como apunta David Huerta en su prologo a Muerte de Narciso (Era) ser incapaz de pronunciar bien un nombre en ingles o frances, a mas de citando a Cortazar nuestros dias finiseculares: la distancia misma del futuro. Lezama es, por todo ello, un clasico del futuro. Pero en voz del autor de Paradiso y Oppiano Licario, y concretamente en su ensayo Confluencias, nada hay como iva en su transpiracion, un adjetivo era un perfil o una mirada de frente, los ojos sobre ojos, con la tension de la oreja alzada del gamo. En Lezama hay un deseo de expandir la poesia mas alla de las fronteras de una racionalismo que considera estrecho acomete Abel E. Prieto; pero se propone, indisolublemente, enmarcar las conquistas de esa expansion en un sistema cognoscitivo, racional, que incluia un proyecto utopico la ascension al Paraiso. Si alquien se preocupo por no verse mezclado con dazos la imagen racional del mundo: sino, por el contrario, dar un sentido al caos: trazar un continuo en aquel mundo que surgio como la discontinuidad mayor. En esta suerte de batalla por suscitar el encuentro, o mejor dicho revelarlo, Lezama sucumbe con frecuencia al abismo, y se adentra en las aguas bullentes de la imagen implacable que no permite desciframiento, como el Narciso que se ve de pronto reflejado y temeroso quiere desterrar la imagen conocida y sustituirla por otra cualquiera, otra que no lo enfrente consigo mismo sino en la medida en que pueda conducirlo a un nuevo estado de conocimiento y asombro. Y sin embargo, al mover las aguas con la fugaz mano poetica, Lezama busca, pretende detenerlas, mirar por un instante, recalar en puerto ajeno por conocido y sujetar el mundo en un una frase ( Solo lo dificil escribe Lezama en La expresion americana es estimulante; solo la resistencia que nos reta es capaz de enmarcar, suscitar y mantener nuestra potencia de conocimiento, pero en realidad: ¨Que es lo dificil? ¨lo sumergido, tan solo, en las maternales aguas de lo oscuro? ¨lo originario sin causalidad, antitesis o logro? Es la forma en devenir en que un paisaje va hacia su sentido, una interpretacion o una sencilla hermeneutica, para ir despues hacia su reconstruccion, que es en definitiv a lo que marca su eficacia o desuso, su fuerza ordenancista o su apagado eco, que es su vision historica. Como vislumbrando o calificando su propia obra, en sus Confluencias de 1968, Lezama se refiere a maciones. Sin embargo, es el rio que va hasta las puertas del Paraiso. En los reflejos de sus ondas desfilan el vestibulo del farero, el arbol de coral, la cadena del ojo del tigre, el Ganges celeste, la terraza de malaquita, el infierno de las lanzas y el reposo del perfecto. La incesante contemplacion del rio va entregando su dualismo, la aventura del analogo y las parejas que se retiran a sus isletas. Un arbol frente a unos ojos, un arbol de coral frente al ojo del tigre; las lanzas frente a la terraza, despues las lanzas infernales frente a la paradisiaca terraza de malaquita Y rematando la aproximacion a si mismo: Gravemente enfermo, Lezama ingresa a principios de agosto de 1976 al Pabellon Borges del Hospital Militar de La Habana, y muere el dia 9, presumiblemente con una sonrisa en los labios y la certeza de que sus libros seran leidos y releidos como ese rio, eternamente confuso y contradictorio. .