SECCION CULTURA PAGINA 37 CABEZA:Unamuno y el amor compasivo CREDITO: Alfonso Simon Pelegri Don Miguel de Unamuno, hablandonos con su habitual hiperbole del amor humano, lo llama hijo del engano y padre del desengano; pero a la vez lo hace consolador dentro del desconsuelo, y dice de el, asimismo, que (...) Concretamente, y con respecto al amor sexual, el cual tipifica y genera todo amor humano, hay en su fondo una especie de egoismo, de un lado; de otro, asi lo senala Unamuno, existe un componente tragico y hasta destructivo en las apasionadas caricias; en el desgarramiento de la pareja amorosa dentro de una doble ambivalencia de odio-amor. Pero esta polaridad, semejante confusion, pertenece a una primera etapa de la relacion amorosa, si bien es lamentablemente cierto que la mayoria de los amantes se quedan en ella. Pero, felizmente, puede existir una segunda fase de consolidacion de la pareja en la cual se delimitan claramente, aunque sin dejar de influirse, el deseo puramente carnal y el de una hibrida espiritualizacion de este. Es entonces cuando deviene el amor compasivo, que no es sino un compadecer en la comunion de las entranas y la medula del alma de los amantes. La mujer, que por lo comun es la que ama mas y mejor, suele ser la adelantada o pionera en esta magnificacion del amor: De otra parte, en los componentes de la pareja amorosa el dolor y la adversidad constituyen una autentica argamasa que solda y da cuerpo a su union. En confirmacion de esto, si miramos a nuestro entorno vemos que el infortunio, pienso en el mas amargo como puede ser la perdida de alguno de los hijos, suele acrecentar el amor entre los conyuges; unirlos mas. Testimonios de esto encontramos igualmente en la literatura: los grandes amantes son los grandes perseguidos por la adversidad en una variada y doliente gama de separaciones, guerras, incomprensiones de la sociedad que no acepta su amor... asi como toda clase de infortunios. De todo ello salen, invariablemente, mas fortalecidos en su amor. El dolor es inseparable del amor; y lo acrecienta y robustece. No hay que ir muy lejos para verificar esto. Aqui bien cerca, en el acarreo verbal del folclore, tenemos dos canciones que vienen muy bien al caso. Dice la primera: r perdono/ tan dulce engano Y si nos vamos del amor de pareja para irnos a un sentido del amor mas amplio y comprensivo, como lo es el amor al projimo que tan bien matizara Cristo en la parabola del Buen Samaritano, encontramos que la medida de este amor esta expresada bien claro en el Decalogo: es la misma con la que pesamos el amor que nos tenemos a nosotros mismos. En torno a esto, y volviendo a Unamuno, este nos dice que para amarlo todo debes interiorizarte con ese todo y personalizarlo. El amor tiende a igualarse con aquello que ama. Y tanto es asi y hasta tal extremo, que desde las mas antiguas teogonias literarias en la que se hablaba de un nino de oro que habia de traer la edad de oro a la tierra, se llega a la Buena Nueva con aquellas palabras incomprensibles del Apostol donde nos dice lo de Grandes, extranas e incomprensibles palabras. Pero son estos extremos que estan en el estupor y mas alla de la teologia; de un absoluto anonadamiento. .