SECCION CULTURA PAGINA 36 CABEZA: Momentos estelares de la refrigeracion domestica/ II CREDITO: Ricardo Pohlenz ega el gato de la casa y le hace arrumacos, llega el perro y le hace fiestas; ellos saben por que y uno tambien. Se puede prescindir del televisor, que es el que nos vende la idea de que debemos amar a nuestro refrigerador, pero, ¨del refrigerador?. Y sin embargo, es tan complaciente que puede convertirse en complice de un crimen, incluso de un asesinato, y no me refiero a estas imagenes tan de todos los dias, con refrigeradores atiborrados de cuerpos desmembrados y sangre coagulada a la espera del incauto que los abra. Mas bien, tengo en mente un cuento tipicamentre noir, en el mas puro estilo norteamericano, y que no por ello deja de tener ecos de Chejov. Por desgracia, no recuerdo al autor, pero el nombre del cuento es mas que elocuente: Un cordero para la mantanza. Es una tipica tarde en suburbia, el hombre llega a casa, la mujer lo espera y el refrigerador se mantiene apacible en la cocina. El hombre, cansado, se sirve un trago, se le ve abatido, culpable, y la mujer se da cuenta. El hombre dice no tener las palabras adecuadas pero que de cualquier forma se va, la deja, por otra. Ella no puede creer lo que oye, after all these years, y parece tomarlo con calma, incluso dice que se hace tarde y hay que hacer algo para cenar. Es aqui donde entra a la escena el r efrigerador, que esta ahi, casi esperando ser abierto. Ella llega, abre el congelador y saca una pierna de cordero. La sopesa, se dirige al otro cuarto, se encuentra que el hombre esta de espaldas y se la deja ir a la base del craneo. El refrigerador se queda preguntandose para que se llevo de la cocina una pierna de cordero congelada si nunca las pasea en ese estado, mientras, el hombre yace muerto. El resto es alarde: la mujer deja cocinando la pierna mientras sale a la tienda y se fabrica una coartada. Llega, descubre el cuerpo y llama a la policia. La policia llega (son tres) y suponen que, por la herida, debe haber sido golpeado con algo muy duro, digamos, un mazo, una llave, quizas un bat. La mujer les ofrece pierna de cordero porque deben estar hambrientos. Aceptan. Uno de los policias hace notar, mientras come, que hay que estar muy alerta porque el arma homicida podria estar frent e a sus narices. La mujer sonrie y es posible que el refrigerador tambien. Hay que tener cuidado cuando, de visita, nos remuerde la curiosidad de saber que hay en el refrigerador que, al igual que el bote de basura, es historia viva del acontecer cotidiano. Puede ser una gota de sangre que escurre, delatora. O una puerta a otros mundos. Este fue un mensaje de servicio a la comunidad desde la dimension desconocida. .