SEC. INF.GRAL. PAG. 2 CABEZA: Prensa, compromisos, simulaciones CREDITO: Raul Trejo Delarbre * los hechos logran) llegar a convertirse en el espacio del quehacer politico. Aturdido o autoherrojado el poder Legislativo, debiles o lentos en sus respuestas e insuficientes en sus convocatorias los partidos, emergentes y aun sin consolidarse otros poderes de la sociedad como podrian ser las nuevas organizaciones ciudadanas que tambien estan por encontrar una institucionalidad propia y estable, la prensa tiene una capacidad para propagar y en ocasiones incluso dictaminar, que llegue a convertirla, con y sin eufemismos, en ese cuarto poder del que tanto se ufanan sus usufructuarios pero que en realidad no es merito, sino sintoma de debilidad de la sociedad y sus instituciones. Esa capacidad, que contrasta con el hecho de que la prensa es seguida solo por minorias, pero influyentes, no siempre es ejercida con sentido critico y, menos, con responsabilidad. La competencia electoral de estos dias muestra como la prensa, lejos de impulsar el desarrollo democratico de una sociedad urgida de paradigmas pero ensimismada en las trivialidades, habitualmente se mimetiza con los rasgos mas primitivos sin casi nunca cuestionarlos. La confrontacion entre los principales candidatos se ha reducido al desarrollo en paralelo, ensimismado casi, de campanas politicas que no reconocen su nuevo y complejo contexto nacional. La campana del partido en el gobierno, transcurre con u n triunfalismo y un desden a las opiniones discrepantes que remiten a epocas distintas, en donde el PRI se podia dar el lujo de ignorar a sus contendientes porque no eran significativos. Las otras dos campanas importantes de la oposicion, se dirimen entre el caudillismo cuauhtemista y el dieguista, que lejos de construir programas y opciones de gobierno se limitan fundamentalmente al intercambio de vituperios, a las descalificaciones mutuas y a la sustitucion de los proyectos por las personalidades. Los med ios, la prensa incluso, asumen complacientemente ese panorama, que reproducen sin ponerlo en su circunstancia. Las actuales campanas, salvo importantes documentos programaticos que por lo general pasan desapercibidos entre el estruendo de los mitines y la autocomplacencia de la propaganda priista, son difundidas por los medios, impresos y electronicos, en un ejercicio de amplificacion que destaca los gestos, las actitudes, las frases, pero no las ideas, proyectos o propuestas de gobierno, cuando estas exist en. En un panorama de cultura politica insuficientemente desarrollada y de costumbres democraticas precarias, la prensa no ha podido asumir un papel de vanguardia, que fuese capaz de acicatear al segmento de la sociedad que la sigue y le da sentido. De esta manera tenemos una prensa poco critica, o cuya vocacion critica se consume en las banalidades (en el mejor de los escenarios) o en el trafico de intereses valuados en lineas agata (en el peor). Ademas esta es una prensa que, poco ejercitada en la reflexion d ocumentada y exhaustiva sobre lo que hacen y dicen otros actores de la vida publica, tampoco lo esta a proposito de su propio desempeno. Existen excepciones. Pocas. Editores que cumplen con sus tareas rutinariamente, privilegiando la declaracionitis sobre la investigacion; directores que ejercen el periodismo como fuente de elogios burocraticos; reporteros hipotecados al boletin rutinario; articulistas que glosan declaraciones sin cotejarlas y sin imaginacion; columnistas sumergidos en un genero propicio a las simulaciones y las presiones en aras de intereses individuales y no publicos. Todos ellos, son actores de una prensa rezagada respecto del desarrollo politico qu e pese a todo alcanza, y quisiera profundizar, este pais. El de la columna politica por ejemplo, un genero noble y desafiante siempre, que ha tenido exponentes profesionales y valientes como el inimitable don Manuel Buendia, hoy en dia se ha convertido, con pocas excepciones, en una coleccion de espacios en donde no se analiza sino se especula. Aprovechando la oscuridad que todavia domina a importantes zonas del poder, numerosas columnas politicas propagan rumores, con frecuencia intencionados, pretendiendo que se trata de revelaciones. La avidez morbosa de los le ctores por esas supuestas primicias, pero tambien el interes de quienes las patrocinan, se mezclan en ese juego de usuras y conveniencias. La impunidad con que en diversos espacios se calumnia y miente, tambien es posible gracias a la desmemoria de los lectores, que favorece esa peculiar impunidad desinformadora. Todavia, sigue sin respuesta el desafio que en estas paginas presento el 10 de mayo pasado el periodista Renward Garcia Medrano a un columnista conocido por publicar suposiciones en vez de hechos y cuyo nulo sentido de la etica le permite dejar sin contestacion las numerosas rectificaciones que recibe. El senor Carlos Ramirez, de El Financiero, habia publicado una serie de afirmaciones dolosas sobre nuestro colega y companero Renward Garcia, quien sigue esperando contestacion al reto publicado aqui en El Nacional. Trayectoria, desempenos, compromisos y servilismos de la gente de este oficio, son sin embargo conocidos aunque a veces la desmemoria los relegue. La prensa, para ocupar un sitio propositivo y util en el entendimiento y el debate de la politica mexicana, aun sigue sin asumirse no como cuarto poder sino como un espacio mas al servicio de sus lectores y no solo de sus escritores. Esto, que vale para todo el periodismo, tendria que ser prioridad en una prensa que, siendo de Estado, se pretende, o se supondria, mayormente comprometida con la sociedad. Antes que nada, parece preciso discutir si a estas alturas todavia es pertinente, aqui en Mexico, la existencia de un periodismo de Estado o si esa es una modalidad que en la practica ha quedado relegada por el desarrollo de otras opciones y espacios. El debate se encuentra abierto; sus plazos, son reducidos. .