SEC. INF. GRAL. PAG. 2 CABEZA: Al vuelo CREDITO: Rolando Cordera Campos Mucha politica se ha hecho en estos meses en que el porvenir se nublo de modo inclemente. Gracias a ese esfuerzo que todavia no acabamos de aquilatar debidamente, se alejo el horizonte de violencia politica que abrio Chiapas al empezar el ano, pero no ocurrio lo mismo con la sensacion de que vivimos ya, sin remedio ni alivio, en una tierra de nadie donde todo puede ocurrir. Se puede, ciertamente, argumentar en contrario de esta sensacion de dislocacion respecto de las antiguas certezas historicas; lo que no se puede es hacerla desaparecer del escenario donde se tejen las reacciones cotidianas frente a un devenir inaprehensible, que todos los dias se nos va de entre las manos. Las realizaciones estan a la vista y solo con pataletas de exjunior incomprendido se puede pretender negarlas. El universo politico formal se ha fortalecido en las leyes y los acuerdos, y a medida que pasan los dias se afirma la posibilidad de un 21 de agosto tranquilo, decepcionante para los arbitros y otros albaniles de las transiciones con interinatos y juntas de notorios. Estamos, de hecho, en las visperas de un nuevo mapa politico-electoral, marcado por una pluralidad concreta, no metaforica, que hara imposible la reedicion de la forma priista de gobernar y dominar. Cualquier intento por volver al pasado, con y sin mayorias grandes el 21 de agosto, sera destructivo, del esquema economico que tanto ha costado introducir en la cultura economica nacional y del regimen politico mismo, ese que ahora se presenta orgulloso por su resistencia y capacidad de cambio y adaptacion. Solo parece haber un sendero para avanzar y este es el de la profundizacion de la reforma politica y su conversion pronta, desde agosto, en una trama tangible de composiciones y arreglos, que encuentren expresion en el nuevo gobierno y, sobre todo, en los quehaceres del y los congresos. Por eso es preciso insistir en que lo importante y decisivo viene despues del domingo 21. Nada esta decidido en esta materia y poco o nada esta escrito. Por eso no puede sino verse como un ejercicio mas en fatuidad y ridicul o, la pretension de importar La Moncloa, con todo y Rey y Felipe. En asuntos de ingenieria politica e institucional, como los que el pais tiene en frente, no hay comercio libre. Si algo tenemos que aprender y pronto es a vivir con discontinuidades y disonancias. Y para ello sirve de poco la politica que tenemos y conocemos, por voluntariosa y eficaz que frente a la adversidad se haya mostrado. Mucha politica, en efecto, pero no necesariamente buena politica, si aceptamos que lo que domina en el espiritu publico de estos dias es la desazon, hasta el miedo. No hay buena politica sin un compromiso fuerte con la cultura y el lenguaje y si algo hemos hecho en estos meses infelices ha sido despreciar a ambos, con singular alegria. A este desprecio militante se han dedicado no solo los politicos de la nueva aurora democratica, tan pragmaticos y alejados de cualquier referencia etica o vision historica. Lo malo es que nuestra intelectualidad y lo que queda de la academia tambien ha formado filas en esta furiosa cruzada contra las herramientas fundamentales para cons truir nuevas formas de convivencia colectiva, tarea que todos decimos es la tarea del momento. En un descuido, y antes de llegar a la meta que unifica los afanes de esta hora, la de la democracia plena y cierta, nos aventamos una nueva y frustrante fuga hacia adelante y caemos, en medio de la emergencia, en una crisis moral de grandes proporciones. Segun el historiador Charles Maiers, estas crisis aquejan de vez en vez a las democracias, pero generalmente despues de una gran victoria o un magno esfuerzo de confrontacion, como fue, nos lo sugiere el historiador, la Guerra Fria. Entonces sobreviene un sentimiento terrible de perdida de rumbo, de "dislocacion historica" y, junto con ello, el rechazo o la desconfianza hacia todos los liderazgos politicos y un "escepticismo recurrente" respecto de las doctrinas de progreso social. (Democracy and its Discontents. Foreign Affairs, julio-agosto, 1994). En un panorama como este, irrumpen y buscan imponerse como las formas principales de hacer politica la impaciencia y el descontento civico, la incredulidad y la desconfianza, de todo y de todos, el antielitismo frente a elites avidas e inconsistentes, un rechazo que pronto cae en un antiintelectualismo. Es asi que sin mayor tramite empiezan a tocar la puerta a manazos el antisemitismo, el populismo, aunque sea con nada o con mala poesia, como se hace hoy desde las montanas del sur, con princesas y juglares. Lo malo del caso es que nosotros, a diferencia de las democracias occidentales triunfadoras y ahora acosadas por sus fantasmas del malestar cultural, no hemos tenido aun ninguna victoria, gloriosa o no. Sobreponerse a la adversidad, sobre todo cuando esta sobreviene enmedio de un gran transito, es sintoma de fortaleza y disposicion para cambiar. Y de ambas cosas ha dado muestras Mexico en estos tiempos de desconcierto y pesadumbre. Pero nada de ello asegura una continuidad ni resultados automaticos promisorios, como los que suenan todavia hoy los fieles del mercado perfecto y la democracia como competencia pura en la transparencia. Se requiere mas, mucho mas, sobre todo en calidad e innovacion, las cuales nunca son el fruto de la ocurrencia o el ingenio para el acomodo. Quizas, lo que haya que hacer es un rapido viaje, una verdadera vuelta a los basicos y los clasicos. Es ahi donde tal vez podamos redescubrir las potencialidades del lenguaje y encontrar las destrezas que dejamos en el camino, y que tienen que ver mas que nada con los usos de la historia y la cultura. Mientras tanto, tendremos que resignarnos al uso ramplon de metaforas anodinas, como la de los trenes en ruta de colision que tienen en medio, nada menos, que a ochenta millones de mexicanos, y a su ereccion, nada menos que por nuestro gran Carlos Fuentes, en fuente de inspiracion para la accion politica. Sacrificio del lenguaje, castigo mayor al razonamiento audaz que tanto necesitamos y tanto nos dio antes nuestro novelista; la antipolitica al servicio de las protestas y las armas. .