SEC. INF. GRAL. PAG. 3 CINTILLO: EDITORIAL CABEZA: Injustificable intervencionismo Nuevamente el Consejo de Seguridad de la ONU se ha dejado llevar a la triste utilizacion de la palabra democracia para con el pretexto de su defensa, autorizar una intervencion militar en la Republica de Haiti. Dicho organismo multinacional se convierte, por 12 votos, en reiterado legitimador de ocupaciones armadas que, como se ha demostrado historicamente, solo han servido para agravar las disensiones internas de los paises intervenidos y para que la voluntad extranjera avasalle el derecho de autodeterminacion de los pueblos. Mexico, leal y consecuente con su politica de no intervencion y en la inteligencia de que el respeto al derecho ajeno es la paz, rechazo energicamente la resolucion 940 en el seno mismo del debate junto a Cuba, Venezuela y Uruguay. Se abstuvieron China y Brasil. Posteriormente la cancilleria mexicana deploro la medida. Es cierto que la dictadura militar de Haiti ha violado una y otra vez los Derechos Humanos y conculcado la vida institucional de su pais al deponer el mandato constitucional del Presidente Aristide, pero no es menos cierto que ese es un problema cuya solucion inhiere unicamente a las obligaciones y derechos que norman la vida interna de los haitianos. Cualquiera que sea el pais que se arrogue facultades punitiva sobre territorios, gobierno y poblaciones, ajenos a su jurisdiccion comete un abuso, tanto por l a intromision como por el uso de la violencia. El precedente es grave y su reiteracion definitivamente inaceptable, maxime si, desde todos los puntos de la geografia internacional, se extreman esfuerzos para hacer democratica y pacifica la coexistencia humana. Los agravios que genere este desequilibrado intervencionismo no podran justificarse nunca. La prepotencia y el derramamiento de sangre no son abonos de fraternidad y amistad. Es imperioso que Haiti solucione sus dificultades internas con dignidad y respeto y se hace deseable que el ejercicio de la punicion oficiosa no se concrete. .