SECCION CULTURA PAGINA 38 BALAZO: CRONICA CABEZA: CREDITO: ROBERTO GARCIA BONILLA a cronica, cuya neutralidad, contrariamente a lo que dicen los manuales, es imposible. ¨Objetividad? En la comunicacion verbal hablado o escrita nada es absoluto, (solo se aspira como dice E. Coseriu a Afuera de la Sala Nezahualcoyotl en un domingo hecho de grises nubes a punto de romperse. No sabemos nada del programa que interpretara La Oruqesta Sinfonica de Mineria. Hay mucha mas gente de cuanto auguraban las sombras de la lluvia. Sale a escena no el director titular, Luis Herrera de la Fuente, sino Phillip Greenberg. Inicio intempestivo; los musicos entraron a tiempo pero la musica, su ritmo, se atraso. Si, es Mozart (1756-1791); las cuerdas siguen al director aunque se oyen maquinales. Temas desarrollos alternancia de motivos en las distintas secciones; es decir, todo el estilo de la epoca y de un autor presente en la obertura El empresario K. 486 que termina, impetuosa, auque tal vez un poco acelerada. La sala esta casi llena; los musicos se levantan de sus asientos, mientras se coloca el piano del solista Gustavo Rivero Weber. Ahora, el director ve a la orquesta un momento antes de impulsar los brazos. Primeros acordes: violines y una misteriosa y enigmatica introduccion, acentuada por grave ostinato de contrabajos. Se trata de el Concierto No. 20 K 466, un ejemplo de que la pasion tempestuosa de su autor dejo huella en la musica. Esa oscuridad e intensidad del Sturm und Drang. Presentacion de un energico tema. Entra el solista con sobriedad y delicadeza a la vez que camina y vuelve al motivo sombrio, solista y orquesta dialogan. El joven pianista posee un control impresionante en la articulacion de su fraseo, aunque su toque no es todo lo profundo que la obra requiere. El sonido de la orquesta es transparente: el director dirige con movimientos mesurados, da entradas a las secciones... El solista esta atento, enfatiza su entrada pero en la culminacion de frases carece de contundencia. La Orquesta de Mineria esta tocando un Mozart pleno en sus contrastes motivicos dentro de una homogeneidad sonora (que muchas veces se vuelve plana en alguna ejecuciones). Mozart sigue vivificado por un solista que tiene toda la tecnica y caracter para destacar, aunque su interpretacion no es compeltamente libre: la tecnica todavia la concentra mas que la expresividad, que mostro sobre todo en el segundo movimiento que paso al ultimo casi sin interrupcion; el publico no tuvo de tosidos. Los musicos tuvieron que resistir la desconcentracion de la asistencia que dejo en sus movimientos un tenue murmullo de ruido seco. El rondo, va de la jovialidad a la severidad: el pianista parece que ha perdido la continuidad de la interpretacion. Tal vez uno de los rasgos de una gran interpretacion es una permanente tension creada por los musicos y que termina incluso auqnue haya pausa entre movimiento y movimiento al concluir la musica. Sin embargo, este detalle no opaco a una Orquesta de Min eria que se escucho como una gran conjunto, sin descuidar detalles; solos de secciones impecables y un director que produjo musica y no solo notas, como sucede con frecuencia. Esta version tuvo un vigor contenido por el joven solista; Greenberg recordo en su version el primer movimiento del Concierto opus 37 de Beethoven (1770-1827). Gustavo Rivero posee las cualidades para ser un pianista con individualidad; ahora le falta, precisamente tocar en publico, para enfrentar, por ejemplo ahora, a una audiencia que no pudo mantener la concentracion; como consecuencia, tal vez, de que el solista no produjera el impacto suficiente: musica y presencia conjugadas. Al final el concedio un encore, Es curioso como el publico asiduo a esta musica termina siendo pasivo (como muchas practicas y habitos que en su reiteracion pierden sus sentidos e intenciones originales). Y esa pasividad se refleja en la audicion. En no pocos casos implica que esos oyentes van a escuhar musica que les agrada, e incluso les emociona, pero no mas; pero ¨que mas, se preguntara el lector? Pues la busqueda de algo distinto que cada interpretacion tiene, como en la Sexta Sinfonia de Dvorak con que concluyo el programa de la Orquesta Sinfonica de Mineria, donde la musica tuvo la vitalidad que no muchas grabaciones perfectas no tienen. Greenberg logro amalgamar las distintas secciones; texturas ricas, frases redondas y, de nuevo, vigor. La Orquesta de Mineria alcanzo una sonoridad y cohesion entre sus secciones, excepcional, lo que hace pensar en la inconsistencia de nuestras orquestas; que audiciones como esta estan rodeadas de otras menos que regulares. A la salida, ante unas nubes mas densas que a la entrada, quien ahora escribe, se pregunta por que siempre se responsabiliza a los musicos de los resultados de un concierto. Es probable que este haya sido mas vivido, si el publico no hubiese ido con la idea de un buen programa que hay que disfrutar, sin mas. Parece que algo siempre falta; tal vez estos dias grises e inciertos nublan las miradas y los oidos de las audiencias y los redactores. Confirmado, es imposible la neutralidad en una cronica. .