SECCION CULTURA PAG. 35 CABEZA: La profecia de Daniel CREDITO: ALFONSO SIMON PELEGRI Lo que si consta en el citado texto es que el tal rey Belsasar a la mediacion del convivio mando traer, sin duda para impresionar a sus invitados, los calices del templo de Jerusalen que su padre, Nabucodonosor, habia robado muchos anos antes a los judios. En estos sagrados vasos tanto el como sus subditos prosiguieron la francachela, y en los mismos escanciaron el vino para brindar entre borrachos eructos y briagos hipidos a sus dioses, los cuales el citado texto nos describe hechos "de metal, madera y de piedra (y) que no ven ni oyen ni entienden". El hecho es que al dios propietario de los calices del templo de Jerusalen tribal y quisquilloso, pero cuyas letras habrian de servir para ensayar el aviso de Dios se enojo con Belsasar y sus adlateres por aquello de los brindis a la competencia; maxime porque el que lo hicieran en sus propios calices llovia sobre mojado. Asi es que, en castigo, ante el terror de todos los asistentes hizo aparecer unos dedos espectrales que escribian sobre el muro poniente de palacio, junto al gran candelabro, unas extran as palabras escritas con una nunca vista caligrafia que de tan espantable resultaba barbara e intraducible; esto aumento su terror. Con el rey Belsasar a la cabeza, los mas sabios de entre los concurrentes intentaron en vano leer aquellos extranos caracteres. Ante su fracaso, y por consejo de la reina, mandaron llamar a Daniel, jefe de todos los magos, adivinos y astrologos de Babilonia desde tiempos de Nabucodonosor. Si descifraba la leyenda escrita sobre el muro, Belsasar le pondria sobre sus hombros un manto de purpura, un collar de oro adornaria su cuello y le concederia el gobierno de la tercera parte de su reino. Pero Daniel rechazo los ofrecimientos del rey: "Quedate con tus regalos y da tus obsequios a otro le dijo. Leere este escrito y tambien te dare a conocer su significado." Despues de pronunciadas estas palabras, y sin tomar en cuenta ni las dadivas ni el peso del poder real, el profeta paso a darle una buena solfa a la memoria de Nabucodonosor con todo y los honores que de este habia recibido, por aquello de que a la verdad no le duelen prendas para seguirse con el propio Belsasar, al que leyo la cartilla y le saco todos los trapitos sucios de su curriculum diciendole entre otras cosas que de nada le habia servido el ejemplo de su padre que por sus excesos, su culpable sobe rbia y el mal gobierno al que sometio a su pueblo hubo de pasar por siete tiempos de maldicion y castigo hasta que borro con obras de justicia sus anteriores iniquidades. "Pero tu, Belsasar, hijo suyo continuo el profeta, tampoco has conservado humildad en tu corazon a pesar de que sabias todo esto. Mas aun, te has levantado contra el Senor del Cielo, has mandado traer los vasos de su Templo, y con tus invitados has bebido vino en ellos. Has brindado a todos tus dioses de metal y de madera y de piedra, que no ven, ni oyen, ni entienden, pero no has glorificado al Dios de quien dependen tu vida y tu porvenir." "Estas son las palabras escritas: Mene, Teque y Parsin." Y este es su significado: Mene (o sea, medido), Dios ha medido tu reino y le ha puesto fin; Tequel (o sea, pesado), has sido pesado en la balanza y falta peso; Parsin (o sea, partido), tu reino ha sido dividido y entregado a los persas." Todavia no terminaba de hablar Daniel y ya el asustado monarca, cumpliendo lo prometido, le estaba poniendo sobre los hombros el manto de purpura y adornandole el cuello con un collar de oro, a la vez que proclamaba a grandes voces que Daniel tenia desde ese mismo momento el tercer lugar de su reino: "Pero aquella misma noche, Belsasar, rey de los caldeos, fue asesinado." Su reinado desaparecio con el y su trono fue ocupado por Dario. Parece ser que la historia se repite; lo que sea de cada quien, ha habido Nabucodonosores y Belsasares hasta decir basta. Pero tambien, junto al enojo de un dios, la invencion de un supuesto Daniel que nos hizo el favor de traducirnos su colera. Lo cierto es que de dioses a Dios, y de Babilonia a esta Babel que ahi nos la llevamos, puede haber un tiempo para la contricion y yo presumiria que hasta para el jubilo: šNos daran chance? No es cosa de cruzar los dedos, sino de esforzada esperanza. Ya se sabe: El que quiera peces... que se moje lo que se piensa. No hay de otra. ******* .