SECCION CIUDAD PAGINA 17 BALAZO: TIENEN MIEDO A DECLARA CABEZA: ILOCALIZABLES LOS TESTIGOS DEL HOMICIDIO DE ALVAREZ RENDON CREDITO: OSCAR ARCE GUEVARA Un tercer testigo, que estaba dispuesto a declarar que el policia auxiliar Jaime Gonzalez Barradas habia asesinado a mansalva a Oscar Humberto Alvarez Rendon, de repente se volvio ilocalizable. La razon: Fue remplazado de la tienda Gigante de Rio Consulado, donde prestaba sus servicios, y trasladado a otra para desvincularlo del asunto. Guadalupe Padilla, ahora viuda de Alvarez Rendon, expone entre sollozos lo anterior y explica que ahora ningun testigo quiere declarar lo que vio, por temor a las represalias o simplemente a meterse en problemas. "Lo unico que pido es justicia, que castiguen con todo el peso de la ley a quien mato a Oscar. Nos hace mucha falta a mi hija y a mi." Entrevistada en su domicilio de la colonia Ampliacion Simon Bolivar, Guadalupe Padilla llora y por momentos fija la vista en la nada,en el vacio, sumida todavia en el estupor de la perdida del marido, pero tambien en la desesperanza por lo enredado que se esta poniendo todo: La tienda que contrato al policia homicida teme que su nombre se vea en medio de un caso de "nota roja" y mueve al empleado que vio al uniformado disparar por la espalda a su marido. Otro testigo, dueno de una cerrajeria situada a menos de un metro del lugar donde fue abatido el esposo de Guadalupe, declaro ante el Ministerio Publico los hechos que le constan, pero ahora protege su derecho al anonimato, tanto como expresa su deseo de que le paguen por volver a contar lo que vio. La policia, dice, le habia ofrecido "que habria lana de la tienda" si declaraba a favor del homicida. Hoy pide abiertamente el dinero que ayer no se atrevia a aceptar. "El dia que lo mataron, cumpliamos dos anos juntos" En medio de esta tragedia familiar, Guadalupe recuerda: "El martes 25, fecha en que mataron a mi esposo, cumpliamos dos anos de vivir juntos, de compartir nuestras vidas. "Apenas un poco despues de que lo mataron, el empleado de un modulo de telefonos celulares estaba dispuesto a hablar, estaba indignado por la forma en que el policia lo asesino y me decia: senora, yo voy a hablar, que castiguen a ese policia por alevoso. Luego llegaron varios reporteros y le comenzaron a hacer preguntas, pero salio personal de la tienda y a jalones lo metieron a la administracion. "Cuando salio dijo que ya no podia decir nada, porque no queria perder su trabajo: Lo siento, pero no puedo perder mi chamba", le dijo este otro testigo a Guadalupe Padilla. Retoma la palabra y suplica: "Por medio de ustedes, que encuentren al vendedor de telefonos para que diga la verdad: que el policia auxiliar me habia faltado al respeto y luego mato a mi marido por reclamarle. Fue alevosia; que la Policia Judicial encuentre a este testigo!". Y otra vez el llanto, mientras su padre se acerca y tercia en la conversacion. "Lo unico que queremos es que se haga justicia, que no quieran voltear las cosas, eso no es justo", afirma don Javier, hombre de 50 anos, dedicado (ironicamente) a la elaboracion de gafetes... para policias. "El dia que mataron a Oscar reanuda Guadalupe a mi hija la encerraron en el bano otros policias de la misma tienda. "Llamaron tambien a la policia dizque porque se trataba de un robo. Llegaron los agentes rompiendo los vidrios de las puertas que habian cerrado los empleados y dispararon varias rafagas, y alguien les gritaba: todavia estan adentro!, cuidado, son peligrosos!" Por todo lo anterior, Guadalupe Padilla sostiene que los funcionarios de Gigante quieren "voltear" el asunto, no quieren reconocer su responsabilidad. "¨Cree que si mi esposo hubiera ido a robar, me llevaria a mi y a nuestra hija?, no era tan cobarde", asegura Guadalupe. Ademas de indignacion, tenemos miedo "Mire, esta propaganda la estan repartiendo en la calle, no sabemos quien, pero tenemos miedo porque vayan a creer que somos nosotros, que buscamos una indemnizacion, o algun dinero, pero le aseguro que no queremos nada, unicamente justicia." Efectivamente, enseno un papel escrito a mano en el que se puede leer: "Vecino, el dia 25 de abril se cometio un asesinato en Gigante Consulado. Esta tienda no quiere aceptar su responsabilidad, apoyemos a que se haga justicia. No compre aqui porque su familia puede correr peligro. Atte: vecinos de esta colonia." Ademas de indignacion, Guadalupe tiene miedo: "No quiero que piensen que nosotros estamos orquestando esto, y ante las perdidas que pueda sufrir la tienda nos quieran responsabilizar o nos pase algo, tenemos miedo, esa es la verdad." La muerte de Oscar tiene demasiados elementos para ser un homicidio mas en la ciudad. Exhibe, de hecho, lo que parece una actitud generalizada de indolencia, desconfianza e impunidad, ante el funcionamiento de un aparato policiaco y de justicia que se ha convertido en parte de nuestros problemas diarios, no de nuestras soluciones. .