SECCION INF. GRAL. PAG. 2 CABEZA: Lo enganoso de las cifras CREDITO: Estas ideas tan extendidas llevan a considerar a la balanza de pagos, que incluye cuentas comerciales y de capital, como una desproporcion del significado de un instrumento de medicion. Esta en realidad es solo un registro contable enganoso, porque los saldos de una cuenta siempre se equilibran con los de otras cuentas llamadas de ajuste o compensacion. Su lectura no permite conocer problemas estructurales, obstaculos o limitaciones del desarrollo e inviabilidades, ya que solo puede mostrar tendencias de au mentos o disminuciones de cifras en un tiempo determinado. Otro problema en que incurren los analistas de la balanza de pagos es que una cuenta analizada por separado, incluso fuera de ese contexto estrecho, menos se entiende, y una politica equivocada producto de esa lectura puede descomponer la red de formulaciones, equilibrios y compensaciones que tenia tras de si. Eso ha pasado primero con el deficit comercial y despues con el reciente superavit. El deficit comercial alcanzado el ano pasado estaba financiado y compensado con las cuentas de capital, cierto que con el riesgo que implicaba compromisos en dolares al corto plazo pero existian acuerdos con sus poseedores para su estancia en el pais. Pero sobre todo era parte importante de la estrategia de insercion de la economia mexicana en los nuevos bloques de la economia mundial, lo que llevaria a la necesidad de abrir fronteras y mercados y, a cambio, modernizar la planta productiva. Ahi esta el TLC como el instrumento impulsor de esa estrategia. De ahi que sea normal y casi obligado en buen numero de paises que sus economias se sostengan con deficit comercial, sobre todo como estrategia de insercion internacional, mas en una economia mundial cada vez mas interdependiente. En la situacion contraria las economias que tienen superavit comercial exportan capitales; es el ejemplo de Japon, producto de una planta productiva competitiva que no absorbe al mismo tiempo las altas utilidades generadas, teniendo que canalizarlas a nuevas areas de inversion, sobre todo fuera del pais, como la compra de companias rivales, equipos de beisbol en Estados Unidos o financiar expediciones al Polo Sur. No importa el destino, solo interesa que la tasa de rentabilidad no decaiga por una sobrecapitalizacion. En conclusion, el asunto no es el tamano del deficit comercial, sino que sea financiable y forme parte de una estrategia en donde se acepte al capital extranjero como socio importante, en una politica obligada de liberacio n de mercados. Ese fue el contexto del deficit comercial del ano pasado y todo mundo lo aceptamos. No es tiempo todavia de echar las campanas al vuelo por el superavit comercial reciente. Su significado, por el contrario, solo mide una disminucion importante de las importaciones, ya sea por su encarecimiento y por su innecesaria presencia en una planta productiva en recesion. Asi por ejemplo, el INEGI senalo recientemente que en febrero pasado las ventas disminuyeron 22.9 por ciento en el D.F., Monterrey y Guadalajara. A su vez, la industria automotriz disminuyo en 44.9 por ciento las importaciones de au tomotores comparando el primer trimestre de 1995 con el del ano anterior, en donde se importaron 14 mil 991 unidades. En el primer trimestre de 1995 se importaron solo 8 mil 256 unidades, de las cuales 2 mil 283 fueron camiones o camionetas que se utilizan en alguna fase del ciclo productivo. En cuanto a las exportaciones en febrero pasado, segun datos de SECOFI, las ventas mexicanas a Estados Unidos ascendieron a 4 mil 777 millones de dolares, y las de nuestro vecino a Mexico fueron de 3 mil 527 millones de dolares, resultando un superavit de mil 250 millones de dolares. Asi, las exportaciones han aumentado al ser mas baratas, resultado de la devaluacion, y esto ha sido solo en algunas actividades como: siderurgia, textiles, cervezas y, sobre todo, las maquiladoras. A cambio, en los nuevos cicl os productivos se requeriran insumos importados caros por el efecto contrario de la devaluacion, de comprarlos con dolares mas caros, ya que aun no logramos tener una planta productiva con mayores componentes nacionales. Es una falacia, por tanto, decir que la devaluacion representa una ventaja; efectivamente vendimos mas en un primer momento, por ser mas barato al comprar mas con dolares convertidos a pesos, para despues producir mas caro por los componentes importados, y ya no podamos sostenerle a nuestro s compradores los precios de antes, con lo que se esfuma la supuesta ventaja. * Analista de temas politicos y economicos. .