LSECCION CULTURA PAGINA 35 CABEZA: LA ALEGORIA INMORTAL CREDITO: RICARDO POHLENZ Mientras que el refrigerador es un santo que ha bajado a redimirnos con su presencia, la lavadora es un verdadero monstruo. Claro que no deja de ser un monstruo servicial: lava la ropa si le anades detergente (o jabon), y la hace tersa y suave (con esa necesidad sublimatoria que nos exige la propaganda televisiva) si tambien le anades suavizante para telas. Aunque, ¨es suficiente esto como para no considerarla una criatura infernal venida del averno? Partamos de las evidencias empiricas: ¨se ha asomado alguna vez al interior de una lavadora? Una viscera en si misma que a la menor provocacion se pone a darnos clases sobre fuerzas centrifugas con una orquestacion telurica que solo encuentra su igual en su no menos horrenda hermana, la secadora. Asomarse a una lavadora es tener un pequeno atisbo de ese remolino original que acabo por crear este Universo, este planeta y a las lavadoras para que siguieran recreandolo como rhapsodas infames que cantan "todo va y nada queda, todo se mueve, no hay retorno y a ti tambien te tocara". Y para demostrartelo, te lavan la ropa, una y otra vez, felices de demostrarte de que nada se crea ni se destruye y que todo se transforma, que la ropa se deteriora y pasa a ser garra o trapo y que tu, gancho para la moda, tambien. Claro que, a pesar de su tacto de tuba, es lo suficientemente sutil como para no mencionarte la descomposicion de la que algun dia seras victima, a menos que tengas el descaro de dejar ropa, ag ua y detergente sumergidas en su pozo primigenio unas semanas: es una leccion inolvidable del origen de la vida (y sin necesidad de Oparin). Si guardabas ciertas reservas frente a la lavadora que tienes en tu hogar, o ya sentias franca antipatia por ella, sabes que en parte es por su vocacion de aguafiestas. La cosa no queda ahi, sin embargo, y hay que decir que llega a tomar contornos filosoficos. La lavadora te dice la verdad, todo cambia, nada queda, todo es otra cosa, nunca pasa la misma agua por la lavadora, la unica constante es el cambio, y demas. Y hay que reconocer que todo lo que te dice la propaganda televisiva sobre el cambio no es tan entusiasmante como quisieramos, el cambio, a fin de cuentas, no disgusta por la sencilla razon de que acaba con nosotros. Heraclito nunca tuvo una encarnacion tan diabolica. Por otro lado, siempre esta el consuelo del refrigerador, que te ofrece lo inmovil, como poema de Parmenides, o por lo menos la lentitud de la tortuga de Zenon (que a pesar de todo le gana la carrera al veloz Aquiles). Si, todo se mueve, todo se pudre, todo se descompone, y veinte anos son mas de lo que quiere admitir el tango (aunque no sea nada), y el refrigerador detiene todo, lo aletarga, vive en la alegoria de lo inmortal, de la ilusion de lo imperecedero y asomarse a su interior es ingresar a una crip ta iluminada y llena de paz, donde todo duerme un sueno eterno (claro que un congelador es mas eficiente en eso de perpetuar el momento, no quiero ni decirte como vas a encontrar el jamon si lo dejas olvidado dos semanas en el refrigerador; el milagro existe, pero no es para tanto). El ideal en frio, casi al alcance de la mano, un breve asomo a la criogenia que puede mantenernos latentes (y vivos) por tiempo sin medida o hasta que aguante el reactor que prodiga el frio, lo que suceda primero. Por cierto, en este preciso instante, tu lavadora se esta riendo. .